Ourensanos explican su situación tras varios meses en el paro
Rudesindo Colmenero: "Me tienen haciendo curso tras curso desde hace ocho años y sin ningún tipo de ayuda"
Rudesindo Colmenero, de 53 años, lleva ocho en paro, tras trabajar como soldador y montador de estructuras metálicas por espacio de 10 años y previamente en diversos sectores, como la construcción o la hostelería. "Me tienen haciendo curso tras curso y no tengo ningún tipo de ingresos", explica. "Acabo de sacar el carné de conducir camiones, pero para conseguir un trabajo te piden experiencia, así que da igual lo que hagas", explica.
Rudesindo, que tiene un joven de 16 años estudiando a su cargo, lo tiene claro: "Aquí, si no tienes un amigo que te diga ‘vete a este sitio que tienen un puesto para ti’, nada de nada, da exactamente igual lo que te prepares o los cursos que estudies".
Añade que, sin paro ni derecho ya a ninguna ayuda social, lo que le salva es que "trabaja mi mujer, que es el único sueldo que entra en casa". Eso sí, "la esperanza no la pierdo nunca, salgo todos los días y cualquier oportunidad que encuentre me apunto a ella". De momento sigue buscando ese empleo que no llega.
Miguel Fernández: "Desde que cruce la barrera de los 50 años, la cosa del trabajo se puso aún más cuesta arriba"
Miguel Fernández tiene 57 años y ha trabajado sobre todo en el sector del "merchandising". Desde 2011, que se quedó en paro, lleva buscando un empleo estable que no llega nunca, "sólo contratos efímeros de un día, una semana... que no llegan a un mes; tendré como 30 contratos de este tipo en estos seis últimos años". Se trata de "campañas para poner carteles o para reponer en un supermercado cubriendo una baja de días o cosas así", explica.
Eso sí, "esos pequeños contratos te ayudan a cotizar y a optar a subsidios", pero añade que no ofrecen la tranquilidad "de una continuidad en el trabajo, que es lo que realmente estoy buscando". Fernández lo intentó también "con el autoempleo, pero faltaban ayudas o encontrar un nicho de empleo que tenga futuro".
Este parado de larga duración tiene claro que "la edad es un hándicap, desde que cruce la barrera de los 50, la cosa se ha puesto mucho más cuesta arriba", a pesar de lo cual, con un hijo universitario, sigue "intentándolo".
Katia José Burgos: "Llevo más de un año buscando trabajo pero creo que los currículos los tiran a la basura"
Katia José Burgos, de 35 años, ha trabajado de fisioterapeuta, camarera y "ayudante de familia", explica esta inmigrante que lleva "más de un año buscando trabajo". Reconoce que hay bastante dificultad para conseguir un empleo y expresa sus dudas sobre lo que se hace con los currículos que entrega, hasta el punto que la falta de llamadas acusando recibo la lleva a pensar que "los tiran a la basura". Añade que "para las prestaciones siempre te están llamando y pidiendo documentación; traes papeles y papeles y no te llega nada, siempre falta algo".
Esta camarera en paro -su último empleo fue en el sector de la hostelería- sigue perseverando en su intento de conseguir un empleo. "Esta semana he venido tres días al INEM para probar suerte, he tenido varias entrevistas pero de momento no he conseguido nada". Preguntada por si ha intentado abrirse a otros sectores, señala que "con un niño de 12 años a mi cargo y siendo madre soltera no puedo acudir a cursos de formación, que se le va a hacer".
Marcos Guede: "Parece que no es suficiente tener el Bachillerato para conseguir un empleo"
A sus 21 años, Marcos Guede lleva ya más de uno "buscando empleo, desde que acabé el Bachiller; empecé cursos pero no los acabé y estoy apuntado en el INEM desde hace casi dos años a ver si encuentro un trabajo, pero no llaman".
Subraya que "vivo con mis padres", pero tiene claro que su idea es empezar a trabajar lo antes posible, aunque apunta que "parece que no es suficiente con el Bachiller, que va a haber que hacer más cursos específicos porque de las empresas de hostelería donde dejé currículos no me ha llamado nadie todavía".
Está pensando en hacerse el carné de conducir, "porque eso me permitiría optar a otro tipo de trabajos, como repartidor o en una pizzeria, etcétera".
A la espera de ese trabajo que no llega todavía, Marcos Guede baraja también la posibilidad de matricularse en "un ciclo superior, de administrativo, por ejemplo, porque la economía es una materia que no se me da mal y sería otra posibilidad para encontrar empleo".
