Tribunales

A juicio por la venta de un coche en mal estado y con graves taras

Tan sólo un mes más tarde de comprar el vehículo, el demandante tuvo que llevarlo, roto, a un concesionario

María Jesús F.P. y David G.M. fueron juzgados ayer en el Penal 1 de Ourense por un presunto delito de estafa en el sector automovilístico, pidiendo la fiscal un año de prisión para cada uno. En cuanto a la acción civil, se declaró la nulidad del contrato de compraventa del vehículo, por lo que se reclama una indemnización para el demandante de 27.500 euros. Por su parte, la víctima afirmó que el coche  se encontraba a disposición de un concesionario catalán tras lo sucedido.

El denunciante contactó en 2017 con una entidad ourensana de compra y venta de vehículos representada legalmente por la acusada María Jesús F.P. y en la que trabajaba como comercial David G.M. Con ellos, según su testimonio, negoció la compra de un Renault Megane por el precio de 27.500 euros.

Durante el proceso de venta, ambos vendedores ocultaron en todo momento al demandante que el vehículo que trataba de comprar presentaba importantes desperfectos que podrían influir en la conducción y poner en peligro su vida. 

Un mes más tarde de la compra, el demandante se enfrentó a una avería por pérdida de gasolina cuando circulaba en carreteras catalanas. Desde un concesionario Renault de Lérida, confirmaron que el vehículo presentaba importantes deficiencias como la falta de un catalizador; la rotura de anclaje de los tubos de entrada y salida del aforador del combustible, lo que supone un grave riesgo de ignición; el intracooler con varios golpes, y cierta inclinación del volante, provocando la desviación del vehículo hacia la izquierda. 

El importe total de la reparación de dichas  averías asciende a 2.791,37 euros, demostrándose además que el vehículo no pasaría la ITV y que "no presenta simples defectos, sino auténticas taras".

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