Política

Jácome se reúne con sus concejales críticos: esquivo, con selfies y sin respuestas

El alcalde se vio obligado a explicar a los suyos el destino del dinero que maneja sin rendir cuentas

Los antecedentes dejan claro que cuando un político quiere transmitir de forma exagerada y artificial sensación de tranquilidad, en su partido hay de todo menos tranquilidad. El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, vivió una jornada de presuntos chistes, bromas sin gracia y ediciones de tweets mientras la tormenta arrecia sobre su cabeza y la del partido que lidera. Hacer ver que una reunión extraordinaria de Democracia Ourensana es ordinaria (recalcándolo en un mensaje a través de las redes sociales que, en su origen, no lo incluía), cargar contra los medios de comunicación y los profesionales que los forman y negarse a hacer cualquier tipo de declaración que los ourensanos merecen y necesitan, fueron los ingredientes de un plato digno de un menú del día chusco y de baja calidad.

El alcalde se reunió con los concejales críticos de su partido para dar explicaciones sobre el destino del dinero que maneja sin rendir cuentas. Unas informaciones que están sacudiendo los cimientos de su gobierno. No le ha quedado más remedio que reunirse ante la insistencia de sus compañeros, pero explicaciones cero. Un encuentro que se prolongó durante toda la mañana y del que Jácome intentó evitar la foto, tras idas y venidas sobre el escenario escogido. De la teoría del Salón de Plenos, a la práctica del Hotel Princess.

Los minutos y horas pasaron hasta que Jácome y los concejales críticos salieron por separado sin hacer declaraciones. No a los medios, a los ciudadanos, que ven como el alcalde calla (¿y otorga?). Habló durante 40 segundos para hacer publicidad del recinto hotelero. De lo serio, nada. Y para colmo, un selfie desde el hall presumiendo de su poder de convocatoria mediático y vanagloriándose de no hacer declaraciones."Que cada periódico se apañe con su lectores, por todo lo que publicaron". Política de altura. 

Con un lacónico "me dejas ir", Jácome cruzó la calle y se fue sin dar respuesta a las muchas preguntas que se hacen los ciudadanos y que sobresalen entre polémicas artificiales y proyectos muy teóricos y poco prácticos. Una perfecta metáfora visual de lo que está siendo su mandato.

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