NAVIDAD

Un macro pesebre en O Vinteún

Pesebre O Vinteún
photo_camera El belén de Javier Vázquez está en la rúa Río Tuño, número 21.

Javier Vázquez, un aficionado a los belenes, quiere construir "una gran ciudad" en los bajos de su casa. El nacimiento familiar, premiado por el Concello, mide 40 metros cuadrados y se exhibe al público hasta el 6 de enero. 

 

Una estrella fugaz decora la fachada de piedra de la casa de Javier Vázquez, en la que se lee una inscripción del 1600 y los horarios de un belén casero de cuarenta metros cuadrados. Lo vintage y lo moderno se unen en la entrada a un pesebre familiar, el de los Vázquez Barreiro, que acaba de ganar el primer premio del concurso del Concello de Ourense y que recibe menos visitas de las esperadas por el artesano. La Navidad abre los ojos al visitante en los bajos de una vivienda privada catalogada como patrimonio, en pleno barrio de O Vinteún. El Nacimiento se escucha desde fuera. 


Trece reliquias


Aunque el horario es de 17,00 a 20,00 horas, Javier deja su contacto en la puerta. Invita a los ourensanos a ir a su casa a cualquier hora. Al abrir el pesebre, el agua discurre sobre una lona de plástico con las riberas llenas de musgo y troncos. "Ya desde niño me acostumbré a ir al monte con mi padre y recoger el musgo", cuenta Javier Vázquez, el heredero del belén, un nacimiento que sigue llevando el nombre de su madre, América. 

Ella huye de las cámaras y deja el trabajo a su hijo, después de décadas dedicada a esta afición belenista. Porque la tradición se remonta a dos generaciones atrás. Los abuelos comenzaron a coleccionar figuras de Olot, arte religiosa de gran valor y de la que Javier Vázquez conserva varias reliquias. Trece en concreto. "Las que se salvaron de un incendio", cuenta mientras señala alguna de las figuras más especiales para la familia. Unos Reyes Magos, unos pastores, un hombre en burro... 

El heredero de la tradición confiesa que le tocó la fibra el belén de Baltar que observó de niño, patrimonio de todos los ourensanos.  Y la abuela. "Empecé un día porque había que seguir la tradición y aquí estoy, cada año intento que sea más grande", dice.


Una gran ciudad


Cuando se hizo adolescente, este artesano comenzó a construir maquetas de viviendas y edificios singulares, todo con materiales reciclados. Una de su casa, otra del pazo de Vilamarín que sigue presente y bien iluminada en el belén... "Es con lo que más disfruto, haciendo las maquetas", explica. Ya piensa en el año que viene. Dice que construirá una ciudad entera. Vio fotos del barrio judío de Gerona y esto será la base del belén de América en 2019. Quizás tenga que buscar un bajo más grande. "Luego será de interpretación libre", dice Javier, que no adelanta si pensará en Ourense para esa gran urbe con callejuelas y casas típicas. 

De momento, Javier tiene una pena y una alegría. A los chavales les gusta el belén. "Sobre todo de siete años para arriba", observa. Pero quiere más visitas. Hasta el 6 de enero abre el pesebre.

Galardones a entidades y colegios
La edición número 23 del Concurso de Belenes Públicos del Concello de Ourense premia el belén de América con 300 euros. El segundo premio de la categoría de familiares es para los Santiesteban, con 200 euros. En la categoría de entidades, el primer premio es para la Residencia Nosa Señora da Esperanza, con 400 euros; y el segundo para la parroquia de los Padres Franciscanos, con 300 euros. En la categoría  escolar, el primer premio, de 300 euros, es para el colegio Franciscanas; el segundo, con 200 euros, para el colegio Cisneros. Por último, el Concello concede un premio a la originalidad, de 300 euros, a la residencia de Santa Cruz. El nacimiento está hecho por María Cristina Fernández.

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