El atún del grupo Thunnus es un género de peces óseos marinos con menos de diez especies incluidas en él. En sus primeros días de vida, los individuos de este género son llamados cordilas. Nadan con velocidades de crucero de 3 a 7 km/h, pero pueden alcanzar los 70 km/h y excepcionalmente, son capaces de superar los 110 km/h en recorridos cortos. Como son animales oceánicos pelágicos, viajan grandes distancias durante sus migraciones (recorriendo de 14 a 50 km diarios)... Algunas de las especies más grandes, como el atún de aleta azul, pueden elevar la temperatura corporal por encima de la temperatura del agua con su actividad muscular, ello no significa que sean de sangre caliente, pero les permite vivir en aguas más frías y sobrevivir en una más amplia variedad de entornos que otras especies de atún.
Jorge Gómez Barril, como el atún es muy viajero, veloz (corrió 2 maratones, la de París y la de Madrid) y también, con su fuerte actividad muscular sería capaz de sobrevivir en una amplia variedad de entornos.
Nacido en un mes de septiembre en Seixalvo, a los 16 años empezó a trabajar como botones en el Banco Pastor y 40 años más tarde se jubiló como director de una oficina bancaria. Fue concejal de deportes y árbitro de fútbol (1ª División), casado con Anke Guede, padre de dos hijos, Jorge y Bety, y abuelo de dos nietos, Laura y Daniel, Jorge Gómez Barril es un personaje popular y de carácter abierto y “festeiro”. Asiduo a los carnavales de Ourense como “Femme fatale”, apasionado por el atletismo y la moto, su persistencia, paciencia, positivismo y lealtad le han hecho acreedor en todas las facetas que desarrolla en su vida a una aureola de simpatía popular que hace que Jorge Barril tenga amigos en todos los rincones en los que ha sentado su notable humanidad.
Como profesional de la banca, Jorge Gómez Barril dejó un sello de seriedad espartana, aunque paradójicamente haya sido el director de la oficina bancaria con más atracos sufridos en la provincia de Ourense. En su faceta arbitral fue el primer árbitro de Ourense en alcanzar la 1ª División de fútbol, donde tuvo una brillante trayectoria como árbitro y como persona.
Pero hay algunos ámbitos de Jorge Gómez Barril que también le ampliaron enormemente su campo de vivencias y por supuesto el innumerable grupo de buenos amigos que siempre ha tenido, como el campismo en Playa América, los viajes y las reuniones gastronómicas a las que casi nunca falta. Jorge Barril, que es maniático de la perfección, le encanta dormir la siesta, el arroz con bogavante, la música mejicana y las playas del Caribe, no le gustan ni la falsedad ni la mentira, y tampoco el sushi, aunque aquí surge una curiosa contradicción, todos los años celebra una especie de matanza domiciliaria o tradición gastronómica que consiste en la elaboración y posterior envasado de atún, que en respetables cantidades se reserva para todo el año, o sea, que Jorge Gómez Barril se fagocita a sí mismo con el pez al que yo comparo figuradamente con él mismo.
Jorge Gómez Barril a mí me recuerda a El penalti más largo del mundo, una peculiar adaptación cinematográfica española, dirigida por Roberto Santiago y protagonizada por Fernando Tejero, quien da vida a un arquero que deberá asumir la gran responsabilidad de sustituir al portero titular de un equipo de tercera división.
A Jorge Gómez Barril le conozco desde que éramos niños, conocí a sus padres y hermanos y con Jorge y Anke he compartido acampadas, veranos, semanas santas, balnearios y sobre todo, una entrañable amistad de la que me siento muy orgulloso y sé que enriquecida por el tiempo permanecerá en nuestros ¡siempre infantiles corazones!
