FUEGOS FORESTALES

A juicio por cuatro incendios en torno a la ciudad en 2015

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photo_camera El incendio de Castro de Beiro en agosto de 2015.

El inculpado será juzgado en la Audiencia y se enfrenta a una petición de cinco años y medio de prisión 

El Juzgado de Instrucción 1 de Ourense concluyó la instrucción iniciada en junio del pasado año por la oleada de incendios en el entorno de la ciudad en agosto de 2015. El inculpado, Santiago B.L. (29 años), fue detenido en junio de 2016, por la Policía Autonómica por pequeños incendios en Parada de Piñor (Barbadás), San Cibrao, A Manchica (A Merca) y As Marabillas (Cartelle), lugares por los que pasaba con frecuencia para ir a su casa de A Manchica. Pero, tras ser arrestado, sacó pecho, atribuyéndose los fuegos que acecharon el entorno urbano y causaron y una gran alarma social. Estos últimos lo sentarán en el banquillo de la Audiencia.

El asunto fue a parar al Juzgado de lo Penal 2 pero la magistrada lo devolvió al instructor porque entiende que debe ser la Audiencia el órgano competente por la elevada pena solicitada por la fiscal, hasta cinco años y medio de prisión y multa de 21 meses (seis euros al día). De hecho, el acusado, que padece un trastorno mixto de la personalidad que no modifica su capacidad de comprensión pero sí su actuación de forma leve, sigue en prisión.

El ministerio público le atribuye dos incendios en la tarde del 9 de agosto de 2015 en Pereiro de Aguiar, otro a mediados de ese mes en Vilariño, en el mismo concello, y otro más en Castro de Beiro (Ourense) el día 11 con nivel de riesgo 2 al advertirse peligro para las viviendas.

En el suceso del día 9, a las 15.00 horas, ardieron 4,60 hectáreas en Sabadelle, casi todas de arbolado, lo que provocó 10.971 euros en gastos de extinción. Cuatro horas después, en San Mamede, se quemaron seis hectáreas (cinco de arbolado), aunque el coste de la extinción sumó 26.580 euros.

También se le atribuye un fuego en Castro de Beiro a la una de la madrugada en una cuesta que se encuentra a 400 metros de un túnel. Se propagó a 30 hectáreas, 25 de ellas de arbolado, cuyas labores de extinción ascendieron a 7.594 euros.

En los cuatro casos, se vieron afectadas fincas de múltiples particulares que renunciaron a las acciones civiles que pudieran corresponderles.

En todos los casos, el inculpado accedía a lo lugares escogidos con su coches y utilizaba un mechero para prender fuego en un mes caracterizado por las fuertes temperaturas, lo que facilitó la propagación. 

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