La recta final de julio llega con un tiempo todavía inestable este sábado, pero con la recuperación del calor y los cielos despejados en su tramo final. Hasta ahora, pese a la sensación de haber vivido un julio raro, los datos avalan que ha sido más caluroso de lo normal, aunque también que ha llovido más de lo esperado en estas fechas.
Según los datos de la estación meteorológica de la ciudad, este mes han caído 25,6 litros por metro cuadrado, una cifra que se incrementará debido a la previsión de precipitaciones a lo largo del día de hoy, el último pasado por agua en este mes. Con estas cifras, ya se puede concluir que este julio será el segundo más lluvioso de este siglo, solo superado, con creces, por el de 2001, cuando se recogieron 69 litros por metro cuadrado.
Pese a este dato, es concluyente el dato de que solo se registró un día de lluvia apreciable durante todo el mes, fue el 13 de julio, la jornada de fuertes tormentas, donde se acumularon todas las precipitaciones acumuladas. El resto del mes ha sido mucho más seco, aunque con menos horas de sol de lo habitual.
El calor ha sido la tónica habitual de estos meses, y los datos así lo certifican. La temperatura media ha sido más de un grado centígrado superior a la media histórica . A día de hoy, los termómetros han marcado 23,6 grados, por encima de un valor climático –o media– de 22,5 en la ciudad desde que existen registros.
También han sido considerablemente altas las temperaturas mínimas (16,6 grados), hasta dos grados por encima de lo normal.y marcando el segundo registro más alto de su historia. Las temperaturas máximas (32,3 grados) también fueron más de dos grados superiores a sus valores normales, lo que da buena cuenta de la calidez de este mes.
La temperatura máxima absoluta (38,6) se quedó lejos del récord, y la mínima absoluta se situó en 14,6 grados centígrados.
Reservas de agua todavía suficientes ante una posible sequía
Durante este año hidrológico (octubre 2018-septiembre 2019), los datos de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil muestran que ha llovido menos de lo normal en toda la geografía ourensana salvo en la cuenca de A Limia, donde los 1.054 litros por metro cuadrado acumulados superan ligeramente el promedio histórico.
La amenaza de la sequía vivida hace dos años permanece, de momento, lejana, no como en zonas vecinas como Zamora, donde sí se están empezando a producir problemas. Pese a que en julio llovió solo un día, las reservas hidráulicas en Ourense son todavía normales.
El volumen de agua embalsada en toda la demarcación hidrográfica (2.220 hectómetros cúbicos) está ahora mismo por encima de la media a estas alturas del año. La situación es mejor en la cuenca del Miño Alto en Lugo y significativamente mejor en el Sil Superior (León y Zamora). Sin embargo, en los embalses situados en la provincia de Ourense el agua embalsada es menor al promedio histórico.
En este sentido, salvo en la cuenca del Cabe y el Limia (esta, la cuenca donde más ha llovido), en todo el Sil inferior (zona de Valdeorras) y la cuenca del Miño (Ourense, O Ribeiro) el agua de los embalses está por debajo de lo normal, a niveles incluso de julio de 2017, en plena declaración de alerta por sequía.
