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Lucila Vázquez, víctima de acoso inmobiliario: "Me han triturado, pero soy feliz"

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photo_camera Lucila vuelve a vivir y ser "feliz" en su casa.

La mujer de 92 años del caso de "acoso inmobiliario" en la ciudad vuelve a su vida normal

"Lo he pasado muy mal, conmigo casi hicieron un crimen, psicológicamente menuda faena me hicieron. Pero hoy, gracias a Dios, estoy feliz". Con esas palabras recibió Lucila Vázquez Campos, de 92 años, ayer en su casa a este periódico. Con el ascensor arreglado por la Xunta, la mujer ya ha vuelto a la vivienda en la que residía desde 1963. Pasó un "calvario", dice:"Lo que me hicieron es de ser personas malas". Sostiene que la forzaron a irse, e incluso recuerda cuando la intentaron desahuciar "en plenas Navidades".

Ahora va mejorando, ya puede pasear por su vivienda y, poco a poco, recupera la normalidad pese a que su movilidad es reducida:"Estuve hoy dando paseos por casa, ya voy solo con una muleta...", relata contenta. 

Es protagonista del caso de "acoso inmobiliario" que investiga la Justicia, y para el cual mañana están llamados a declarar como investigados dos cargos de la Xunta. La fiscalía apreció, al igual que Lucila y su familia, que la Administración autonómica quiso forzarla a irse de casa al no arreglarle el ascensor. Ya han ganado una batalla. 

"Si tienen madre o abuela, quién los vería si le hiciesen lo que me han hecho pasar a mí. Y lo peor es que nadie de la Xunta me ha venido a hablar nunca, no les pongo cara, no se atreven a mirarme a los ojos". 


"MUCHA GENTE BUENA"


En estos meses "exiliada" en el hotel, confiesa que se topó "con mucha gente buena", pero sigue lamentando que nadie le supiese dar explicaciones. "Me han triturado, a mí y a mi hija. Yo era inteligente, soy perro viejo, y los vi venir . Pero hicieron mucho daño", concluye. 

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