Tribunales

La jueza ordena un examen psicológico del falso enfermero ourensano

La defensa aportó documentación del trastorno de la personalidad que padece y se aplazó el juicio

Santiago B.L., de 32 años, no acabó la Educación Secundaria Obligatoria pero aspiraba a toda costa a trabajar con un título de grado y bata blanca. Para ello, no dudó en falsificar un título de Enfermería en 2018 para colegiarse en Ourense, un asunto que le costó una denuncia del Colegio de Enfermería y que este jueves llegó a juicio en el Penal 2.

No obstante, la magistrada, para garantizar su derecho de defensa, aceptó la petición de María Álvarez, la abogada del inculpado, para que las psicólogas del Imelga lo examinen al objeto de determinar su estado mental y, por tanto, determinar su imputabilidad y capacidades -intelectiva y volitiva-. Ayer aportó dos sentencias de la Audiencia provincial que tuvieron en cuenta un trastorno de personalidad diagnosticado en 2015 a la hora de rebajarle la condena por dos delitos de incendios forestales, además de informes de los médicos que lo están atendiendo en la actualidad.

La letrada había requerido el 30 de julio del pasado año un examen forense pero fue denegado, según recordó ayer la jueza del Penal 2, "porque no se concretaron los términos de esa prueba".

El inculpado no sólo intentó colegiarse en Ourense en marzo de 2018 sino que ese mismo año también fue denunciado en Lugo, en donde tiene otra causa penal abierta por intrusismo profesional y falsedad documental. Posteriormente, se fue a Madrid donde también consiguió su propósito y ejerció en una residencia de ancianos de La Moraleja, con nómina de 1.700 euros y en un hospital universitario, en donde fue despedido al detectarse fallos en los cuidados de los pacientes.

El caso que está pendiente de juicio en su ciudad natal, saltó tras la denuncia del Colegio de Enfermería de Ourense, que está personado como acusación particular. Santiago B.L. solicitó el ingreso en ese organismo el 2 de marzo de 2018 e incorporó a su solicitud de alta documentos falsos: declaración de no estar inhabilitado para ejercer la profesión de enfermería y el certificado de pago de los derechos de expedición del título universitario oficial en el que hacía constar que había superado los estudios del título oficial de diplomado.

La solicitud y la documentación fue examinada por el personal del colegio que ya detectó las adulteración: en el certificado de derechos de expedición de titulo no constaba el registro nacional. Esta anomalía se le comunicó al acusado, quien elaboró un nuevo certificado, simulando, al igual que en el anterior, sellos, la firma y marcas de agua. Pero incorporó en esta ocasión el dato que había omitido, es decir, un nuevo documento falsificado.  Así, la firma de la directora de la Escuela de Enfermería estampada en los certificados de la Universidad de Vigo no había sido realizada por ella.

El Colegio de Enfermería optó por denunciarlo ante la gravedad de los hechos ya que de haber conseguido la colegiación podría haber ejercido "con el riesgo que ello supondría -asegura el letrado que representa al colegio, Óscar Pazos- para la salud pública, además de los daños que podrían ocasionarse a la credibilidad del colegio profesional". 

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