EN OURENSE - ELECCIONES

La cara del voto oculto

Jorge mira por la ventana en un momento de la charla en una cafetería de Ourense con el compromiso de que en la foto no se vea su cara (XESÚS FARIÑAS).
photo_camera Jorge mira por la ventana en un momento de la charla en una cafetería de Ourense con el compromiso de que en la foto no se vea su cara (XESÚS FARIÑAS).

Jorge empezó votando al PSOE "por herencia", apoyó al PP en la mayoría absoluta de Mariano Rajoy, en las últimas elecciones cambió a Ciudadanos; ahora no le da miedo Vox y el domingo no descarta votar a Podemos.

Ha costado convencerlo más que a un indeciso a la puerta de un colegio electoral. Su historia puede ser similar a la de un buen número de votantes a los que se agarra Vox para aventurar su entrada en el Congreso de estampida. Llega a la cita en una cafetería del centro de Ourense con la cautela caminando unos pasos por delante. La gestión de un amigo común ha propiciado el encuentro. Todavía no está decidido pero acepta contar las razones que lo llevaron a votar en las generales al PSOE, PP, Ciudadanos y al BNG en unas autonómicas cuando el periodista se compromete a no desvelar su nombre ni ser reconocido en la fotografía.

–¿Cómo quieres que te llame?

–Como quieras. 

–Tienes cara de llamarte Jorge. 

–No me disgusta.

Pues a partir de este momento será Jorge. Lo que narrará a continuación es tan real como que tiene 36 años, ha sido empresario durante mucho tiempo, ahora trabaja por cuenta ajena y no mola que el personal sepa a quién has votado. 

"Yo la primera vez voté al PSOE por herencia. Con 18 años no tienes ni idea de cómo funcionan las cosas. O eres rebelde y votas lo contrario a tu padre o sigues la rutina familiar". El 20 de noviembre de 2011 su voto sumó para que Mariano Rajoy lograse una inapelable mayoría absoluta con 186 diputados. El giro no es errático. "Cambié porque todos los partidos tienen cosas que me interesan y otras que no. Lo decido en función de la situación en ese momento. Aunque ahora soy empleado, antes fui empresario y entiendo que prefieran las políticas económicas que tiran a la derecha. Para que le vaya bien al empleado le tiene que ir bien al empresario primero". 

Pero después apoyó a Ciudadanos de Albert Rivera. "Sí. Rajoy no me convenció lo que hizo. Ese sí fue un voto de castigo por decirlo de alguna manera. El PSOE no me gustaba por lo que había hecho antes, no me parecía que tuviese un proyecto para ese momento y Albert Rivera me convencía un poco, un poquito de sangre fresca". 

En esta ocasión la frescura por la novedad de una formación con arrugas en el discurso la representa Santiago Abascal. "Votar a Vox no me lo he planteado, pero tampoco es tan exagerado como cuentan. Tiene sus maneras de hablar, los medios a veces tergiversan algo sus palabras, aunque obviamente son unos retrógados, pero tampoco son el demonio. No entiendo lo de tener miedo a que nos gobierne alguien. Pero si a los cuatro años le puedes pegar una patada. ¿Miedo? Miedo a la gente que vota, no a los partidos que gobiernan". 


Progres y caspa


Podría cambiar de opinión hasta que introduzca la papeleta en la urna y sumarse a ese voto oculto. "No. A mí Vox me parece una derecha casposa, pero tienen propuestas que no son descabelladas. Quizá se han quedado atrás con su concepto de familia o las medidas para favorecer la igualdad , pero también pienso que esa caspa la produce el progre moderno que vive de lo políticamente correcto y de la autocensura en las redes. La gente no dice lo que piensa, dice lo que se tiene que pensar". Siete de cada diez indecisos (y se movían entre el 30% y el 40%) han decidido su voto tras el debate en Antresmedia, según una encuesta de NC Report. "Pues posiblemente a mí también me han influido los debates. Me parece que el que más calladito estuvo se llevó el gato al agua". 

Jorge ha votado al PSOE, al PP, a Ciudadanos, descarta apoyar Vox y queda Podemos de los protagonistas del debate. "Pues no lo descartes. Si este año me planteo votar a Podemos, que no he hecho nunca, es porque me parece que es la representación de la izquierda. Aunque la izquierda de Podemos no sea la izquierda más atractiva para mí, sí es cierto que es la única. La propuesta de que los bancos nos devuelvan el dinero no veo por qué no se puede hacer. Cuando nosotros le pedimos pasta tenemos que devolverla a tocateja. No le vamos a pagar nosotros el pufo". Iglesias ha conseguido con el debate escapar del lastre  del chalet."Es que eso no debería influir. Es una crítica muy frívola. Son dos chavales que tienen un buen puesto, un buen sueldo y una hipoteca a 30 años. Si no se pueden comprar ellos un chalet de medio millón de euros, ¿quién puede hacerlo? Pero si tengo yo más problemas para un piso de 180.00 euros. Los políticos tienen que vivir bien y hacernos vivir mejor a nosotros". Es la cara del voto oculto.  

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