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Lo que la audiencia se llevó

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photo_camera El ourensano Luis Cepeda, despedido por el presentador del programa.

El ourensano Luis Cepeda abandonó el martes la academia de Operación Triunfo tras convertirse en el más amado y odiado a partes iguales. Aguantó cuatro nominaciones, pero a la quinta fue la vencida. 

El ourensano del momento de la televisión española dijo el pasado martes adiós dos meses y medio después a su participación en Operación Triunfo. Y lo hizo de forma contundente: un 73% de la audiencia manifestó su apoyo a Roi Méndez, mientras que tan solo un 27% votó para que se quedase Luis Cepeda. Como ocurrió con anteriores nominados, el ourensano abandonó la academia con la mejor de todas sus actuaciones a lo largo de las nueve galas realizadas, lo que le permitió llevarse los parabienes del jurado, que pese a que fue su azote durante muchas de sus actuaciones, le dedicó buenas palabras en su despedida.

"Dijiste que no sabías qué mierdas (sic) quería el jurado de ti. Pues, ¿qué íbamos a querer? Que lo hicieras como la has hecho hoy", le espetó Mónica Naranjo, una de las más críticas con el triunfito de la ciudad de As Burgas durante su paso por la academia. Incluso señaló que había estado "al nivel de una final"

Cepeda interpretó "Say you won't let go", de James Arthur, con el acompañamiento musical de su guitarra y del piano del profesor Manu Guix. Y con una espléndida actuación se llevó la mayor ovación de su carrera en OT. De hecho, ayer mismo ya era la segunda canción más reproducida en iTunes España en toda la edición.

La despedida tuvo tintes dramáticos, especialmente con el vencedor de la noche, el santiagués con raíces ourensanas Roi –alias Sapoconcho–, y su "hermana" de la casa, Aitana. Los dos gallegos habían hecho gala de su profunda amistad en días pasados y tras conocer el veredicto se fundieron en un abrazo infinito.

Cepeda se fue con alegría, no solo por brillar en su última interpretación, sino porque permitía así que su amigo del alma continúe en la academia. Además, recibió la visita de dos de sus mejores amigos, Diego Fernández Casal y Rodrigo Meleiro –el primero, compañero de baloncesto; el segundo, excompañero de residencia universitaria en A Coruña–, que le hicieron sentirse como en casa. "Si hubiera estado así en toda la edición de OT no estaría fuera. Cantó genial, se le veía sonriente, haciendo un poco el tonto, en su salsa", asegura Casal.

Sus amigos fueron los encargados de recibirlo a su llegada al hotel habilitado para invitados y concursantes expulsados. Eran más de las 03,30 horas de la madrugada. "Estaba muy contento y alucinando por todo el apoyo recibido. Estuvimos hablando hasta las seis de la mañana; nos estuvo contando todos los proyectos de futuro que tiene, estaba genial".

A corto plazo, parece que no le faltarán novias musicales, debido a la gran masa de fans que ha cultivado durante su participación en OT. Incluso ya tiene cerrados al menos los dos conciertos junto a sus excompañeros, así que no va a tener tiempo para olvidarse de la música ni un solo segundo.

El concurso le hizo entrega, como es habitual, de sus redes sociales oficiales para que pueda interactuar con sus fans a partir de ahora.

El ourensano se quedó perplejo. "Fuimos a dormir y me despertó a las 8,30 de la mañana para pedirme un cargador porque ya se había fundido la batería del móvil mirando las redes sociales", relata su amigo Casal.

El propio expulsado lo confirmó: "No he dormido intentando leer todos vuestros mensajes. Si me quedo frito en las entrevistas no me lo tengáis en cuenta".

Pese a que deja un rastro de amor-odio tras su paso por la academia, nadie podrá negar la valentía por haberse presentado al casting de OT. De su participación, además de una posible carrera musical, el ourensano se lleva "una gran amistad con todos" los concursantes y una fama que ahora deberá saber administrar. 

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