La fiscal reclama una pena de seis años de prisión por la proposición de un delito de asesinato

A juicio por contactar con un sicario para matar al exnovio

Las posibilidades de internet para la prestación de servicios parecen ser ilimitadas. Uno puede recurrir a la red tanto para alquilar un piso como para irse de vacaciones, pero también para contratar a un sicario dispuesto a matar a cambio de dinero. Todo ello, a golpe de clic de ratón. A esta última opción parece que recurrió Sonia C.P, de 37 años, quien el 27 de junio será juzgada en la Audiencia de Ourense por un delito de proposición de asesinato por el que la fiscal del caso reclama inicialmente una pena de seis años de cárcel.
Todo arranca de las supuestas malas relaciones de la procesada con su exnovio, por cuestiones relacionadas con el regimen de visitas del hijo que tienen en común. Ella, según parece usuaria habitual de internet, reconoce que entró, por curiosidad, en una web en la que sicarios sudamericanos ofertaban sus servicios como matones y que hasta pidió presupuesto, pero que, en el momento en que le reclamaron 700 euros para consumar el crimen, optó por interrumpir la comunicación.

Todo se destapó cuando su nueva pareja, por casualidad, echó un ojo a la cuenta de correo de Sonia C.P. en el ordenador de casa (la contraseña estaba grabada). El joven, sin dudarlo, trasladó el asunto a la Guardia Civil al comprobar el contenido del correo electrónico.

Los investigadores comprobaron, una vez requisado el ordenador, que la encausada contactó el 11 de julio de 2009 a través de la cuenta '[email protected]', de la que era usuaria, con [email protected]. El titular de esta última, un día después, la derivó a otro email -'[email protected]'-, en donde puso precio a sus servicios: 700 euros, dinero que debía hacer llegar a través de Western Union a nombre de Germán Alejandro Bogatich Sinche, con domicilio en Lima (Perú).

La acusada fue detenida el 15 de julio a la salida de un centro comercial en el que trabajaba en la ciudad, y llevaba consigo 787 euros, según la fiscal del caso, 'destinados al pago requerido como condición para aceptar el encargo'.

Sonia niega en todo momento que el propósito de haber contactado con un sicario fuera perpetrar un asesinato, sino ejercer la intimidación por los problemas con el niño. La procesada, tal como relató en su día en el juzgado, solía recurrir frecuentemente a internet por cuestiones de animales (perros) o para interesarse por los precios del mercado inmobiliario.


OTROS CASOS

Este no es el primer juicio en el que habrá como trasfondo la contratación de un sicario, ya que esta circunstancia se produce también en el caso de la muerte de un chófer en Verín. Un juzgado de esta localidad instruye el proceso por el asesinato de Bernardino Pousa el 12 de septiembre de 2011, cuando acababa de aparcar un autobús en la cochera de la villa. Está imputado el luso Ilidio M. R., acusado de cobrar 7.000 euros para intimidar a la víctima, que murió a consecuencia de los golpes que presuntamente le asestó.

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