La psicóloga y sexóloga Isabel Calle analiza los efectos de las sucesivas cuarentenas, entre los que destaca un menor apetito sexual y una tendencia hacia prácticas virtuales
La pandemia supuso una revolución en los hábitos más cotidianos, como las relaciones sexuales. La psicóloga y sexóloga Isabel Calle analiza los efectos de las sucesivas cuarentenas, entre los que destaca un menor apetito sexual y una tendencia hacia prácticas virtuales, como la masturbación en internet, en las que, advierte, existen grandes riesgos de extorsión.
¿Cómo influyó la pandemia en los hábitos sexuales?
La pandemia hizo caer las relaciones sexuales. Se han modificado los vínculos a todos lo niveles, el hecho de haber estado la gente confinada, trabajando en casa, con una presencia constante de los niños, además del miedo al contagio, hacen que a la hora de tener actividad sexual haya desgana, cansancio y agotamiento psicológico. Hay mucho estrés, mucha preocupación, y con esa incertidumbre las ganas sexuales y el instinto se caen. La libido ha bajado muchísimo.
Ante la situación que describe, ¿la gente consumió más fármacos como la Viagra?
No, porque lo que no hay son ganas. Quien recurre a los fármacos tiene ganas pero no se le levanta, pero aquí no hay esas ganas, entonces no hay que tomar nada.
¿Esta falta de apetito sexual se puede tratar o no hay remedio posible?
Esto se debe principalmente a un periodo de ansiedad, estrés o depresión. En cuanto se empieza a tratar este estrés y esa depresión la gente va volviendo a la vida y a las ganas. Hay gente que dice que gracias a la terapia se ha vuelto un experto en cosas que nunca se le habían pasado por la cabeza. Hay muchas mujeres que cuando se desinhiben se dan cuenta de que su potencial sexual es muy grande, no es que sean peligrosas, pero cuando se liberan y aprenden las tienen que mandar parar, se han convertido en fieras.
¿Ha detectado un aumento de las infidelidades?
Las infidelidades subieron más bien por internet, y en algún caso de personas que tenían que acudir a su trabajo de forma presencial. Hay mucha gente que por no poder llevar a cabo esas relaciones sexuales saludables incluso se volvió más adicto al sexo por internet, hasta el punto de contactar con personas para masturbarse o tener relaciones virtuales.
¿Qué peligro conllevan las relaciones por internet?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que suele ser un negocio. El pardillo que está desde su vivienda a través de internet masturbándose con alguien, a lo mejor no se da cuenta, pero ese alguien ya le está robando datos sobre su identidad, y luego viene, pasados unos días, la amenaza de que pagas o se lo enseñan a tu familia. Si una persona tiene relaciones con alguien online debe tener un perfil completamente anónimo. Mientras que el hombre se excita al momento, la mujer tarda 20 minutos, y en ese tiempo la mujer está al negocio.
¿Todo el mundo sufre por igual los efectos que la pandemia tiene sobre la vida sexual?
No todas. Las personas de más preparación, con una mente más controlada y pacífica y mayor tranquilidad se pudieron ver beneficiadas. Con menos preocupaciones a lo mejor sí que han aprovechado para cultivar la sexualidad, experimentando incluso cosas que en el día a día no hay tiempo para hacer. Gracias a internet también hay gente que ha aprendido mucho y ha practicado, pero son los menos abundantes.
