Un carballiñés fue detenido por asaltar los vehículos de 13 personas asistentes a funerales

Un ladrón devoto de los entierros

El hombre aprovechaba los entierros para perpetrar los robos.
Asistir al entierro o funeral de un familiar, amigo o conocido es un acto de civismo. Pero si el desplazamiento es en coche propio, a la salida del oficio litúrgico la sorpresa puede ser mayúscula. Eso es precisamente lo que sucedió al menos a 13 vecinos de hasta siete municipios de la provincia, al encontrarse con algún cristal del vehículo roto y la falta de pertenencias y dinero. Al presunto autor de los robos, un carballiñés de 36 años, sólo le interesaban los euros y fue detenido en la tarde del martes.
La detención de Antonio C.S., de 36 años, y vecino de la parroquia de Barón (Carballiño) como presunto autor de 13 robos con fuerza, no tendría mayor transcendencia, porque este tipo de delitos son los más comunes tanto en la comarca como en el resto de la provincia. Sin embargo, el ‘modus operandi’ de este supuesto ladrón, que fue capturado por agentes de la Policía Judicial y de la Guardia Civil en la tarde del pasado martes, resulta cuando menos curioso.

Y es que Antonio C.S. era un acérrimo devoto de los oficios litúrgicos relacionados con entierros, funerales y cabos de año de personas fallecidas. Quizás se dedicase previamente a consultar las páginas de esquelas en los periódicos o a escuchar -al mediodíalas notas necrológicas de las emisoras de radio. Su grado de interés por este tipo de convocatorias religiosas es tal que no se conformaba con acudir a los actos de las iglesias parroquiales de su municipio, ya que se desplazaba a otras localidades de la comarca carballiñesa y del resto de la provincia.

Revisión


Eso sí, el joven carballiñés se aplicaba el aserto de ‘primero la acción y después la devoción’ y no solía entrar en la iglesia o en el cementerio con el fin de escuchar misa y responsos. Antonio C.S. llegaba al lugar y se dirigía directamente al aparcamiento de vehículos cuyos propietarios asistían a la ceremonia religiosa. Con un objeto contundente rompía el cristal de alguna de las puertas laterales y, tras un rápido vistazo al interior, cogía bolsos, carteras, abrigos y cazadoras para revisar su contenido. Siempre, con el objetivo de encontrar dinero en metálico, ya que nunca se llevaba la ropa u otros complementos, según indicaron fuentes de la Subdelegación del Gobierno.

A Antonio se le atribuyen presuntamente al menos 13 robos de este tipo desde el pasado mes de diciembre, en Carballiño, Maside, Cenlle, Ribadavia, Vilamarín, Nogueira de Ramuín y Maceda, siempre en el interior de vehículos estacionados en las inmediaciones de cementerios parroquiales y coincidiendo con oficios religiosos con gran afluencia de asistentes.

Otras localidades


Las mismas fuentes apuntaron que los agentes encargados de la investigación sobre las actividades delictivas de Antonio C.S. todavía no han efectuado una valoración global del dinero que sustrajo en los automóviles, debido a la recopilación de los datos derivados de cada caso. Pero los investigadores trabajan con la hipótesis de que el car balliñés está vinculado a otros robos del mismo estilo que fueron objeto de denuncia en los cuarteles de la Guardia Civil de localidades de la provincia diferentes a las siete ya localizadas, según aseguran fuentes de la Subdelegación del Gobierno.

Mientras, el detenido fue puesto en la mañana a disposición del Juzgado de Instrucción y Primera Instancia número dos de Carballiño. Tras la presentación de las diligencias por parte de la Guardia Civil y tomarle declaración, el juez decidió dejar a Antonio C.S. en libertad con cargos.

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