OURENSE NO TEMPO

La del Roma y otra "no" inocentada

Archivo COTOP. Febrero del 66. Foto original de los daños en el puente.
photo_camera Archivo COTOP. Febrero del 66. Foto original de los daños en el puente.
El mes de noviembre de 1916 se caracterizó por un temporal que azotó duramente toda Galicia; lo peor, al menos en nuestra ciudad, ocurrió durante la noche del viernes 17 de noviembre. Viento y lluvia se aliaron para producir destrozos, pero como afortunadamente no hubo daños personales, hubo quien intentó sacar partido del tema.

Casualidades de la vida, cuando estaba buscando ideas para escribir el artículo que debería salir en prensa el día 27 de diciembre, víspera de los santos inocentes, me encuentro con una noticia que más de uno pensaría que era una de las invenciones del maestro Augusto Pacheco, pero sin embargo se quedó en un exceso de alarma por parte de algún periodista al enviar su crónica. Y ya puestos a llevar la contraria, os recordaré otro siniestro que más de uno tomo a broma, pero...

El mes de noviembre de 1916 se caracterizó por un temporal que azotó duramente toda Galicia; lo peor, al menos en nuestra ciudad, ocurrió durante la noche del viernes 17 de noviembre. Viento y lluvia se aliaron para producir destrozos, pero como afortunadamente no hubo daños personales, hubo quien intentó sacar partido del tema.

Sucedió que la estructura que albergaría la Casa del Pueblo en la calle Progreso (hoy en ese solar muchos recordamos el Colegio Universitario), al no tener aún la cubierta sufrió graves daños. Cierto es que días antes otro vendaval se había llevado por delante otro lienzo de la fachada, dejando en muy mal estado el edificio y justificando que los periódicos locales transmitieran la noticia de que “la Casa del Pueblo, se derrumba”. Quiso la casualidad que una chimenea industrial (puede que fuera la de los talleres de Sánchez Puga) que existía próxima al Roma (en la trasera), cayera hacia un muro del magnífico edificio del Hotel Roma, y al mismo tiempo un buen numero de cristales de viviendas y negocios de la calle Progreso se rompieron en esa noche. 

La unión de todos estos datos, quiso que algún reportero de pluma rápida y oído lento juntara datos -o mejor dicho, los mezclara- y la noticia que publicaron su medios no fue otra que: “El Hotel Roma se derrumba”. Quizás al hilo de esa noticia errónea, días después el culto catedrático del Instituto don Antonio Martín Gaite impartía en el Ateneo Ourensano una conferencia sobre “meteorología”.

 ¡Ahh!, por cierto, los propietarios del Roma, señores Rodríguez y Arias, aprovecharon la publicidad en la prensa para informar a toda la clientela de que en esos días, y de cara a mejorar si cabe el servicio a su clientela, se acababan de terminar las obras de instalación de un moderno ascensor del hotel.

Otra que sin embargo no fue ni error ni broma, fue la noticia que explicaba la fotografía.


Los destrozos na Ponte


En diversas ocasiones os he comentado los problemas que nuestra "vella ponte" ha sufrido a lo largo de la historia. Podría considerarse que ha sufrido el deterioro típico y lógico del paso del tiempo, pero también es posible que ya naciera con algún problema constructivo o de ubicación. Bueno, hoy realmente no se trata de hacer un estudio histórico, sino que mi intención es mostraros algo llamativo.

Las fotografías de hoy no precisan de mucha explicación, es evidente que la riada  de aquel mes de febrero del 1966 había tratado con dureza la cepa principal del puente, agrietándola y llegando incluso a provocar que una buena parte de la plataforma se viniera abajo. No quiero pensar cómo quedó el puente después de la avenida de 1844, la más violenta de la que se tienen datos. El caso es que ese mismo año 1966, Augusto Pacheco publicó en el diario La Región su “inocentada”, y no tuvo otra idea que terminar de destrozar el puente. Sea como fuera, finalmente, con el paso del tiempo los ourensanos recuerdan perfectamente la inocentada y sin embargo no se acuerdan de que en parte fue un hecho real.

Alguno pensará que se adelantan los Inocentes, pero nada más lejos de mi intención, estos han sido errores y verdades de nuestra Auria.

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