ENTREVISTA

José Rodríguez: "Filipinas se ha convertido en una oportunidad para los españoles"

La ajetreada agenda de José Rodríguez le trajo esta semana a su tierra natal y a su Trives de adopción. Gran parte de su vida profesional ha estado vinculada a la Asia Pacífica.

La ajetreada agenda de José Rodríguez le trajo esta semana a su tierra natal y a su Trives de adopción. Gran parte de su vida profesional ha estado vinculada a la Asia Pacífica, donde ha desempeñado importantes labores en los ámbitos periodístico, empresarial e institucional, que ha ido compaginando con aficiones como la historia o la literatura. Actualmente, y entre otros muchos cargos, es director honorífico de la Academia Filipina de la Lengua Española, organismo que dirigió entre 1994 y 2003.

¿Cuál es el origen y la misión de la Academia Filipina de la Lengua Española?

Es una de las 22 Academias de la Lengua Española, todas ellas con los mismos derechos y deberes. Fue fundada en 1924 y fue la undécima en el orden fundacional, lo que refleja la importancia de la lengua de Cervantes en Filipinas durante esa época, en la que se producía mucho en español pese a la influencia ya existente de Norteamérica. A nivel intelectual,político o de negocios, la lengua española era la moneda de cambio, aunque nunca llegó a serlo a nivel general. Ya en el presente, la Academia es un conjunto de personas al que yo defino como hispanistas, que trabaja con el objetivo principal de seguir el dictado de su logo: custodiar, defender y enaltecer la lengua.

¿En qué situación se encuentra la lengua española en Filipinas hoy en día?

A mi juicio, goza de una salud muy buena. Durante mi etapa en el Instituto Cervantes, el número de matrículas se incrementó de tal forma que faltaron profesores de español; con 7.500 fue el centro con mayor número de matrículas del mundo. Una de las razones que llevó a esta buena situación es que los filipinos han visto en la lengua un factor económico: saber español quiere decir que aspiras a un mejor trabajo, y ahí está el quid de la cuestión. Filipinas es hoy en día el país que tiene el mayor número de centralitas telefónicas internacionales del mundo, lo que ya es la segunda fuente de ingresos del país, con 25.000 millones de dólares, tras los emigrantes. Esto hace que empresas norteamericanas paguen más a quien sabe hablar español, y eso ha hecho incluso que gente de España haya encontrado su primer empleo en una de estas centralitas filipinas.

¿Se conoce lo suficiente la existencia de esta oportunidad en España?

Se va conociendo poco a poco, y esto tiene como prueba el aumento de la colonia española en Filipinas, lo que ha cambiado la configuración, no a gran escala, pero sí en comparación con el pasado, que fue muy pobre. Hoy en día se están asentando empresas españolas de carácter medio, y esto genera este valor económico.

Formalmente, ¿qué diferencias presenta el castellano del español filipino?

El filipino que habla español lo hace de forma generacional, la lengua se transmite boca a boca de padres a hijos, en muchos casos sin ninguna educación formal en la lengua. El español formó parte de la Constitución Filipina hasta 1986, cuando se deroga de la lista de idiomas oficiales, algo que fue el jaque mate al estudio de la lengua. El idioma filipino cuenta con más de 20.000 vocablos en español, un número que varía según la zona, pero además existe una lengua autóctona que es un criollo del español, se llama chabacano y hablan unas 600.000 personas del sur de Filipinas. Se trata de un español anclado a principios del siglo XX y que no se ha desarrollado, y que yo considero parte de la lengua española porque es sencillo de entender. Hablando de porcentajes, hay que tener en cuenta que Filipinas supera los cien millones de personas, y si consideramos que el 1% lo habla, tenemos un millón, y sumando quienes lo entienden, se acerca a los dos millones de personas, una cifra importante.

¿Cuál es la actitud de la Acade- mia ante esta versión arcaica y no conjugada de la lengua? ¿La protege o busca normativizarla?

El objetivo fundamental es custodiar lo que hay, para a partir de ahí pensar en cómo hacerse sentir en la comunidad universitaria. El germen tiene que partir de la juventud, así que siempre he apostado por el acercamiento a los departamentos de español de las universidades y siempre estar a su disposición, para que ellos den el paso. Acercarse a la juventud implica un punto de vista muy claro: la lengua la hace el pueblo, así que no se puede decir que el español de una zona es mejor que el de otra. Hay que tener un respeto enorme hacia esta lengua, porque es la caja fuerte, y su llave la tiene el pueblo.

¿Cuál está siendo el impacto del inglés sobre la lengua española?

Como potencia, Estados Unidos impuso desde que llegó sus reglas de juego, entre las que estaba la lengua, y esto fue poco a poco arrin- conando al español. Filipinas ha mirado durante muchos años a Norteamérica como si de La Meca se tratase, pero cuando Estados Unidos entró en recesión se empezó a mirar a Europa como un nuevo camino. Así, son miles los filipinos presentes legalmente aquí, como los 250.000 que viven en Italia o los 50.000 en España, lo que se refleja a su vez en que determinados puestos de trabajo que solamente encontraban antes en Estados Unidos han cambiado, por ejemplo, el mayor número de enfermeras fili- pinas está en Inglaterra.

Acaba de editar un libro que expone una particular perspectiva histórica de Filipinas. ¿Cómo la presenta?

Se titula "Front Pages of Philippine History" y es un libro que recoge los 150 años de historia del país vista a través de la prensa. Cuando llegué a Filipinas, hace casi 40 años, me dediqué a coleccionar todas las publicaciones periodísticas escritas en español, lo que terminó convirtiéndose en una gran hemeroteca, y un día decidí qué podía hacer con ella. El libro, hecho en un 98% de recortes de mi colección, se divide por capítulos, que atienden a las distintas épocas de la historia del país, como el periodo japonés,laindependenciaolaLey Marcial, y cuenta con un prólogo manuscrito de Mario Vargas Llo- sa. Resulta curioso cómo, aparte de la historia del país, se refleja la evolución de la lengua. 

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