A juicio por abusar (ahora violar) de una amiga a la que después invitó a cenar, en Carballiño

Tres de los magistrados de la sala penal de Ourense.
photo_camera Tres de los magistrados de la sala penal de Ourense.

La mujer, “paralizada por el miedo”, le imploró llorando que parase. Manuel fue acusado de un abuso sexual agravado por un ataque con penetración, al entenderse que no hubo violencia.

La Audiencia de Ourense sentenció una media de dos asuntos al mes por violencia sexual durante el primer semestre de este año. El último de los procedimientos está señalado para el 14 de diciembre. Manuel A.A. está acusado de un abuso sexual agravado porque hubo un ataque con penetración, pero sin violencia; se calificaron los hechos a tenor del Código Penal vigente cuando se cometieron los hechos, febrero de 2020, ya que ahora, con la nueva ley, sería una violación (con penas de prisión de cuatro a doce años).

La fiscal reclama una pena de seis años de cárcel y 6.000 euros de indemnización que la acusación particular eleva a diez años y 30.000 euros por daño moral

La víctima conocía al inculpado, con el que mantenía una larga relación de amistad. Acudió al domicilio del acusado, en Carballiño, con el pretexto de un asunto laboral porque ambos trabajaban en el mismo sector profesional (peluquería). Era la primera vez que iba y como no conocía las calles dejó el coche en la estación de tren.

El ministerio público sostiene que Manuel empezó a tocarla por todo el cuerpo al tiempo que se le declaraba. La mujer asegura en su denuncia que comenzó a llorar para que parase.  El inculpado, sostienen las acusaciones, tumbó a su amiga en la cama, le quitó el vestido y la penetró vaginalmente. La mujer no opuso resistencia física porque “se encontraba paralizada por el miedo, aunque insistía en que cejase en su actitud”. La acusación particular insiste en que todo el tiempo expresó que no quería una relación sexual con él. “No pudo defenderse físicamente con la fuerza aunque le dijo llorando en todo momento que parase, haciendo caso omiso el encausado”, recoge en su escrito de calificación provisional.

Y le invitó a cenar

Posteriormente, el presunto agresor invitó a cenar a la víctima a un conocido restaurante de la villa del Arenteiro. Semejante gesto, según la letrada de la acusación particular, obedece a que tenía miedo de que llamase a la Guardia Civil.  “Mi representada tuvo que aceptar porque deseaba salir ilesa de Carballiño y no sabía el camino para alcanzar su vehículo y marcharse para Ourense”, asegura en su escrito.

El acusado niega los abusos, pero no el acto sexual. “No realizó ningún acto de contenido sexual ni atentatorio contra la integridad sexual de la denunciante con conocimiento y consciencia de la ausencia de voluntad”, asegura el abogado que lo defiende.

Te puede interesar