REPORTAJE

Y Maceda fulmina la brecha digital

VILARIÑO (XUNQUEIRA DE ESPADAÑEDO) 24/04/2020.- Historias del Coronavirus. Los alumnso del CEIP de Maceda reciben libros y deberes en su casa. María emilai Mota, Noelia Ruiz. José Paz
photo_camera En Xunqueira de Espadanedo, con Noelia Ruiz y María Emilia Mota (JOSÉ PAZ).
El CEIP de Maceda, en un operativo con Protección Civil, traslada a sus 177 alumnos los libros de texto y deberes, al tiempo que recoge las tareas ya resueltas. Repetirán el operativo una vez por semana mientras esto dure.

La idea parece sencilla. Constatadas las dificultades por parte de muchos alumnos para seguir vía telemática con las tareas escolares, la intención es trasladar hasta sus casas libros de texto y “deberes” para que los 177 alumnos del centro -CEIP de Maceda- sigan con la actividad docente. Problema. No todos están en la villa, los hay -como es obvio- por el rural, algunos de concellos limítrofes. ¿Cómo resolver algo semejante en tiempos de confinamiento? Esto -pensarán- sólo se podía plantear y resolver en un pueblo como Maceda. Y es cierto.

En el CEIP de Maceda la voz de Reyes López reverbera hasta alcanzar una sonoridad extraña. Qué puede resultar más anómalo que un colegio sin niños. Justo en la entrada, un mural con una niña que se columpia entre un paisaje de flores y mariposas. “Se nos educas igual seremos iguais”, pone en otro, junto a unos niños que juegan al balón. La voz de la directora está gastada, casi rota, al igual que la de Begoña Vilarchao, jefa de estudios. Han dormido poco, se nota, van rendidas. Se han metido en un buen lío. “Nos pobos somos así, máis implicados”, dice Reyes. A ambas tras unos rostros cansados les brillan los ojos.

MACEDA 24/04/2020.- Historias del Coronavirus. Los alumnso del CEIP de Maceda reciben libros y deberes en su casa. Reyes lópez, Begoña Vilarchao, jefa de estudios. José Paz

Logística

En el piso inferior un operativo de Protección Civil con el alcalde Rubén Quintas al frente se hace a la idea del entuerto. En el pasillo, desperdigados en bolsas rotuladas los libros y fichas de los alumnos. Al lado unos cartones escritos con el lugar de destino. Pura logística de circunstancias. La fotocopiadora no para, quedan tareas pendientes de alguna materia despistada. Al centro estos días sólo puede acceder un miembro de la junta directiva, el resto del profesorado está en sus casas. “Había que estar en contacto cos tutores, recoller os libros dos casilleros, poñerlle etiquetas, imprimir os traballos de cada profesor que van nunha carpeta, para que metan nela tamén os nenos o que xa teñen feito”. Todo este tinglado se ha organizado en dos días, entre la directora y la jefa de estudios. Reyes es enérgica, Begoña, entusiasta. Ambas se han saltado así el estado de alarma. Digamos que el fín justifica los medios. Al operativo se une el conserje.

La iniciativa partió del centro, a sabiendas de que la plataforma virtual en la que muchos profesores colocaban las tareas no llegaba -por desgracia- a todos. “Moitos nenos no teñen internet, non teñen datos no móbil, ou lles falta impresora”. 

En la iniciativa ha colaborado servicios sociales y en la logística, Protección Civil. “A nivel informático está ben, pero ao final o neno necesita tocar a materia”, comenta Rubén Quintas, con una mascarilla infantil -a modo de guiño- y las primeras bolsas con libros camino de los coches. “Agora vanlle as tarefas todas nestas carpetiñas, e de paso lles recolle as fichas que xa fixeron nas anteriores semanas”, comenta Reyes. La idea es repetir el trayecto una vez por semana mientras dure el confinamiento. “Esperemos que non dure xa moito. Os nenos pásanno mal. Levamos discurridas tantas cousas para eles”, comenta el alcalde.

FRANCOS (MACEDA9 24/04/2020.- Historias del Coronavirus. Los alumnso del CEIP de Maceda reciben libros y deberes en su casa. Beatriz Cuenca, Inés Perez. José Paz

A todos los niños les espera un desplegable en papel de un coche de Protección Civil, mascarillas y guantes para cuando puedan salir y un diploma del confinamiento, por lo de haberlo sufrido. En Francos, un pastor alemán ladra tras la verja de una jardín. Irene y su madre están a la puerta, sonrientes tras unas máscaras caseras, de esas que resultan pelín más amables. A esa hora en la zona resuenan tractores, metidos ya en faena de siembra. 

No es fácil la entrega, la siguiente será fallida, después de indagar entre vecinos y visitar domicilios distantes. La tercera, en Vilariño, en Xunqueira, Allí, Noelia Ruiz, de 12 años es una niña muy viva. Al recibir los libros pregunta si son los del año que viene. Antes habrá que pasar la cuarentena.

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