reportaje

El invierno en Ourense es más frío para algunos

Dorinda Rey y Yessenia Cuevas, inmigrantes en Ourense.
photo_camera Dorinda Rey Antúnez, vecina de Covadonga; y Yesenia Cuevas, usuaria y voluntaria de Cruz Roja.

Con la llegada del invierno, el consumo energético de las familias aumenta debido al frío y a la reducción de horas de luz solar lo que, sumado al aumento de la tarifa eléctrica durante este 2018, complica el pago de facturas

Llegan los meses más fríos del año y las familias ourensanas se preparan para hacer frente al gasto económico que supone el incremento del consumo energético en los hogares. Esta situación, sumada al aumento del precio de la factura de luz durante los últimos meses -el pasado mes de agosto se llegó al precio récord de 70 euros por MWh-, complica la situación de los colectivos más vulnerables.

Asociaciones como Cáritas o Cruz Roja atienden en la provincia a numerosos usuarios que no pueden hacer frente al gasto eléctrico. "Ahora ya no hay cortes de luz, por lo menos. Existen posibilidades para los más desfavorecidos, como el bono social o los pagos fraccionados", señalan desde Cruz Roja. Para informar de las prestaciones sociales, la asociación imparte cursos en los que los usuarios pueden conocer las diversas herramientas de las que disponen. Además, también se organizan talleres de ahorro energético, para evitar gastos innecesarios e intentar reducir la cuantía a pagar. Una tarea similar lleva a cabo Cáritas, que también aconseja y ayuda a gestionar los trámites de las familias que requieren su ayuda. El bono social de Endesa permite, en función de los ingresos, reducir entre un 25% y 40% el gasto energético de las facturas. El pago fraccionado permite dividir el importe de una factura en varios meses, de forma que los clientes no tienen que hacer frente al gasto de una sola vez. "Es un desembolso de dinero muy grande a final de mes y hay muchas personas que no se lo pueden permitir", explica Paula Casado, trabajadora social de Cruz Roja.

Asociaciones y familias afectadas coinciden en señalar que el precio de la electricidad es "abusivo" y que para muchos es imposible pagar las cuantías económicas y llegar a fin de mes. Asimismo, piden más colaboración institucional, así como la reducción de precios de los servicios energéticos. 


Los testimonios


“Con el dinero que me dan de la pensión es imposible pagar todas las facturas"

Dorinda Rey Antúnez, vecina de Covadonga, comparte vivienda con su marido. Actualmente, con el dinero de su pensión -no puede trabajar por enfermedad- no consigue hacer frente al gasto de las facturas de la luz y del agua. 

"De los 360 euros que me dan, después de pagar el seguro del hogar y los plazos de la lavadora que tuve que comprar, apenas me quedan 140 euros para vivir durante todo el mes", explica. Su marido no percibe aportación económica alguna, porque tuvo que dejar el trabajo por cuestiones de salud seis meses antes de prejubilarse, tal y como explica. "Tenemos el pago fraccionado y el bono social del 40%, pero la situación es muy difícil", comparte. 

Los pagos atrasados de facturas también suponen una fuerte carga, sobre todo, mental: "Ahora vamos a intentar hacer todos los trámites necesarios para que nos retiren esas deudas, ojalá nos lo concedan". Por otro lado, Rey destaca el trabajo de Cáritas, cuyos trabajadores están ayudándolos desde que la situación se volvió más dura. "A ver si conseguimos que me aumenten la pensión y que se la concedan a mi marido y las cosas mejora", dice.

"Hay muchas formas de reducir el gasto energético y se nota a final de mes"

Yesenia Cuevas es usuaria de Cruz Roja y también voluntaria desde el año 2004. Cuando su situación financiera empeoró, comenzó a buscar trucos y formas de ahorrar el gasto energético de su hogar. 

"Hay muchas formas de consumir menos y es algo que se aprecia mucho en cada factura", señala. Cuevas, que vive con dos hijos, trabaja como auxiliar de enfermería por horas. Ante las dificultades económicas, se vio obligada a pedir el pago fraccionario y el bono social. Pero además, la familia al completo puso de su parte para reducir el gasto: "Antes de irnos a dormir desenchufamos las regletas para que ningún aparato eléctrico quede con la lucecita encendida, usamos bombillas de bajo consumo, ponemos la lavadora y la sacamos en cuanto acaba". 

Cuevas encontró un aparato, el ahorrador de energía, que se conecta a los electrodomésticos (nevera, microondas, lavadora, etc) y reduce sus niveles de consumo durante todo el día. "Parece mentira, pero nos ha valido mucho todo esto: el año pasado me llegaban facturas de doscientos y pico euros en los meses de más gasto y con estas medidas, ahora no llega una de más de setenta", puntualiza. 

"Tenemos varias facturas atrasadas a las que no podemos hacer frente"

"Desde que nos retiraron el asilo político el pasado mes de diciembre las cosas se han vuelto muy complicadas", señala un vecino de O Barco, natural de Venezuela, que prefiere mantener el anonimato. En su hogar viven su pareja, sus dos hijas pequeñas y él. "Ahora que viene el frío tendremos que comprar butano para calentar la habitación de las niñas, porque el piso en el que vivimos es muy frío", comparte. En su caso, la retirada de los papeles impide que pueda acceder a cualquier tipo de prestación social, ya sea el bono social o el pago fraccionado. "Tenemos varias facturas atrasadas de luz que no podemos pagar y bueno, como tampoco estamos empleados ninguno de los dos... ", explica. 

Por el momento, han pedido el recurso de amparo a la retirada de sus papeles, por lo que su situación en el país es legal, pero esperan que se resuelva favorablemente o que se mantenga en espera mientras cumplen 3 años en el país. "No hubiese venido a España de saber lo difícil que iba a ser todo", dice. "Si a uno le cortan las alas para poder hacer aquí su vida... Nosotros ya llevábamos seis meses cotizados aquí y parece que a nadie le importó. Venimos a trabajar y ahora no podemos", añade.

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