El descubrimiento no concuerda con la versión de su homicida, quien dice que la mató con las manos

Laura tenía en el cuello marcas y fibras de la chaqueta con la que habría sido asfixiada

Momento en que Javier Cruz era introducido en los juzgados de Ourense.   (Foto: Miguel Ángel)
El informe de la autopsia realizada a Laura Alonso entre el sábado y el domingo llama la atención sobre la presencia en el cuello de la joven de marcas y fibras de la chaqueta que lo rodeada el día que apareció su cuerpo en un paraje de Toén. Esta cir cunstancia resta verosimilitud a la declaración que Javier Cruz, el homicida confeso, realizó el martes ante la juez. Él aseguró que después que ella le hubiese escupido, instintivamente agarró su cuello con la mano, y ella falleció por asfixia.
El primer avance de la autopsia de Laura Alonso confirma que la asfixia se produjo por la acción opresiva de la chaqueta que apareció rodeando su cuello el día que encontraron su cuerpo en una pista de Toén. De hecho, el análisis forense practicado el fin de semana detectó tanto marcas como fibras de la prenda en el cuello de la víctima.

El informe preliminar de la autopsia, que deberá ser complementado en las próximas semanas con los resultados de pruebas biológicas y toxicológicas, tiene mayor alcance del que pueda parecer. En la práctica podría servir para desmontar la verosimilitud que pudiese tener la versión de los hechos ofrecida por el homicida confeso de Laura Alonso durante su declaración. Puesto a disposición judicial durante la madrugada del martes, Javier Cruz González declaró ante la titular del Juzgado de Instrucción número 3 que la noche que Laura Alonso moriría, ambos mantuvieron una discusión en el interior del vehículo del homicida confeso. Éste la contextualizó en un desencuentro de pareceres común entre dos personas que mantienen una relación.

Según su versión, en un momento acalorado de la disputa Laura Alonso le dio una bofetada, y seguidamente le escupió a la cara. Su reacción, entonces, fue instintiva, declaró a la juez, y la agarró por el cuello. La joven se desvaneció, y cuando él fue realmente consciente de que estaba muerta, se deshizo del cadáver en un paraje próximo al campo de fútbol de Toén. En efecto, el pasado sábado, a las 18.30 horas, un guardia civil y varios voluntarios descubrieron el cuerpo.

Esta fue la versión de los hechos que ofreció a la autoridad judicial, añadiendo que se escapaba a su entendimiento la aparición de la chaqueta de Laura cerca de su cuello. Negó expresamente que la hubiese utilizado para estrangular a una joven con la que se venía viendo a escondidas.

Los resultados de la autopsia, a los que la defensa de Javier Cruz no tuvo acceso por estar declarado el secreto de sumario, no concuerdan con la versión facilitada por el homicida, y que restaría credibilidad a la ‘reacción instintiva’ ante el esputo.

El análisis del cuerpo de Laura realizado por un equipo de tres médicos forenses, así como varios técnicos de medicina legal e incluso personal especializado de la Guardia Civil, despeja varias dudas. Pese al estado en que se había hallado el cuerpo de la joven tras seis días expuesto a altas temperaturas, lo que obligó a practicar una parte de la autopsia en el CHOU y otra en el tanatorio de Santa Mariña, fue posible detectar marcas alrededor del cuello producidas por una chaqueta que junto a sus huellas dejó fibras de su tejido.

Horas previas a la muerte


El homicidio de Laura Alonso sucedió en la madrugada del lunes, 24 de agosto, después que, según la versión de Javier Cruz, ella le hubiese enviado un sms y, posteriormente hecho una llamada, para concertar un encuentro. El domingo él había estado en Portonovo con varios amigos y su actual pareja. Laura, hasta la 1.30 horas, permaneció en un bar de A Valenzá. Poco después se encontraron. Dejaron aparcado el coche de ella en una pista próxima a Alongos y se subieron al Audi A3 de él, donde la joven encontraría la muerte por asfixia.

El informe forense ofrecerá claves decisivas para el juicio


El informe forense será la pieza clave que arroje luz a este proceso por homicidio, que será instruido conforme a la Ley del Jurado y sentenciado conforme al veredicto de un tribunal popular (institución que tiene asignados este tipo de delitos). La pericial de los médicos forenses ayudará en buena medida a reconstruir esa noche, aclarar cómo murió la joven Laura Alonso y si en la acción del inculpado, Javier Cruz, hubo o no intencionalidad de causar la muerte de su ex novia. Una circunstancia, desde el punto de vista jurídico, vital para determinar la pena, ya que una opción u otra cambiaría sustancialmente la condena.

Hasta el momento, a través de las dos versiones ofrecidas ante la Guardia Civil y la jueza instructora, el inculpado dejó claro que no tuvo voluntad de matarla. Justifica en el acaloramiento de una discusión (asegura que la joven le abofeteó y le escupió a la cara) su agresiva reacción. Esta versión incluso podría servirle a su letrado defensor para encajar los hechos en un homicidio imprudente (no había voluntad de acabar con su vida) cuya pena no va más allá de los cuatro años de cárcel.

Hasta 15 años


No obstante, si los forenses, una vez concluido el informe, determinan sin ambages que Laura Alonso falleció por la acción de una chaqueta sobre su cuello, la valoración procesal cambiaría sustancialmente. Primero, por el mecanismo utilizado. Segundo, porque entraría en directa contradicción con la versión ofrecida hasta la fecha en la que no supo explicar la presencia de esa prenda de vestir en el cadáver. Más aún, negó que la hubiera utilizado. Entonces sí, en la acusación cabría hablar de un delito de homicidio, con una penalidad bastante superior (entre 10 y 15 años).





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