Mafalda Soto: “Tuve muchos retos en África, pero no sé si por ser mujer o por ser europea"

En 2008, Mafalda Soto (Ourense, 1982) se marchó como voluntaria a un hospital rural de Malaui, después de licenciarse en Farmacia. Quién le iba a decir entonces, que 15 años después, sería la cofundadora de una oenegé que trabaja en mejorar la vida de las personas albinas en varios países de África, y que su labor sería reconocida por organismos nacionales e internacionales, como la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Desde la entidad Beyond Suncare no solo trabaja en empoderar y prevenir el cáncer de piel asociado al albinismo, sino también en poner fin al ostracismo del que son víctimas. El último galardón lo recibió esta misma semana, cuando fue nombrada una de las 100 mujeres más influyentes de España en 2023 por la organización Top 100 Mujeres Líderes. Este reconocimiento, ¿emociona especialmente? Como decía Punset, un reconocimiento siempre es un motivo de felicidad. Este premio da visibilidad al colectivo para el que trabajo, por el que llevo 15 años luchando, las personas con albinismo. Este galardón se entrega con la valoración de un jurado exigente y los votos del público, y verte ahí, al lado de nombres como Nadia Calviño o Mabel Lozano, pues claro, te hace feliz. Es un impulso para continuar. Sí, después de muchísimo trabajo, muchos años de lucha, a veces es un esfuerzo en solitario y desde sitios donde hay mucho silencio… No lo haces por el reconocimiento, aunque claro que lo agradeces, pero la motivación para seguir es otra muy distinta, claro. Su trayectoria arrancó en 2008, en Malaui. Allí trabajé dos años y medio, en un hospital rural, y después estuve seis años y pico en Tanzania, ya dedicada en exclusiva a las personas con albinismo. ¿Ha tenido que enfrentarse a obstáculos por ser mujer y europea? Yo, sinceramente, no lo aprecié tanto. Quizás es porque vengo de una familia que somos todas hijas, primas y sobrinas y, no sé, la fuerza de la mujer está muy presente. Trabajando en África es verdad que he sido la líder de equipo, siendo una de las pocas mujeres, la única blanca y la más joven. No tengo muy claro si la lucha era por ser tan joven o por estar en un contexto cultural distinto. Hay muchas diferencias, está el cómo te ven, el cómo llegas, pero en general todos tenemos nuestro proceso de entender, de adaptarnos al contexto cultural… Me gusta más hablar de retos, no sé si por ser mujer o por esta adaptación a un contexto tan distinto. En 2017, cofundó la oenegé Beyond Suncare con Lorea Bagazgoitia. ¿Cómo surgió? Trabajábamos en prevención de cáncer en personas con albinismo, ideamos un modelo muy potente con mucha repercusión y que funcionaba muy bien en Tanzania y queríamos expandir de alguna forma nuestro trabajo. No encontrábamos el vehículo para seguir creciendo, y fundamos la oenegé. Desde entonces, seguimos luchando por expandir este modelo. En Tanzania lograron que el modelo continuase en manos locales. Ese es nuestro objetivo. En Tanzania empezamos en 2012 y en 2019 ya hicimos la transferencia de la gestión de los proyectos al propio hospital. Lo que queremos es hacer una inversión, empoderar y que luego las contrapartes locales asuman el liderazgo y se hagan con los proyectos. En eso, nuestra experiencia en Tanzania es un modelo de éxito. Actualmente, ¿en qué países trabajan? En Malaui, Uganda, Ruanda y República Democrática del Congo. En Malaui tenemos nuestro grupo local, con oficina propia, que lidera el trabajo desde allí. Trabajamos con las contrapartes locales, con asociaciones civiles o médicas. ¿A cuántas personas han llegado ya? A lo largo de los años hemos llegado a las 5.000 personas con albinismo atendidas, una cifra multiplicada por dos si incluimos a sus familiares, amigos o al personal médico que formamos. Lo que busca la cooperación al desarrollo es poner en marcha iniciativas que, a través de capacitaciones, inmersiones en obras, formación, creen una mecha que ayudas a encender pero sigue adelante de forma sostenible y perdura en el tiempo. ¿Viaja a menudo a los países? Estamos casi siempre aquí (España). Allí hay grupos locales y voluntarios, nosotras hacemos visitas puntuales de cara a esa continuidad, a esa autonomía. Hacemos dos visitas al año, pero el objetivo es que cuando nos necesiten de forma presencial, ir. A mí me encanta ir allí, es muy importante tocar el proyecto, verlo, vivirlo. Si pudiese lo hacía más, pero realmente el hecho de que no nos necesiten es un indicador de éxito. ¿Creían que sería posible expandirse tanto en apenas cinco años? Siempre quieres más (risas). Nos hubiese gustado estar todavía más lejos, con más recursos, más expandidos, pero dependemos de las cuotas de los socios que todos los meses nos hacen una aportación. Parece pequeña, pero mueve montañas, y se lo agradecemos mucho. Es cierto que si tuviésemos más financiación podríamos llegar más lejos, pero hemos logrado mucho, tenemos publicaciones en revistas científicas que muestran el impacto de la iniciativa. Estamos muy contentas de a dónde hemos llegado, pero queremos llegar más lejos. La oenegé ayuda a las personas con albinismo no solo en el ámbito sanitario. Sí, tenemos un impacto psicosocial, trabajamos en su entorno. Somos una oenegé sociosanitaria, pero nos esforzamos cada vez más en el ángulo educativo, en la sensibilización, hacemos representaciones teatrales en las comunidades para sensibilizar sobre albinismo y contribuir a la normalización de la condición genética, porque no es una enfermedad. Ayudamos a la inclusión social y a que se desmitifiquen los mitos, que es lo que lleva a las atrocidades. En diciembre dieron un nuevo paso… Lanzamos la marca de cosmética social, Umoa Cosmetics. Parte de los beneficios se destinan a Beyond, así también lo hacemos más solvente. El consumidor, al mismo tiempo que cuida de sí mismo, ayuda a personas vulnerables. Son productos naturales, hechos en España, con mucho mimo, y con estudios detrás que prueban la calidad de los productos. ¿Qué otras formas existen para colaborar con la entidad? A través de las donaciones. Tenemos una cuota muy baja, de 9 euros al mes, y también tenemos la sección de donaciones puntuales. Tenemos voluntariado, colaboraciones con empresas, donaciones de gorros, gafas de sol… Hay muchas maneras de colaborar.