REPORTAJE

La odisea del tren a Lugo

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photo_camera El viaje en tren deja imágenes de postal como la del río Miño a su paso por la localidad ourensana de Rivela, a pocos kilómetros de la estación Empalme

El primer tren que cubre la línea Ourense-Lugo sale al mediodía. En total, tres servicios al día. "Un desastre", coinciden los usuarios, que también protestan por el precio del billete. Así es un viaje entre estas dos capitales del interior

El primer tren que conecta de lunes a viernes Ourense y Lugo arranca a las doce de la mañana. El siguiente sale a las seis de la tarde y el siguiente, y último, a las 19,50 horas. El fin de semana, la situación se vuelve más precaria, ya que los viajeros solo cuentan con las dos opciones vespertinas. "Un desastre", asegura varios usuarios de la línea. En 2015, la frecuencia de vehículos era todavía más baja, con solo una opción diaria para viajar entre ambas capitales de provincia. Un año más tarde, Adif incorporó dos trayectos para mejorar la conexión entre Madrid y Lugo, de tal forma que el pasajero puede hacer trasbordo en Ourense para llegar a su destino final.

El tren que une las dos ciudades suele presentar una ocupación de veinte plazas por viaje, según cuentan los pasajeros habituales. El billete único, sin descuento, tiene un coste hasta final de tramo de 11,75 euros, "abusivo y exagerado", a los ojos de los viajeros.  Antes de llegar a Lugo hay dos paradas, una en Monforte de Lemos y la otra en Sarria. Gran parte de los usuarios de la línea se baja en alguna de las localidades anteriores y, cuando el tren llega a Lugo está ya casi vacío. 


"Somos pocos"


9e5a0665_resultEl pasado viernes, apenas 15 personas salieron de la estación Empalme dirección Lugo. Sus perfiles, variados. "Estudio en Ourense pero soy de Sarria y hago este mismo trayecto todos los fines de semana", señala Yedra Carretero. En su caso, la posibilidad de ir y venir cada día a Ourense es "impensable": "Tengo carné de conducir, pero claro, el tren es más cómodo, aunque veo la necesidad de ampliar horarios, tanto para ir como para volver". Marina Fernández vuelve desde Madrid a pasar unos días en casa: "Normalmente cojo un tren directo que sale de Madrid a la una y llega a las seis, pero es el único que hay y se agota con mucha antelación".

Ante la falta de plazas para realizar el viaje, le tocó el trayecto de seis horas y media, con trasbordo en Ourense. Fernández recuerda épocas peores: "Estudié la carrera en Madrid y recuerdo que durante muchos años para llegar a casa tenían que venir a buscarme a la estación de tren de Ourense, porque ya no había posibilidad de viajar hasta Lugo". La situación ha mejorado, pero sigue valorando como una "odisea" llegar a casa. "El interior de Galicia está muy mal comunicado desde siempre", asegura. "Entiendo que somos pocos los que vamos en este trayecto y que no les sale a cuenta pero...", contesta Yedra Carretero. Pero cabe preguntarse si la falta de usuarios y la poca frecuencia de viajes están íntimamente relacionadas.

En Os Peares, el tren realiza una parada de quince minutos a la espera de que pase otra locomotora por las mismas vías. La parada impacienta a los pocos usuarios, que miran los relojes y hablan por teléfono para avisar: "Llego un poco más tarde mamá, sí, no sé qué pasó que se quedó parado un buen  rato...".

Después de las dos paradas, en la que bajan alrededor de diez usuarios y suben uno o dos. Antes de llegar a Lugo, Aida Garcia se despierta. "Me levanté a las 5 de la mañana en Madrid, vengo por trabajo y esta es la única opción que encontramos, la conexión por avión a Santiago está muy bien, pero luego no tenía cómo llegar a Lugo", apunta. La falta de opciones hizo que se plantease venir en coche: "Me parecía lo más fácil, pero desde la empresa no me lo concedieron". La joven, natural de Madrid, asegura que las conexiones con Galicia son "pésimas", así como con Asturias o Cantabria. "En general, no es nada fácil viajar al norte", valora. 

Poco antes de las dos de la tarde (casi 20 minutos después de lo esperado), el tren llega a su destino final. De los vagones bajan cinco personas. 


La vuelta


En el viaje de vuelta, a las 16,00 horas, el panorama es similar, con una ocupación de alrededor de 20 plazas. Entre los usuarios, estudiantes, una familia y una pareja de turistas. "Yo soy de Santiago y tengo que coger este tren porque es la única forma de llegar a Lugo, pasar por Ourense", señala Sara Maneiro, estudiante de Producción Audiovisual. La joven asegura que se deja una "pasta" cada fin de semana: "Ida y vuelta son 37 euros y no tengo otra opción con mis horarios". 

A su lado, una pareja de mexicanos acomoda las maletas. "Hacer turismo en el interior de Galicia es muy difícil, el precio es muy caro y casi no hay opciones para moverse en transporte público", aseguran. En el otro vagón, Robin Hannon, ourensana que estudia en Lugo, también habla de la falta de horarios: "Para volver los vier9e5a0656_result​nes solo tengo la última hora, que es esta, y para venir a Lugo,  el domingo a las ocho, no tengo opción de volver a primera hora del lunes".

                                          


Aprobadas mejoras para una línea olvidada durante años


La situación de la línea ferroviaria Ourense-Lugo ha sido foco continuo de las críticas de los usuarios y también de reclamaciones políticas frente al Ministerio de Fomento. El pasado día 16, el Consejo de Ministros autorizó la licitación, a través del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) de dos contratos de adquisición de materiales para la renovación de vía del tramo Ourense-Monforte-Lugo. El importe destinado por parte del Gobierno asciende a los 32,7 millones. Las mejoras previstas están asociadas a las condiciones de alta velocidad que se plantean para el futuro.

El proyecto contempla, entre otros puntos, la reparación de un total de 23 puentes, así como la eliminación de 36 pasos a nivel, como el de Peliquín, situado en la ciudad, a poca distancia de la estación Empalme. Además, se electrificarán los 72 kilómetros del trayecto entre Monforte y Lugo, lo que permitirá agilizar el tiempo del viaje. La variante de A Pobra de San Xiao, construida hace un año, de 7,2 kilómetros, forma parte de las mejoras. El nuevo ramal permite cirular trenes a 160 km/h, frente 80-95 km/h de antes. 

Las quejas de los viajeros también se dirigen a los precios "abusivos" de la tarifa entre Ourense y Lugo (11,75 euros). El coste es superior en comparación a tramos como Vigo-Santiago (9,55 euros), cuya distancia en kilómetros en similar. Por otra parte, los usuarios hacen referencia a la falta de opciones del horario, que en este caso entre Ourense y Lugo también sale perdiendo al compararlo con el trayecto Vigo-Santiago. De lunes a viernes, la frecuencia de trenes entre estas dos ciudades es de 18 -el primero, antes de las seis de la mañana y el último después de las nueve de la noche- frente a los tres entre las capitales interiores de la comunidad.n

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