Las lluvias en Ourense desde octubre ya sumaron 69 días

Socavones, restos acumulados en paseos o taludes derrumbados aguardan todavía reparación después de las lluvias que han inundado Ourense

Las lluvias, la nieve y el posterior deshielo de la semana pasada han dejado un  reguero de desperfectos. La zona termal de la ciudad está devastada: las duchas de A Chavasqueira flotan sobre el Miño, ningún cartel informativo se mantiene en pie, las pozas están desaparecidas bajo el agua y el recinto es un barrizal. En las villas de la provincia ocurre lo mismo y las áreas recreativas que no continúan inundadas presentan daños y acumulan restos de barro.  

Las inundaciones son proporcionales a la cantidad de lluvia caída desde que comenzó este año hidrológico. De los 114 días que transcurrieron desde el 1 de octubre, cuando comenzó, hubo precipitaciones hasta en 69, es decir, llovió durante dos meses y una semana. En el mismo periodo del año anterior, solo durante 40 días. Además, en otras estaciones se registraron cifras más elevadas, como en el Xurés, donde las lluvias estuvieron presentes hasta 80 días, un 70% de lo que va de año hidrológico. 

Por otra parte, desde la Confederación Hidrográfica señalan que la precipitación acumulada media de Ourense hasta ayer fue de 966 litros por metro cuadrado, un 60% por encima de la media histórica (582,7 litros por metro cuadrado). Solo en la última semana, se acumularon 91 litros. En el año hidrológico anterior (2021/2022), a estas alturas, la precipitación registrada era de 311 litros por metro cuadrado, un 47 % por debajo de la media histórica y un 68 % por debajo de la actual. 

En lo relativo a los caudales de los ríos, en la provincia se encuentran -de media- un 186 % por encima del promedio histórico. 

Las termas están inutilizables. Continúan anegadas y con mobiliario urbano destrozado. Lo mismo ocurre en las piscinas de Oira, adonde ayer acudieron técnicos de Medio Ambiente para evaluar los daños y comenzar con las reparaciones.

  • Carballiño. El temporal de las pasadas Navidades provocó el desbordamiento del río Carrás en el tramo canalizado que cruza la calle Alberto Vilanova, abriendo un enorme socavón en la calzada que obligó a cortar al tráfico rodado y peatonal. El Concello colocó una pasarela metálica temporal para facilitar el tránsito de peatones hacia el centro de salud, al mismo tiempo que encargó la redacción del proyecto para su reparación. Además, en varias localidades del rural se produjeron derrumbamientos de muros, al igual que en la Ruta dos Arrieiros, en donde los desperfectos fueron importantes y hay una gran cantidad de árboles caídos.
  • Ribeiro. En esta comarca, Arnoia y Castrelo de Miño acapararon los efectos de la borrasca. En el primer caso, la riada de Navidad se llevó por delante las Poldras de más de un siglo de antigüedad y destrozó pasarelas, mobiliario y accesos en esta misma área recreativa y en la del Inquiau. El alcalde, Rodrigo Aparicio, calcula los daños en aproximadamente 250.000 euros, sin incluir el paso de las Poldras, “de valor incalculable”, matizó. El derrumbamiento de muros y la caída de árboles se produjeron en numerosos concellos, entre ellos, en Castrelo de Miño, en donde el Consistorio procedía a su reposición para facilitar la circulación por los accesos afectados.
  • Allariz. El Concello de Allariz llevará al pleno de este viernes la petición de declaración de zona afectada gravemente por una emergencia de Protección Civil debido a los daños sufridos en diferentes espacios naturales, patrimonio e infraestructuras de la villa. En Baños de Molgas, la última crecida del Arnoia no hizo más que agravar los daños en espacios como el parque infantil o las piscinas municipales.
  • Conso-Frieiras. La caída de un muro en Viana do Bolo ha obligado a cortar un carril de la OU-533 a su paso por el municipio. Desde la entidad local han decidido tomar esta decisión ante el riesgo de que continúe desmoronándose y pueda provocar daños mayores. Lo ocurrido ha provocado, además, el hundimiento de una acera y problemas en una canalización de agua. 

    Abelardo Carballo, teniente alcalde del municipio, afirma que desde el Concello ya había enviado un aviso a la Xunta de la existencia de “fisuras” en el muro, algo que, unido a las lluvias de los últimos días, ha desencadenado en lo ocurrido.
     
  • Celanova. En la comarca de Terra de Celanova se han registrado, fundamentalmente, daños en el curso del río Arnoia. La crecida del río provocó también desperfectos en la ruta de senderismo de Escudeiros, en Ramirás, “causando danos no canal, con pontes de madeira arrancados e destruídos”, relataba la alcaldesa, Isabel Gil.
  • Baixa Limia. En Muíños destacan daños en parte de las cubiertas del campo de fútbol y la sede del GES, en el edificio multiusos de A Rola, la rectoral de San Pedro habilitada como alojamiento de turismo rural y también en la casa consistorial. El alcalde, Plácido Álvarez, confirmaba también desperfectos en la senda peonil del complejo turístico de O Corgo y cruces de agua en A Rola, la carretera de Maus de Salas a Guntumil, así como el bombeo de la EDAR de Mugueimes y en la instalación eléctrica soterrada del alumbrado público. El valor estimado de los daños, según los responsables municipales, ronda los 115.000 euros.
  • Monterrei. El último episodio de lluvias causó el desbordamiento del río Támega entre los concellos de Monterrei y Verín, concretamente en la carretera que comunica A Pousa (Monterrei) con Vilela (Verín).  Y aunque el reciente temporal no dejó daños en la comarca, el concello de Monterrei se vio afectado por las intensas lluvias del 1 de enero. El temporal causó el desbordamiento de los ríos de la comarca, siendo el de Monterrei el más afectado, principalmente por el río Bubal. 
  • Valdeorras. La comarca registró derrumbamientos como el producido en la N-120, en donde un tramo entre El Bierzo y Valdeorras se veía afectado con hundimiento de una parte de la calzada, a la altura de Biobra, hace seis días. Y este fin de semana quedaba cortada en Petín la carretera entre A Barxela y Sampaio por caerse también parte del firme, dejando un enorme socavón. Además, la crecida del río Sil dejó el agua al borde del Malecón.
  • Trives. La aldea de Navea quedaba con su acceso a San Xoán de Río cortado al tráfico por la caída de una piedra de grandes dimensiones en la calzada. Esta quedaba resuelta horas después.

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