Llegar al mundo del covid-19

El inicio de la epidemia del coronavirus trastocó la vida diaria de los centros hospitalarios de la provincia, que han tenido que adaptarse a las circunstancias para atender la actividad asistencial imprescindible. El área materno infantil hizo frente, en tiempo récord, a nuevos protocolos para mantener la seguridad de madres y bebés ante una enfermedad casi desconocida en un inicio. Desde el 14 de marzo hasta la mañana de ayer, nacieron un total de 212 bebés en la provincia bajo las nuevas medidas preventivas–de los que 20 llegaron al mundo en Verín, 15 en Valdeorras y 177 en el CHUO–. Un panorama sin duda inesperado para las madres, así como para el equipo humano del servicio. "Al principio estábamos muy preocupadas, porque no teníamos protocolos adaptados a la enfermedad, a posibles parturientas con covid", explica Toña Iglesias, supervisora de matronas del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO). La dinámica del trabajo cambió, y los sanitarios reconocen que "ojalá" la normalidad pueda volver en el menor tiempo posible. "No sabíamos qué hacer si una mujer llegaba con fiebre, sin saber si era síntoma de coronavirus o algo del momento, espontáneo", apunta Iglesias. Los casos sospechosos –desde el inicio de la crisis ha habido varios– llegan por un circuito distinto que el resto de madres, y se les hace la prueba antes de dar a luz. "Si es una persona con síntomas o que ha estado en contacto con algún positivo, se toman medidas de protección, para minimizar riesgos", explica. Los sanitarios la acompañan durante el proceso de dilatación, antes de conocer el resultado del test, para evitar que la mujer permanezca sola mientras no se conocen los resultados. Cambio de procesos Pero aunque la mujer no sea sospechosa de padecer coronavirus, el proceso también se ha visto alterado. "Son muchos cambios. Tenemos que estar todos con mascarilla, tanto los sanitarios como ella y su acompañante, y temas como el piel con piel están contraindicados desde el inicio de la pandemia, aunque ahora estamos a la espera de los cambios de protocolo y que pueda volver a hacerse, como con la lactancia, siempre que sea dentro de las medidas higiénicas", adelanta la matrona. El espacio también ha cambiado un poco –la sala de parto natural ha perdido parte de su decoración, para facilitar la rápida desinfección del mobiliario–, y los sanitarios, conscientes de la preocupación de las madres, higienizan delante de ellas. "Les enseñamos las medidas que estamos tomando, para que vean lo que hacemos, para que estén tranquilas durante el proceso. De por sí el parto ya es un momento de muchos nervios, hay que evitar más preocupación", apunta. La persona que acompaña a la parturienta puede estar en la sala, como era habitual hasta ahora, así como acompañándola durante sus días de ingreso, después del parto. Sin familiares Los primeros días de vida de los pequeños también se han visto afectados por la crisis del covid. Si antes era común acudir al centro hospitalario durante el ingreso de la madre para conocer al recién llegado, ahora las visitas tienen que esperar. "En algunos casos, alguna mamá me ha dicho que casi lo prefiere, porque en esos momentos prefieres estar tranquila, pero claro que para los familiares, sobre todo para los abuelos, es un poco traumático", reconoce la matrona. Los encuentros se hacen de forma telemática, a través de videollamadas desde la habitación. El tiempo de ingreso de las familias, no obstante, se reduce en muchos casos como medida preventiva, a causa de la epidemia. "Se están dando altas precoces para evitar que continúen en el hospital más tiempo, pero siempre según la valoración. Ahora mismo ya no tanto, pero al principio sobre todo, este no era el mejor sitio para estar", comenta Toña Iglesias. Las dudas Desde el inicio de la crisis del coronavirus, el servicio de Ginecología del CHUO ofrece un servicio de atención telefónica las 24 horas del día, para aquellas familias con dudas o preocupaciones. Las consultas en persona se mantienen, pero se intentan agrupar en la misma mañana todas las pruebas diagnósticas, para evitar continuos desplazamientos al centro hospitalario. "La verdad es que al principio las madres no sabían si venir o no, llamaban mucho por el tema de las citas. Y las que venían lo hacían con bastante miedo, no querían tocar nada. Poco a poco se están adaptando, al igual que nosotros. Tienen que venir tranquilas, porque aquí tomamos todas las medidas de seguridad necesarias", remarca Iglesias, que asegura que el equipo está "totalmente preparado".