BOTELLÓN EN LA CIUDAD

Vecinos de San Francisco: "Isto é horrible, non hai quen durma cos gritos e o alboroto"

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photo_camera Jóvenes durante el pasado sábado por la noche en el parque de la Zapatilla.

El botellón tiene nuevas víctimas: los vecinos de San Francisco, que ya lo sufrieron hace una década

Tras las numerosas quejas de vecinos y locales del entorno de la Praza do Trigo, punto neurálgico del botellón ourensano en los últimos meses, la acción disuasoria de la Policía Local ha provocado la dispersión de los jóvenes por diversos puntos de la ciudad. El parque de la Zapatilla, en el barrio de San Francisco, se ha convertido en el principal lugar de acogida. Esta situación no es nueva, ya que hace más de diez años, antes de que el botellón se instaurase en la Alameda, la actividad alcohólica en la vía pública tenía lugar, cada fin de semana, en la Zapatilla. "Cuando se fue de aquí estábamos tranquilos, pero claro, como molestaba allí abajo, nos lo volvieron a subir para San Francisco", explica un afectado. "En uno de los edificios que están frente al parque tuvieron que poner en su momento barrotes en el portal para evitar que se colocasen debajo de las escaleras cuando hacía frío", recuerda. Después de una década "tranquila", la movida vuelve a cocerse debajo de sus casas.


Enfado generalizado


Los vecinos, que en los pasados fines de semana ya se han visto obligados a llamar en varias ocasiones a la Policía Local, están hartos de la situación. "Eu vivo xusto diante do parque e este sábado tiven que chamar varias veces á Local para que viñesen", explica otro. Además, señalan que los efectivos no hacen lo suficiente para que los jóvenes se vayan: "Veu unha unidade, pero estaba arriba de todo e, mentres tanto, un grupo estaba dándolle patadas aos cubos de basura da zona de abaixo". Otra de las vecinas de la zona señala que el botellón empieza el jueves y se alarga hasta el sábado: "Aquí isto é horrible, non hai quen durma cos gritos e co alboroto que arman". La situación del parque, cercana a la zona de marcha ourensana, contribuye a que los jóvenes escojan esta zona para beber. "Chegan a primeira hora, en cada banco un grupo deles, arman o campamento e beben ata que se cansan ou xa non poden máis, e despois baixan unha rúa e xa están no meollo", apunta otra de las afectadas. Los vecinos del barrio reclaman al Concello encontrar una solución "lógica" con brevedad. "Da igual lo que hagan, lo intentan erradicar y lo único que consiguen es fastidiar a más vecinos de otras partes de la ciudad. Los chavales van a seguir bebiendo, está claro, así que habrá que tomar medidas distintas a las que se están tomando ahora", comentan.

Un hombre que vive en la zona señala que él, en su casa, se ha visto obligado a colocar ventanas aislantes para poder descansar los fines de semana, debido al trajín que existe entre la calle Peña Trevinca y la zona de Os Viños. Otra de las afectadas, cuyas ventanas dan al mismo parque, comenta que el jaleo se mantiene desde las doce de la noche hasta altas horas de la madrugada: "Hai moitos veciños que saen á ventá case pola mañá, cando están gritando ou pelexando entre eles, e marchan correndo porque teñen medo de que chamemos á Local".


"Los padres sacamos los cristales del parque infantil"


En la nueva zona de botellón de la ciudad hay dos parques infantiles, de los que los jóvenes también hacen uso durante las noches. Varios vecinos de la Zapatilla señalan la peligrosidad que supone para los niños que juegan horas más tarde en el mismo lugar. "Somos los padres los que a veces tenemos que sacar los cristales para que nuestros hijos no se corten mientras se lo están pasando bien", explican. El domingo por la mañana, según los vecinos, los servicios de limpieza municipales llegan alrededor de las doce del mediodía, una hora "tardía" según muchos de los afectados: "A esas horas muchos ya hemos llegado al parque con los pequeños, y eso continúa lleno de bolsas de plástico, botellas, vasos y demás". Además, como consecuencia del alcohol ingerido, algunos jóvenes vomitan en los alrededores del parque. "Es muy desagradable  pasear por aquí por las mañanas del fin de semana, hay basura en todas las esquinas , cuando no hay vómitos frente a los portales o meadas en las fachadas de los edificios colindantes", se queja una vecina. "Si se sientan en la entrada de mi local lo dejan todo lleno de mierda, y a la mañana siguiente me toca recogerlo cuando llego", señala el dueño de un bar cercano.

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