En Ourense se denuncian, sobre todo, delitos contra el patrimonio, principalmente estafas, y descubrimiento o revelación de secretos

Internet fue el medio para cometer más de 30 infracciones penales este año

 (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
La utilización de las nuevas tecnologías para perpetrar infracciones castigadas en el Código Penal ha dado lugar al llamado ciber-delincuente, un personaje que 'hila muy fino' -en palabras de la Policía- y que aprovecha el inconmesurable y, en ocasiones, difuso ciberespacio para campar a sus anchas en la ilicitud.
Esta realidad, hasta hace poco muy residual en la provincia, comienza a ser habitual en los juzgados de instrucción y salas de vistas de Ourense. Los fiscales acusan por los delitos de siempre -estafas, blanqueo de capitales, amenazas, vejaciones o calumnias- pero cometidos a través de la Red, aprovechando las bondades de internet.

La delincuencia informática más presente en Ourense, según comenta la portavoz de la Guardia Civil en la provincia, Sonia Salgado, 'es la relacionada con las estafas a través de las compras con tarjetas de crédito, sobre todo en países extranjeros, por la impunidad existente, así como la usurpación del estado civil -uso de cuentas de las que se conocen las claves- para difamar. Asimismo, es habitual -añade- 'el descubrimiento y uso de datos secretos tras entrar en cuentas privadas'.

En los primeros siete meses del año, según los datos que maneja el Instituto Armado, en la provincia se han denunciado una treintena de delitos y faltas en los que el medio empleado ha sido la Red de redes. Un dato al que habría que añadir los tramitados e investigados por la Policía Nacional en la ciudad y que, según dice el inspector jefe Bernardo Deprado, 'no son muchos' -sin precisar el número-.

Por su parte, los fiscales detallan en su última memoria que en Ourense no se puede hablar de delincuencia informática sino del 'aprovechamiento de los canales de relaciones que ofrece internet para los contactos de los que con posterioridad se derivan acciones autónomamente delictivas, esencialmente contra el patrimonio y el orden socioeconómico'. Así, los fiscales reconocen que 'no son infrecuentes' los delitos de estafas en los que el artífice se pone en contacto con la víctima a través de páginas web, generalmente por iniciativa de la propia víctima, ofreciendo servicios o bienes, solicitando pagos por adelantado sin que después se culmine la operación mercantil.


DOS CASOS DE BLANQUEO

También en lo que va de año llegaron a juicio dos casos de blanqueo de dinero a través del 'phising', en el que se solicitan las claves de las cuentas bancarias, simulando páginas de internet de empresas conocidas y acreditadas, para la obtención de contraseñas y pins de tarjetas de crédito con el que robar dinero online. Posteriormente, se le ofrece a una persona -los acusados o 'muleros'- una comisión para que lo deje ingresar en su cuenta y después lo envíen al extranjero donde seguir el rastro resulta casi imposible .

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