TEMPORAL

La lluvia provocó desbordamientos, cortes de carreteras y bajos anegados

photo_camera La zona termal de Outariz, totalmente anegada por las aguas del río Miño durante la jornada de ayer.

El nivel del río Miño a su paso por Ourense llegó a acercarse de forma peligrosa a la N-120, cubriendo el paseo fluvial

Las fuertes precipitaciones registradas ayer en la provincia de Ourense produjeron un reguero de incidencias, empezando por la propia ciudad, donde las aguas desembalsadas desde la presa de Velle anegaron las piscinas de Oira y los paseos a orillas del Miño en su tramo entre esta zona de la ciudad y el puente del ferrocarril.

El volumen de agua desembalsada en Velle a las seis de la tarde de ayer alcanzaba los 2.635 metros cúbicos por segundo y el nivel del río Miño se situaba en los 7,15 metros de altura, cuando la media del mes de enero había sido de 590 metros cúbicos por segundo y el nivel medio se situaba en los tres metros. Según señalaron ayer desde Unión Fenosa, el importante volumen de agua llegado desde el río Sil, junto con el del propio Miño, "obligó a evacuar el agua", al tiempo que subrayaban que "hay una serie de niveles de alerta y otros de emergencia que se han ido activando en coordinación con los concellos". Sobre la posibilidad de que se hubiera desembalsado antes, en previsión de estas lluvias torrenciales, estas mismas recordaron que "eso está perfectamente regulado y se ha hecho cuando se tenía que hacer".

Precisamente, en previsión de la crecida del río registrada ayer, el Concello de Ourense tuvo cerradas las áreas termales de las riberas del Miño. Esta situación se mantendrá durante la jornada de hoy, razón por la cual Protección Civil mantiene balizas de protección en las zonas más bajas al lado del cauce (incluida la playa de A Antena), y tanto este servicio como los bomberos y Policía Local establecerán un operativo para mantener la seguridad ante posibles crecidas del río. En este sentido, el Consistorio pide que, por seguridad, no se transite por estas zonas y que se respeten las balizas y cintas de protección.

La afluencia de las aguas del Miño llegó ayer a amenazar la N-120, a su paso por la ciudad, y otros cauces, como el del Barbaña y el Loña, anegaron sus riberas, habitualmente con la vegetación a la vista.

Pero los efectos del crecimiento de los cauces no se redujo a la ciudad, sino que se repartió por todos los puntos de la geografía provincial. Ribadavia, una de las comarcas tradicionalmente más afectadas por la crecida de los ríos, se encuentra en estado de alerta por el río Miño y de prealerta por el estado del cauce del Avia.

A las cuatro de la madrugada fue necesario cortar el paso de la carretera de Arnoia por desbordamiento del Miño, en los entornos de A Foz y A Barca, en donde corren peligro de inundaciones cuatro viviendas, que retiraron sus enseres y vehículos de la planta baja de sus inmuebles, e incluso una de las familias, por precaución, no se quedó durante la noche.

En torno al mediodía ya podían circular los vehículos por la carretera de Arnoia, aunque se mantenía el estado de alerta.

El Grupo de Emergencias Supramunicipal confirmó que los responsables del embalse de Castrelo de Miño contactaron con el Concello de Ribadavia debido a que el agua está a tan sólo cinco metros del tope que tiene la presa para verter el agua, lo que provocaría subidas del nivel en Ribadavia. De continuar las lluvias, se calcula que en 20 horas será necesario soltar agua. Por lo demás, continúan cerrados al paso todos los paseos fluviales y el área recreativa de A Veronza.

En la comarca de Monterrei, la crecida del Támega obligó a cortar la carretera Vilela-A Pousa, que a última hora de ayer permanecía cerrada al tráfico, como el área recreativa de Vilela.

Otro de los municipios afectados durante la jornada de ayer fue Baños de Molgas, que vio como se inundaba el hotel-balneario -cerrado hasta el 20 de febrero- y había que cortar la carretera a Os Milagros, que pudo ser reabierta a las 12,30 horas.

En Baixa Limia y Celanova, fueron varias las salidas que debieron realizar los grupos de emergencias para retirar árboles caídos en diversos viales. En Padrenda, la crecida del río Troncoso provocó balsas de agua en carreteras y el desbordamiento de varios de sus afluentes. Por otra parte, el río Arnoia anegó durante la noche del viernes varios locales de Portovello y Vilanova , pero a lo largo de la jornada de ayer fue mejorando la situación y solo quedaba interrumpida la pasarela que comunica Portovello con Acea da Costa. Esta mejoría se dio en otros puntos durante la tarde de ayer.

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