TRIBUNALES

A juicio un caso de drogas que cuestionó Asuntos Internos

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photo_camera El hachís, cocaína y dinero intervenidos en esa operación.

Entre los seis inculpados figura el vigués que actuaba como confidente de la policía ourensana 

La operación Samprimitivo que juzga la Audiencia provincial a partir del martes no es un caso cualquiera. Está sustentada en unas diligencias que entraron a finales de 2014 y 2015 en dos juzgados distintos casi de forma paralela. En uno, por la puerta principal y en el otro, por la de servicio. El servicio policial, que se fraguó con seis imputados pero ocho detenidos en distintos momentos, ofrece varias lecturas.

La primera, la más ortodoxa, relata las andanzas de seis acusados en el negocio de las drogas a mediana escala -Ismael N. S., José Ramón P. C., Diego L.A., Gonzalo V.B., Josué Y. C. y José V.V.- para los que la fiscal reclama penas entre los seis y tres años de prisión por traficar con cocaína y hachís. Los tres primeros supuestamente distribuían en Ourense la droga que compraban a los proveedores de Pontevedra.

En total, 396 gramos de cocaína (52,46% de pureza) y 10,6 kilos de hachís intervenidos el 27 de diciembre de 2014 así como ocho paquetes más con 4,1 kilos de resina de cannabis que fueron decomisados en marzo de 2015. Según el informe pericial, el precio de la droga en el mercado alcanzaría los 110.821 euros.

La acusación se formuló dentro de unas diligencias que recayeron en Instrucción 2, aunque parte del hachís fue aprehendido en Vigo, pero la Audiencia de Ourense, a lo largo de la tramitación, se mostró partidaria de unir los dos frentes.

La interpretación más controvertida de esta operación se hizo en el Juzgado de Instrucción 1, en las diligencias de la llamada operación Zamburiña, en la que están acusados cuatro policías y nueve presuntos traficantes. Asuntos Internos, la unidad encargada de la investigación, rescató el atestado del caso Samprimitivo, incorporado en el primer tomo del sumario, como ejemplo de connivencia entre traficantes y policías para eliminar la competencia de los primeros y favorecer los éxitos de los segundos ante sus superiores.

Según Asuntos Internos, el atestado 14100/14 de 27 de diciembre de 2014 "sustenta las sospechas de que el grupo de funcionarios policiales investigados cuenta con colaboradores, indudablemente vinculados al tráfico de estupefacientes y que realiza operaciones irregulares". Y destaca que se inició a mediados de noviembre por parte del exjefe de drogas cuando aun no ostentaba ese cargo (lo hizo el 12 de diciembre de 2014).


Teléfonos pinchados


Cuando se fraguaba la segunda parte de la operación Samprimitivo -el hachís intervenido a Josué Y. C. en Vigo-, el responsable del grupo de estupefacientes, Antonio R.F., ya tenía el teléfono intervenido. Las escuchas revelan cómo se coció: José V.V. sirve a Josué en bandeja de plata a la Policía Nacional. "Por la conversaciones telefónicas -sostiene Asuntos Internos-se puede deducir que le han tendido una trampa a Josué a través del que resultó ser su confidente, José V.V (29 años)".

El nombre de este "confite"- junto el de Josefa P.G. "Pucha o la Rubia"- aparece constantemente a lo largo de los más de 20 tomos de la Zamburiña. Según recoge el juez en el auto que pone fin a la instrucción, es "uno de los principales colaboradores de Pucha, encargándose de labores de intermediación con proveedores". Además, en la declaración de esta ante el instructor, reconoció que "Josito le traía droga desde Vigo". En ese mismo auto, se dice que el exjefe de drogas "le revela información sobre operatividad interna reservada y especialmente sensible", ofreciéndose a informarlo si algún otro grupo lo investiga.

Pero el hecho de que Josito se siente en el banquillo el próximo martes ofrece una interpretación favorable a los policías encartados. El exjefe de drogas, Antonio R.F., mantiene que es un ejemplo claro de que no permitían traficar a sus confidentes y pretende hacerlo valer en el argumentario para anular la instrucción.

Asuntos Internos, por su parte, cree que hubo un error de cálculo: "estaba pactada su detención" por dos huellas suyas del pulgar izquierdo que aparecieron en el envoltorio del paquete con cocaína aprehendido en diciembre. "Una prueba -valora erradamente- bastante inocua para poder ser acusado". Añaden los policías que investigan casos de corrupción policial que "Josito está conforme con su detención para así no levantar sospechas entre el resto de detenidos". La más beneficiada, según creen, es Josefa P.G., "tanto porque dejaría de estar investigada por la Udyco de Pontevedra como porque elimina competencia". 


 Transporte: dos coches, uno vacío como lanzadera


La fiscal alude a tres incautaciones de droga en su escrito de calificación del juicio señalado para el martes. Los primeros en ser detenidos fueron José Ramón P.C., Diego L.L. e Ismael N.S. cuando se dirigían a Ourense por la A-52 pasadas las cinco de la tarde. 

Los tres se desplazaron el 27 de diciembre de 2014 a Mos (Pontevedra) en dos coches.  José Ramón conducía un Renault  Laguna, en donde se escondían los casi 400 gramos de cocaína, y los otros dos, en un Clio, que servía de lanzadera, circulando primero. "Van enlazados ambos conductores a través del móvil para comunicar la posible presencia policial", recoge el atestado. Según dice la acusación, la cocaína fue proporcionada por Josué Y.C. y José V.V., a quien se la entregó, a su vez, Gonzalo V.B. Ante la Policía, José Ramón P.C. dijo que no sabía que su coche llevaba droga y que se la introdujo un conocido de Ismael con la excusa de ver el coche para comprar otro igual. E indicó de motu propio que Ismael N.S., el supuesto organizados del viaje y con los contactos en Vigo, había dejado dos bolsas en su buhardilla de la calle Mercado. Los agentes se incautaron allí de 13 paquetes de medio kilo y cinco con un kilo de cannabis . Por último, la fiscal recoge la incautación de hachís en Vigo cuando Josué  circulaba en un Golf.

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