Investigan si el ourensano asesinado en México estaba siendo extorsionado

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La Policía Municipal de Zapopan no descarta que la persona que le disparó lo estuviera siguiendo desde hace varios días

La persona que disparó prácticamente a bocajarro el pasado miércoles al empresario hostelero ourensano, Luis Alberto Fornos Mozas, de 42 años, cuando subía a su vehículo, un Mercedes Benz, en el municipio de Zapopan (México) –en el área metropolitana de Guadalajara, segunda ciudad más grande del país–, podría llevar varios días siguiéndole y esperando a que bajara las medidas de seguridad para acabar con su vida. Al menos, con esta hipótesis trabaja la Policía Local del citado municipio mexicano, que investiga si el empresario estaban siendo víctima de una extorsión.

Alberto Fornos era consciente de la inseguridad que se vive en la actualidad en México, cuestión que solía comentar con frecuencia a través de las redes sociales. Y en previsión, según fuentes de su entorno, solía extremar las medidas de seguridad, tales como cambiar continuamente las rutas que hacía en coche y comprobar si alguien lo estaba siguiendo, sobre todo cuando paraba en un semáforo. "Era muy hogareño, no salía solo de casa y menos por las noches", aseguraron fuentes cercanas.

El hostelero recibió cuatro disparos en la cabeza, un brazo y abdomen cuando salía de hotel Puerta del Sol, del que era socio. El asesino, un joven alto con vestimenta oscura, le disparó aprovechando los escasos metros que tenía que caminar, entre la puerta del hotel y la de su coche. 

Sus movimientos están siendo revisados con detalle por los agentes, que pusieron el crimen en manos de la Fiscalía, que está coordinando todas las pesquisas. Pero los agentes, que en los últimos dos días tomaron declaración a la mayor parte de la familia del fallecido, también recaban información en su teléfono móvil, ordenador e incluso la correspondencia que recibió en los últimos meses. Lo hacen ante la sospecha de que el hostelero se negó a entregar sumas de dinero que exigían los delincuentes.  "Estamos investigando y de momento hay varias líneas de investigación abiertas", afirmaron fuentes policiales.


Crítico con la delincuencia


Su familia sospecha que lo mataron por su posición crítica con la delincuencia y la inseguridad que se vive en México. Alberto Fornos, que deja un niño de dos años y medio   en el que había volcado su proyecto vital. El padre del fallecido -en la actualidad enfermo en Vigo- es natural de Beariz, mientras que su madre es de Bousés (Oímbra), donde reside su abuela, que en los últimos se trasladó a la ciudad de As Burgas. Tienen una casa familiar en el barrio de O Couto. Tanto en Beariz como en Bousés seguían las noticias que llegan de su vecino asesinado en México, al tiempo que recuerdan que "era una persona entrañable". Su familia hacía gestiones para incinerar el cadáver y trasladar los restos a Galicia. 


Apertura de un hotel  tras una larga lucha


Uno de los proyectos que deja Fornos en Guadalajara es el hotel FCH Providencia, que abrió en noviembre de 2018 junto a otros socios. Un hotel boutique, pequeño y solo para adultos. Siempre había fantaseado, como dijo en  su inauguración, con crear "no un hotel en el que nos gustaría trabajar sino en el que nos gustaría hospedarnos".  Le costó años, pero consiguió materializarlo.


Conmoción entre sus allegados y conocidos: "Era único y valiente"


La conmoción por la muerte de Luis Alberto Fornos se extendió a ambos lados del charco, tanto de los que convivieron en Ourense como en el país azteca. Sus excompañeros en la promoción 1996-2000 de Periodismo en la USC, que le llaman Luis, por su primer nombre,  llenaron las redes sociales de mensajes de despedida muy cariñosos y entrañables. 

Estaban en "shock" por la muerte de alguien "intelixente, culto e sobrado de argumentos cando expresaba as súas opinións, sen medo e con maestría". Todos coincidían en su inteligencia y su interesante habilidad para la conversación, además de sus dotes de buen alumno.

“Único, valiente, pasional"
"Eras una persona única, valiente, pasional y todo eso lo contagiabas a la gente que te acompañó en algún momento de tu vida", decía uno de sus excompañeros en su etapa ourensana. Los excompañeros coincidían en calificar de "injusta" la muerte de este empresario hotelero. Sus amigos de México lo definen como "ejemplo de vida" con una "sátira especial" caracterizada por la "acidez", pero "acertado en todo". 

El país que tanto defendió él, le defraudó precisamente por la seguridad, con una muerte que sus amigos tildan de "cobarde". Sus empleados en los distinos hoteles que regentaba se despidieron calificándolo de "admirable como empresario, jefe y sobre todo ser humano", así como un "excelente gerente".n

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