Con un espumoso gallego y no con cava o champán es con lo que el Instituto de Estudios Valdeorreses (IEV) le pide al presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que brinde durante su discurso de Fin de Año. Su presidente, Aurelio Blanco, le envió hace unas semanas una misiva al líder del gobierno gallego “que non sei se lle chegou, polo menos non temos resposta”.
Esta idea nació hace unos años, en 2013, cuando la entonces presidenta de Castilla La Mancha, María Dolores de Cospedal, hizo un brindis con un espumoso de La Mancha, e invitó a toda España “a brindar con nuestros vinos, que no tienen nada que envidiar a otros”. Entonces, en aquel mismo año, ya envió una carta al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. Y ahora, con el cambio de número uno del Ejecutivo autonómico, ha vuelto a enviar la misiva.
Esto coincide con la recuperación de la producción de espumoso en Valdeorras, por parte de una bodega integrada en la denominación de origen. Pero la historia del espumoso en la comarca “remóntase ao século XIX, e houbo un momento no que Ourense chegou a ser a terceira provincia en produción de viños espumosos, polo que é algo moi noso”. El problema es la “falta de continuidade” en la producción por parte de las diferentes denominaciones de origen y los elevados costes derivados de la elaboración. Para terminar, aunque le gustaría que fuese con el espumoso valdeorrés, “chégame con que brinde cun espumoso galego, aínda que non sexa o noso”.
Por su parte, el presidente del CRDO Valdeorras, José Luis García, subraya que “é un recurso máis para a DO e estamos moi interesados nel”. Incide también en la presión del mercado y en las dificultades técnicas de la elaboración los motivos de que estos caldos no se elaboren de forma continuada en una zona en la que es tradicional.
