El regidor comienza un gobierno en minoría con dos prioridades inmediatas, aprobar un presupuesto y el Plan de Urbanismo
Sin sorpresas, algo que se había vuelto casi inusual en el salón de plenos del Concello de Ourense. Jesús Vázquez Abad (Núremberg, Alemania, 1967), candidato del PP en los comicios del pasado 24 de mayo, será el alcalde de la ciudad los próximos cuatro años, sustituyendo al socialista Agustín Fernández Gallego.
La sesión constitutiva de la nueva Corporación municipal siguió el guion previsto, según los anuncios que los cuatro grupos con representación plenaria habían hecho de votarse a sí mismos, y ante la ausencia de una mayoría absoluta, los populares, fuerza más votada en las elecciones, formarán en minoría el nuevo gobierno local, formado por diez ediles. Se quedan en la oposición Democracia Ourensana, con ocho; PSdeG, con seis; y Ourense en Común, con tres.
El pleno de investidura siguió la liturgia habitual, conducida por el secretario municipal, Luis María Bermúdez, y presidida, una vez constituida ésta, por la mesa de edad que formaron dos concejales de DO, Domingo Castro Sotelo–el de mayor edad, 65 años– y Pablo Prol Sobrado– el más joven, 23 años–.
Una vez declarada la constitución de la nueva Corporación, se procedió a votar al alcalde. Para ello, cada uno de los 27 ediles introdujo en una urna un sobre con una papeleta con su candidato elegido, sin que finalmente ninguno rompiese la disciplina y manteniéndose, por tanto, el mismo número de votos por partido que escaños en la Corporación. De acuerdo con el Real Decreto que rige el proceso, que el secretario detalló antes de procederse a la votación, al no resultar elegido por mayoría absoluta ninguno de los cuatro candidatos,
como así fue, asumió automáticamente la Alcaldía Jesús Vázquez, como cabeza de la lista más votada.
Tras recibir de manos de Domingo Castro el bastón de mando, el nuevo regidor de la ciudad pronunció un discurso en el que quiso transmitir "a miña inmensa gratitude por poder asumir o reto e a gran responsabilidade de ser o alcalde de todos os veciños de Ourense". Jesús Vázquez auguró el inicio de un trabajo de renovación de la ciudad "que temos que facer xuntos".
La política del grupo de gobierno será, dijo, "unha política de man tendida, diálogo e transparencia, centrada no interese común e o beneficio colectivo" en unos tiempos nuevos que implican "novas maneiras de facer política". "Temos que entendelo tanto dende a responsabilidade de goberno como dende a responsabilidade da oposición", advirtió el alcalde entrante. Ourense es una ciudad gobernada en minoría, razón por la que el nuevo alcalde insistió en su discurso de investidura en el "diálogo" y en la "man tendida" a la oposición, que volverá a jugar un papel determinante en este mandato y a la que pidió que sea "firme, pero tamén corresponsable cos novos retos da cidade". "Seguro que haberá puntos de encontro. Debemos buscalos", sostuvo.
Jesús Vázquez mencionó algunos de los puntos sobre los que el Concello deberá actuar "con especial dilixencia", como el ordenamiento urbano, la llegada del AVE, la conclusión de infraestructuras culturales pendientes, el aprovechamiento termal, el desarrollo turístico y comercial, la fijación de la juventud y la atención a los mayores. "A nosa política debe ter unha gran sensibilidade social, porque aínda que estamos saíndo da crise, a recuperación tardará en percibirse nidiamente entre os cidadáns", indicó el regidor entrante, destacando que las ciudades "son sumas de historias de onte e persoas de hoxe". Parafraseando el título de la obra literaria de Celso Emilio Ferreiro, Jesús Vázquez afirmó que "queremos mellorar este lugar onde o mundo se chama Ourense e a historia se chama hoxe". "Graciñas, e a traballar", concluyó, ovacionado por los suyos al término de su discurso, el nuevo alcalde de la ciudad.
