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El jurado del caso Esmorga: en busca de pruebas objetivas

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photo_camera Los inculpados, en la última sesión del juicio antes de la deliberación del jurado, que empezará el lunes (MARTIÑO PINAL).

A partir del lunes dilucidará si quedó acreditado el crimen de Alexandru por parte de dos acusados

Pasadas las 14.45 horas de este viernes, el abogado Luis Salgado Carbajales continuaba alegando la inocencia de su cliente, Eduardo López Fernández, acusado de asesinar junto a su compañero de banquillo, Óscar Estévez López, a Alexandru Walter Boghiu (22 años) en el canal del río Viñao -Boborás-. Aunque los nueve miembros del jurado titulares (más dos suplentes) le siguen con atención-una de las mujeres en la primera fila ni parpadea- , aparecen los primeros signos de cansancio con cambios de postura y frecuentes toqueteos de cara. Llevan desde las 09.30 horas de la mañana escuchando argumentos a favor y en contra de una condena por el llamado crimen de "A esmorga", ocurrido el 20 de diciembre de 2014.

El jurado, a partir del lunes, ya aislado, comienza a deliberar el objeto de veredicto, con bagaje: ha escuchado a 70 testigos y peritos las últimas dos semanas. Y su implicación ha sido ejemplar, con varias preguntas aclaratorias. El viernes fue el día en que escuchó por última vez.

La fiscal, que se reivindicó como la parte imparcial entre los allí presentes, argumentó una condena por asesinato (delito agravado por la alevosía), aunque también introdujo la opción del homicidio. Instó al jurado a buscar datos objetivos porque "los acusados mienten". Sostiene que ambos inculpados, tras una azarosa noche de fiesta con alcohol y drogas, llevaron al joven Alexandru, a quien habían conocido horas antes, al canal -"una ratonera"- para matarlo:  "Al bascularlo, se le reventó el cráneo, le salieron los sesos, perdió la consciencia y se ahogó"· No había un motivo. Tampoco una excusa. Solo la voluntad de querer hacerlo. "Una muerte absurda y sin explicación" -recalcó la acusación pública- basada en "que el comportamiento de Alexandru en la casa de Eduardo en Cameixa". El joven quiso mear hacia la nevera y profirió amenazas contra la mujer e hija pequeña de Oscar.

Aunque parte de que fue Estévez López quien lo arrojó al canal, "ambos son responsables", aseguró la fiscal, quien cree que hubo un reparto de papeles. "Eduardo decide el lugar donde van a tirar y lo saca del coche", aseguró. Y puso el foco en el contexto homicida del que habló el forense (pelea previa en Cameixa) y el hecho de que no pidieron ayuda en ningún momento.

El abogado que representa a la  madre del fallecido recordó que el joven había ingerido mucho alcohol -al borde del coma etílico- y que en esas condiciones no podía defenderse. Recordó los testimonios (Pilar y Brais) que apuntaban que en la casa se habló de matar. Al igual que la acusación pública, no pasó por alto los vestigios de la víctima en el escenario -sangre- en la carretera que denotan "que quiso huir" y restos biológicos en la chapa metálica junto a la barandilla que, según dijo, evidencian que "intentó  evitar que lo arrojasen". El letrado enfatizó que "Alex no era un rumano, tenía nombre, apellidos y un sueño: ir a la universidad; con unos padres que quieren justicia".

El abogado de Óscar Estévez López insistió en que lo ocurrido en el canal fue "un accidente" y repitió hasta la saciedad que "no tenían motivos" para acabar con la vida de la víctima y que lo importante "son los hechos empíricos, no las valoraciones". A su entender, expresiones vertidas en Cameixa son bravuconadas que no evidencian "voluntad de matar".

Este letrado, tal como después haría el otro abogado defensor, resaltó que el forense restó gravedad a las lesiones en la casa. Y negó que Óscar dijera "un rumano menos," al ver al joven en el canal. "Eso es una incongruencia porque era su amigo y lo estuvo invitando toda la noche a cervezas", valoró. La grave lesión que le fracturó la cabeza no se produjo en esa caída -asegura el letrado- sino en la compuerta que hay metros después.

El abogado de Eduardo López articuló su defensa cuestionando el escrito de conclusiones de la fiscal por sus "falsedades imprecisiones e inexactitudes", para después poner en valor el suyo. En un momento dado incluso ofreció una versión de lo qué hizo el otro inculpado: "No creo lo del accidente, pero tampoco que quisiera matarlo". Es decir, lo empujó sin calibrar las consecuencias. Resaltó que Eduardo no fue al canal con fines delictivos sino que quería ir a Vilachá a la casa de Manolo por la ruta más corta. "Estaba borracho, sin llaves y aunque eso no tenga sentido, no lo convierte en un asesino". Para él, la acusación de su cliente "es un relato novelesco". 

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