Juan Taboada: "Nos falta educación para afrontar una alerta roja, no estábamos listos"

La Meteorología es la ciencia que está detrás del tema del que todo el mundo habla este mes: la ola de frío. Esta, junto a los efectos de la borrasca Filomena en Madrid, ocuparon los titulares durante más de una semana. Juan Taboada, físico de profesión, es especialista en la atmósfera y se encarga de coordinar MeteoGalicia. Asegura que este tipo de fenómenos, pese a su adversidad, "son los que nos hacen aprender". Los meteorólogos ya hablaban de Filomena y de las grandes nevadas desde el 31 de diciembre. Sin embargo, la catástrofe llegó igual, Madrid no se dispuso especialmente para afrontarla. ¿Por qué esta falta de atención a los meteorólogos? No es que se hayan ignorado, pero es verdad que siempre hay una parte de la población o de las autoridades que tienden a pensar que los meteorólogos exageran. La principal cuestión, sin embargo, es que las infraestructuras no están realmente adaptadas a situaciones que se salen mucho de la normalidad. Con esta nevada de más de 48 horas de más de 40 centímetros de nieve, por mucho que limpies, los problemas vendrán igual, no podemos estar preparados para todo. Es verdad que aquí nos falta educación a la hora de afrontar una alerta roja, faltó preparación. Sin embargo, también nos faltaba preparación para el covid y ahora hay científicos en relación constante con las instituciones. ¿Sería interesante una relación semejante entre los meteorólogos y los gobiernos ante estas situaciones que paralizan un país? No sería mala idea, de hecho se están intentando hacer aproximaciones. Las agencias de Meteorología dan avisos que pasan a Protección Civil y, a partir de ahí, se desencadenan toda una serie de planes. Pero es cierto que se deberían hacer otras aproximaciones en las que el meteorólogo no ponga el nivel, sino de que advierta de los problemas a las instituciones, para que se ocupen de los puntos más problemáticos, como los hospitales. Los meteorólogos muchas veces hacen de periodistas y viceversa pero ¿existe una buena información meteorológica? A veces es difícil transmitir la información pero todo el mundo debería entender una alerta roja. Hay algo que falla, habría que implicar a más sectores sociales para ser más eficientes y hacer otro tipo de aproximación a las emergencias. Ahora en los colegios, dentro de Geografía, se van impartiendo lecciones meteorológicas, pero hace falta más formación en cuestiones que tengan que ver con cosas que tengan una incertidumbre asociada y hay que hacer notorio que son necesarias las redes de medida, que son caras, y que sin medidas no hay ciencia, como vimos con el covid. ¿La gente confía en los hombres y mujeres del tiempo o se deja llevar por el tópico de ‘‘que nunca aciertan"? Cada vez se confía más, con el tiempo la Meteorología se ha vuelto más confiable. Las personas que tenemos cierta edad se acordarán, como yo, de como eran antes los pronósticos. Recuerdo de niño a Mariano Medina en televisión que poco más era capaz de dar algo para uno o dos días. Eso ha mejorado mucho, pero también ha hecho que la demanda de información haya aumentado. A veces nos encontramos con peticiones de información que no podemos satisfacer y hay situaciones muy cambiantes, la gente se enfada porque no podemos asegurar lo que pasará en cuatro días. Siempre hay algún disgusto, pero en principio entiendo que la gente sí confía en los pronósticos porque no hay más que ver las audiencias que tiene el tiempo. Si fuera algo en lo que la gente no confiase, dejaría de verse. ¿Qué es el buen tiempo para un meteorólogo? Realmente no existe. Además de meteorólogos, somos personas normales y nos dejamos llevar, nos apetece que un fin de semana haga sol y decimos “que la situación mejora”, pero aún así no nos gusta mucho calificar las situaciones porque para nosotros de estas situaciones nos interesan las que se salen de lo normal, como Filomena. Este tipo de situaciones son las que nos hacen aprender. En principio no nos gusta calificar el tiempo ni de bueno ni de malo, quizá sí el clima promedio. Lo bueno es que las situaciones se vayan adaptando a las épocas del año, porque es lo que hará que nuestras actividades, e incluso la planificación de las ciudades que suelen ser acordes a una climatología, encajen. Si no, acabará siendo malo para nuestra salud. Las grandes olas de frío que acabamos de ver ahora nos hacen perder dinero. ¿Por qué Ourense tiene temperaturas tan extremas? ¿Qué factores influyen más sobre la provincia? El principal factor es que no hay mar, que tiene un efecto suavizador de la temperatura. En Ourense, no tenemos su influencia y la configuración de la provincia mantiene el aire frío en invierno. En verano, la falta de movimiento del aire y el sol provocan igualmente las altas temperaturas . ¿Somos esclavos del anticiclón de las Azores? Sí. Le gusta el aire cálido y en primavera y en verano se mueve para protegernos de las borrascas, pero en otoño y en invierno hace justo lo contrario. Tenemos menos radiación solar y el aire frío que en verano se queda en zonas polares, va descendiendo en latitud, y trae de la mano a las borrascas. En invierno, se mueve. Lo mejor es tenerlo cerca. ¿En cuarentena siguió importando el tiempo que hacía? Sí, quizá menos. Pero fue una sorpresa porque pensamos que su importancia sería residual. Nos dimos cuenta de que la meteorología no es solo para los urbanitas, sino que hay mucho sector primario interesado. Realmente es muy importante para estos trabajos y otros de servicios mínimos, no sólo para el ocio. El cambio climático es una evidencia. ¿Es posible frenarlo sin cambiar de estilo de vida, industrial y superproductivo? Estamos cambiando la composición de la atmósfera, aumentando la concentración de gases de efecto invernadero y eso hace que estén aumentando las temperaturas. El cambio climático se aborda mediante dos estrategias. Una es la mitigación, que dependería de políticas que contribuyan a que emitamos menos C02 a la atmósfera para paliar el problema, pero todo lo que ya hemos emitido y vamos a emitir se va a quedar ahí cerca de 100 años. Hay que ir a la segunda estrategia, la de adaptación, que consiste en estudiar los patrones que nos indican como aumentarán las temperaturas o como cambiarán los patrones de lluvias y a partir de ahí intentar adaptar los diferentes sectores y el urbanismo para estar más preparados .