Los ladrones sustrajeron el pasado día 1 las seis cadenas de oro con sus respectivos medallones que lucía la Virgen en la iglesia de Santa María do Campo, en la localidad de A Lama, en el municipio de O Irixo. Los delincuentes también se apoderaron de 300 euros en monedas que había en el lampadario.
Este es el segundo robo de joyas de imágenes religiosas en el último medio mes en templos de la provincia. El otro fue el pasado día 15, también en la comarca de Carballiño, más en concreto en la iglesia de Pazos de Aranteiro, (Boborás),declarada Bien de Interés Cultural (BIC), en la que se apoderaron de otras cinco cadenas de oro que habían ofrecido los feligreses a la Virgen, además de 500 euros en efectivo.
No fueron los únicos. Desde que comenzó el año se registraron 11 robos en templos religiosos de Carballiño, San Cristovo de Cea, Lobeira, Esgos y la de Asunción, en la ciudad. De estos, cuatro de los asaltos ya fueron esclarecidos con la detención el pasado mes de marzo de tres vecinos (dos son hermanos) en el municipio de Maside.
Los dos últimos robos causaron preocupación por partida doble en el Obispado. Por un lado, por el valor del botín, y por otro, por la forma en que fue ejecutado el asalto. "En la mayoría de los robos, los ladrones solían sustraer las limosnas que había en los cepillos, pero ahora se fijaron en objetos de más valor y esto preocupa, máximo cuando las joyas eran una ofrenda de los devotos", aseguraron fuentes de la institución religiosa.
Escondido tras la misa
El párroco de A Lama (O Irixo), Enmanuel Cipriano Álvarez, recuerda que los ladrones se apoderaron de las seis cadenas de la Virgen entre las 12,00 y las 16,54 horas del pasado día 1. "Quedaron escondidos dentro de la iglesia al finalizar la misa del mediodía. Después, salieron abriendo las puerta por dentro", aseguró.
Desde el Obispado recomendaron a los sacerdotes a revisar los templos antes de cerrar las puertas, una vez finalizado cualquier acto religioso, para cerciorarse de que no hay personas escondidas y evitar nuevos robos a través de este método.
Los sacerdotes pusieron en marcha esta medida de seguridad después de que el párroco de Pazos de Arenteiro, Carlos Arce, alertara también de que el robo pudo ser obra de una persona que quedó escondida en el templo.
Asistencia al culto
La Guardia Civil trabaja con las mismas sospechas, que las puertas no fueron forzadas. Los agentes centran las pesquisas entre las personas que acudieron a misa en el Día de Todos los Santos por sí se percataron de la presencia de algún feligrés que no le resultara familiar. En el templo había ese día más personas de lo habitual al ser aprovechada la jornada festiva para limpiar las sepulturas y hacer una ofrenda a las personas fallecidas.
Control sobre las casas de compra de oro y anticuarios
La Guardia Civil sospecha que los ladrones sustrajeron las joyas que lucía la Virgen, tanto en la iglesia de Pazos de Arenteiro (Boborás) como en la de A Lama (O Irixo), para venderlas. Los agentes las buscan en casas de compra y venta de oro y anticuarios con el objetivo recuperar el botín y detener a los ladrones.
El párroco Enmanuel Cipriano Álvarez asegura desconocer el valor de las seis cadenas de oro sustraídas a la patrona del pueblo, pero recuerda que son piezas antiguas que ofrecieron como promesa los devotos. En el Obispado confían en el trabajo que está realizando la Guardia Civil, pero no creen que se vayan a recuperar las joyas. Fundan su argumento en que a fecha de hoy no hay rastro del paradero de las cadenas de oro, cáliz de plata sustraídos hace unos años en capilla de O Xurés (Lobios). Tampoco fue recuperado el cáliz que obsequió Alfonso XIII y un copón del XVII robados en la iglesia de Bande, además de una imagen de la Virgen sustraída en Monterrei y dos retablos en Castro Caldelas.
