¿Qué desean tomar los señores?
El PSOE ourensano mantiene que hay episodios contaminantes en las termas del Miño. En los más de cien días de la nueva corporación los nueve (concejales) de Rafael Villarino han logrado colocar un titular gracias al trabajo de la fontanería. Son nueve ediles aún en periodo de rodaje, hay que ser pacientes. No son los nueve de Little Rock, aquel grupo de estudiantes afroamericanos que en 1957 plantaron cara a la segregación racial en Estados Unidos entrando en escuelas para blancos, dando uno de los pistoletazos de salida a la lucha por los derechos civiles.
Los nueve de Villarino procuran otros propósitos, de cuya nobleza no hay que dudar. De su éxito, sí. Tienen más concejales que ningún otro grupo en la corporación y debiera notarse. Debería Villarino, al menos, creerse el celebérrimo entrenador Helenio Herrera y decir que "se juega mejor con diez que con once". Paliar así los duros lunes al sol de la oposición. El termalismo a tiempo parcial que vive la ciudad tiene infinidad de zonas de sombra, pero los socialistas se han gustado en la sospecha de "episodios contaminantes de corta duración". Hay que salir algo más, darse una vuelta por los sitios y ver lo que merece la pena denunciar.
Pueden hacer como su correligionario Abel Caballero y estar con todos a todas horas: "Yo entro en una cafetería y me aplauden", dijo el regidor de Vigo. Los nueve de Villarino entran en una cafetería y le dicen: "¿Qué desean tomar los señores?". ¿La limpieza en las termas del río se hace con la asiduidad requerida? ¿Tienen los usuarios toda la información sobre las propiedades de las aguas? ¿Se cumplen todas las medidas de seguridad en los recintos? ¿Están los accesos en las mejores condiciones? ¿Hay lugares reservados para caravanas y otros medios similares? El grupo municipal socialista ha preferido hacer categoría de la anécdota.
Lo siguiente será cuestionar los platos de madera del pulpo, los puestos de graneles en la plaza, las pulpeiras en las esquinas... Llegan los nueve a preservar las esencias. Los concejales ya son como Los Nueve de la Fama: Carlomagno, el Rey Arturo, Godofredo de Bouillón, Julio César, Héctor, Alejandro Magno, David, Josué y Judas Macabeo. Estamos salvados .
Pasar el Rubicón cogidos de la mano
Rendir cuentas es una lata. Siempre es más cómodo exigírselas a los demás. En política, cuando estás en la oposición, es una obligación. Que te las pidan cuando gobiernas es cosa de tocahuevos. Pasa como con el periodismo: cuando lo que difundes coincide con lo que piensas eres objetivo, independiente y plural. Cuando no, un vulgar paniaguado, cuando no un fachita. Esta semana se fue el admirado periodista Pepe Oneto (gracias por ayudarnos a crecer leyendo Cambio16), que decía: "Sobre los escándalos que la prensa destapa acaba siendo culpable la prensa".
La prensa acabó siendo culpable de contar el azaroso trámite de la multa de quita y pon del alcalde. La oposición también acabó cruzando ese Rubicón. En la Roma clásica César venía de conquistar Las Galias pero en la capital del imperio quisieron poner coto a sus ansias de poder con toda suerte de dificultades. César cruzó el río Rubicón desencadenando una cruenta guerra civil. Jácome César venía de conquistar las tripas de miles de ciudadanos que le elevaron a la alcaldía. Entre los méritos, hacer una oposición de trinchera, con munición gruesa. Pero la epidermis pierde textura con el poder y se vuelve más fina. Duele hasta la caricia. La critica de la oposición es cruzar el Rubicón, la de los periodistas, delito de lesa majestad. Ambos, en todo caso, unos tocahuevos.
Teclear para decir que todo va bien
Y a estas alturas de la página hemos tecleado mucho concediendo importancia a la superficialidad. El primer ladillo para una chusca denuncia del PSOE, el segundo por el repentino desapego municipal por la transparencia. Pero aún cabrían aquí las visitas al juzgado para comprar la misma medicina que se tomó el alcalde durante años: una denuncia. Aún podríamos citar la mecha corta de una decisión pueril: subastar coches oficiales (aún en los garajes) para alquilarlos después cuando hay que usarlos. Merece también un repasito echar cuentas del dinero que cuesta una corporación que tiene tantos asesores como concejales. Pero no merece la pena ir más allá. En todo caso, congraciarnos con la realidad: van tan bien las cosas en la ciudad que el debate es una multa, un alquiler de un coche. Y, claro, un motón de palabras tecleadas hasta aquí.
Luz y los tópicos
Es difícil perdonar cuando te la dejan en el área. Luces de Navidad en Ourense más pronto, más caras. Ni una risa con eso, que en otras ciudades han hecho marca. Donde hace falta luces es en el Concello. Perdón por los tópicos.
El presidente que mira a las favelas
El rianxo de la plaza de abastos, antes bullicioso, lleno de regateiras, es hoy un espectro de aquello. En la foto superior Emilio González, presidente de la plaza de abastos, y continuador de una estirpe familiar de placeros, mira desde la balaustrada el panorama en el que se ha quedado aquel bullicio comercial: una especie de favelas de Río de Janeiro, reducto de marginalidad.
El rianxo se ha quedado en chabolismo puro y los okupas han tomado posesión de los telderetes. El Concello, dice, verá lo que puede hacer. Con calma, la reforma de la plaza solo espera desde hace más de 20 años.
El portafotos
José Antonio Rodríguez Araújo pasaba por allí y alguien le empujó a ser presidente de los empresarios de San Cibrao. Más de 350 empresas, 8.500 trabajadores, el pulmón económico d e la provincia. Hay puestos de enjundia que se toman como cáliz o cicuta por lo que suponen de responsabilidad. Otros cargos empresariales han abierto frentes de lucha sin cuartel para llegar al puestiño y una vez conseguido su gestión es homologable a la de un hermoso búcaro.
El presidente del polígono y su equipo se han venido arriba estos días, tomado los prismáticos y planificado una "histórica" expansión del asentamiento. La cosa promete, pero está verde. Madurará, sin duda. José Antonio, nos consta, ha tenido alguna llamada de la oficialidad política que sonó como un claxon, pero se aferró al "ladran, luego cabalgamos". Al presi le queda un mundo para conectar y comunicar como se espera de un dirigente público, pero la mayoría de los ¿líderes? empresariales ourensanos siempre han hablado peor que el británico rey Jorge VI, tan bien caracterizado en "El discurso del rey". El representante de los empresarios de San Cibrao está cimentando su gestión tacita a tacita. No está para entretener a la parroquia, está para currar. Para entretener y enredar ya están en otras sedes empresariales.
