Economía

Llegar a fin de mes en Ourense, aún más difícil: el precio de la comida subió un 17%

Un establecimiento de alimentación de la ciudad.
photo_camera Un establecimiento de alimentación de la ciudad.
El encarecimiento de los alimentos es superior a la media gallega y española, mientras que el IPC general crece un 6,9%

Los ourensanos padecen los efectos de la inflación en sus carteras. Llevar a cabo cualquier compra se ha convertido en un reto cada vez mayor en los últimos años, desde que en 2021 comenzaron a subir los precios tras la pandemia. Y los datos del Índice de Precios de Consumo relativos al mes de diciembre, publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística, constatan que ir al supermercado en Ourense se ha disparado un 17% respecto al año anterior.

Es la subida más acusada si se observan los datos por grupos, catapultada por crecimientos espectaculares en productos básicos como el azúcar, la leche o los huevos. A la alimentación y las bebidas no alcohólicas les siguen la hostelería, que ofreció tarifas un 10,1% superiores al diciembre de 2021, y los muebles y artículos de hogar, un 8,6% más caros.  Las bebidas alcohólicas y el tabaco no burlaron la inflación y cerraron el año con valores un 8% mayores.

La subida en la alimentación es la más elevada de Galicia, superando por ocho décimas la media autonómica. De las cuatro provincias gallegas, la siguiente en encarecimiento es Lugo (16,6%), seguida de Pontevedra (16,2%) y A Coruña (15,7%). El dato ourensano también supera la media nacional, que se sitúa en el 15,7%.

El encarecimiento de la comida impacta de nuevo en la contabilidad doméstica. El mes pasado, una cesta tipo en la ciudad con productos para una dieta completa (carne, pescado, legumbres, verduras…) costaba 66 euros. En diciembre de 2021, el precio rondaba los 56,41 euros. Esto se traduce en una subida de casi 10 euros.

El global se modera

El porcentaje global de incremento de los precios en la provincia se modera respecto a valores anteriores. La variación interanual en el último mes del año acabó situándose en torno al 6,9%. Un dato muy diferente al del mes de julio, cuando se llegó a registrar un auge del 11,7%. Los números apuntan a que la inflación tiende a ralentizarse, pero aun así, el IPC de Ourense aumentó un 14,5% desde diciembre de 2020, en plena pandemia y antes de que se desencadenasen las subidas de precios.

Por otro lado, el global de la provincia tampoco sale bien parado si se compara por territorios el último dato de 2022. El desembolso para los ourensanos creció más que el del español medio (5,7%) o el del gallego medio (6,4%). De hecho, y en el ámbito autonómico, solo Lugo supera por tres décimas el porcentaje ourensano de variación del IPC.

Recetas

A la puerta de un supermercado de la ciudad los consumidores sacan sus recetas para aliviar la situación. “Sobre todo, comprar menos producto fresco. Onde máis o noto é no pescado, consumimos menos e tiramos máis de conservas, aínda que tamén se encareceron”, explica  Elena. Las facturas también crecen: “O aluguer tamén subiu moitísimo. Un soldo que antes era bo, hoxe é para vivir, non se pode aforrar. O meu soldo dame para vivir”.

Otro consumidor, Augusto, detalla su método para ahorrar en el supermercado: “Compramos en muchos supermercados distintos. Hay alguno en el que la subida es mayor, y hay cosas que se han disparado de una manera que no es lógica”. Y solo nota la “pequeñita” bajada del IVA en algunos productos. Mientras tanto, hay quien recurre a los básicos, como Brais: “Pasta, y sobre todo hacer potajes de garbanzos, lentejas… Cosas que duren varios días y así comprar menos”. 

LA SUBIDA DESDE HACE DOS AÑOS SE DISPARA AL 23,1%
Si el incremento del ticket del supermercado ourensano es elevado respecto a diciembre de 2021, aún lo es más si se observan los datos de 2020, antes de que se manifestaran los primeros síntomas de inflación. De este modo, la alimentación y las bebidas no alcohólicas dilataron su precio un 23,1%. El gran encarecimiento de la comida no fue el mayor desde ese año, ya que el aumento más significativo responde al grupo de gastos en vivienda, agua, electricidad, gas y combustibles, cuyos costes se dispararon un 25,4%. En cuanto al global del IPC, la variación respecto a diciembre de 2020 fue de un 14,5%, a diferencia del 6,9% interanual.

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