En las últimas 48 horas, la ourensana Montserrat Seara -esposa del entrenador Rafa Benítez- y su parroquia en A Merca han pasado de las páginas de La Región a las webs de los principales diarios deportivos
La leyenda cuenta que el diablo construyó la iglesia de San Pedro de A Mezquita (A Merca) en una sola noche. De finales del siglo XII, el templo es una referencia en el románico gallego, y el principal atractivo de la parroquia del mismo nombre.
Ochocientos años después, esta pequeña zona de A Merca se ha viralizado por una casa situada a escasos cien metros de la iglesia. Allí se encuentran los orígenes ourensanos de Montserrat Seara, esposa de Rafa Benítez y protagonista de una entrevista publicada en La Región que se ha convertido en uno de los trending topics de las conversaciones madridistas en esta pretemporada.
Entre toda esa maraña de temas, que van desde la posible llegada de De Gea al rol de Jese o el buen humor de Cristiano, se ha colado A Mezquita, incluida ya en la geografía de los lugares madridistas de este verano. Los principales diarios deportivos españoles (As, Marca, Sport, Mundo Deportivo), generalistas como El Periódico, webs (Sportyou, Eurosport...) o radios se hicieron eco de las declaraciones a La Región de Seara, que sentada en su casa familiar desveló aspectos de su relación con el técnico.
Tranquila, y feliz por estar en Ourense, la doctora en Derecho cogió aire antes de hablar ante la grabadora. Reconoció que desconfía de la prensa. Lo compensa con cercanía. Pronto empiezan a caer anécdotas. Como esos biberones que daba su marido mientras veía fútbol por la noche. O el 4-4-2 que le explicó Benítez en su primera cita. Ese sistema (que por cierto, no es del gusto del entrenador madrileño, su esquema base es el 4-2-3-1), encontró amplia repercusión. En titulares y en las redes.
"Quedan pocos románticos como Rafa", señalaba @nachoazparren, uno de los miles de internautas que opinó sobre la entrevista . Prueben a poner en Twitter "mujer Benítez" y encontrarán muchos más. Eso sí, con tonos de todo tipo.
Porque además de anécdotas personales, la ourensana también habló sobre asuntos que dividen, desde hace mucho, a la familia merengue. Aún en el exilio, Casillas y Mourinho son héroes en esas trincheras opuestas, y ambos salieron en la conversación.
Especial relevancia alcanzó su comentario sobre Mourinho: "Vamos arreglando los entuertos que deja el amigo", señaló bromeando. Y con una sonrisa. Pero cada uno arrima el ascua a su sardina, y las heridas en el Madrid tienen sal.
Puede que situaciones como estas sean por las que Seara no se plantea mudarse a Madrid. Explicaba que la tranquilidad que han conseguido tener en Inglaterra para criar a sus dos hijas se disiparía si se plantasen ahora en la capital.
Calma tiene, a toneladas, en la tierra de su familia. Un pueblito de 200 habitantes señalado como ese sitio al que siempre volverá, y que ahora ha instalado en el mapa mental del madridismo. Emulando la leyenda de la iglesia de San Pedro, Seara solo tardó 48 horas en conseguirlo.
