Los vecinos de Rairo exigen un sistema de canalización, los de Peliquín un nuevo acceso al barrio

Un lavado de cara para el Puente romano

La estructura del puente presenta este aspecto, con las piedras inundadas de plantas y matojos. (Foto: Martiño Pinal)
Puente romano: Los pilares del Puente romano se encuentran invadidos por plantas que están afeando esta joya del patrimonio histórico de la ciudad de As Burgas. Por eso, los vecinos de la zona reclaman al área de Medio Ambiente del Concello que ‘se pongan manos a la obra’ para adecentar tanto la parte baja (la más pegada al río) como la zona alta de la estructura. En ese sentido recuerdan que con la llegada de las lluvias las plantas y otras especies florales ‘proliferan más que nunca’, por lo que consideran muy necesaria esta actuación de limpieza para mantener cuidado el puente, desde que se limpió hace más de un año de plantas y matojos.
Parroquia de Rairo: La presidenta de la Asociación vecinal ‘Parroquia de Rairo’, María del Carmen Delgado, sostiene que el pueblo necesita ‘de forma urgente’ un sistema de canalización en sus calles, tras comprobar que con la llegada del mal tiempo y de las lluvias -como ha sucedido durante los últimos días- lo que ‘corre por Rairo son ríos de agua’, señaló. Recuerda que si los responsables de la Xunta no hubiera ahorrado dinero en su momento en este tipo de intervenciones el pueblo tendría ahora ‘un sistema acorde a los tiempos’. La responsable vecinal pone como ejemplo lo que sucede cuando llueve en el conocido como el Camiño do Soto y en la plaza de Santa Lucía.

Barrio de Peliquín: La entrada a las viviendas de Peliquín sigue levantando las protestas de muchos residentes, al recordar que ‘ya va siendo hora de que alguien se entere de que por aquí no pasan dos coches a la vez, y que la entrada es un auténtico peligro’. El responsable de la Asociación de vecinos ‘Peliquín Catro Camiños, Manuel Rodríguez, lamenta ‘amargamente y con resignación’ el retraso en las obras de acceso desde la carretera de Oira hasta el barrio, donde además existe una rampa que difuculta aún más la entrada en coche. ‘Por aquí pasan todos los días cerca de 400 coches’, sostiene el dirigente vecinal, que pide ‘un poco más de sensibilidad’ por parte de los responsables del Concello ourensano.

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