El deterioro del parque de las Zapatillas, en el barrio Serra Martiñá, provocó que el martes un niño estuviese cerca de “abrirse la cabeza”, en palabras de su padre. La barandilla, situada en la parte alta del tobogán, cedió cuando estaba a punto de tirarse y su padre pudo agarrarlo justo antes de que cayese de frente. No es extraño que se desprendiese: la madera de la estructura está podrida, rota y punzante. Además, una de las escaleras de metal, para subir, también estaba levantada y este miércoles la Policía Local acudió a extraerla.
Ahora, parte del recinto está precintado y aunque desde el Concello afirman que no es más que “una gamberrada con lo que sobró del botellón”, los vecinos afirman que los agentes acudieron ayer a revisar la zona y a retirar algunos trozos. “Onte a tarde avisamos a Policía Local e veu a levantar unha incidencia”, señala María José Parada, vecina y usuaria del parque. “Eu estaba ao lado do meu fillo cando se ía tirar, a baranda soltouse e caeu de bruces. Agarreino no aire, abríase a cabeza fixo”, explica el padre del menor, Óscar Pérez. “Non queremos unha idemnización cando os nosos fillos se manquen, queremos un parque no que podan xogar”, añade Parada.
Además, los desperfectos pasan factura a unos padres que no saben donde llevar a sus hijos: “Na pandemia a mellor opción é levalos a un parque ao aire libre, pero o do noso barrio está cheo de peligro e os céntricos moi masificados”, explica Parada. “Jácome dixo que o parque de Serra Martiñá entraba nos presupostos para arranxalos, pero dende que está no goberno non se fixo nada”, señala. “O outro día estivemos metendo clavos para dentro coas nosas propias mans”, apunta también.
Además, los vecinos de Serra Martiñá, algunos de los más afectados de la ciudad tras las inundaciones, esperarán hasta el 31 de agosto la respuesta y las reparaciones del Concello. “Se volven a pospoñer, presentaremos firmas e nos manifestaremos con flotadores”.