GOBIERNO LOCAL

Un mandato vivido al límite

Jesús Vázquez
photo_camera El alcalde exhibe el documento que concedía una prórroga, que se llevó al límite, para una subvención.

Contrarreloj, "in extremis", en riesgo... Son algunos de los conceptos que más se han escuchado en el actual mandato, con el gobierno del PP exprimiendo al máximo los tiempos, no siempre con éxito, para impulsar iniciativas.

Hace apenas cuatro días, el salón de plenos del Concello acogía una de las muchas sesiones extraordinarias que se han convocado a lo largo del mandato para debatir o impulsar determinadas iniciativas. El gobierno del PP buscaba, en este caso, el apoyo de la oposición para autorizar al alcalde de la ciudad, Jesús Vázquez, a firmar un convenio con la Xunta para cofinanciar la reforma del pabellón de Os Remedios, un trámite que la administración autonómica urgió agilizar para que la actuación pueda estar finalizada en 2019, al ser los fondos destinados exclusivos para ese ejercicio.

Esa premura, al convocar el alcalde el pleno con solo dos días de antelación, fue uno de los argumentos utilizados por los grupos de la oposición para criticar la gestión de los populares, a los que reprochan gestionar siempre al filo del precipicio y llevar al límite los tiempos de los expedientes, algo que el gobierno justifica por la compleja tramitación técnica de los mismos.

En esta línea, el mandato deja varios ejemplos de esta situación, algunos no muy lejanos. A finales de octubre, el PP planteaba por urgencia la aprobación de los convenios necesarios para movilizar 1,9 millones en proyectos en las áreas de Rehabilitación y Reforma Urbana, un trámite que ya se realizó de la misma manera hace justo un año para evitar perder cuatro millones de Estado y Xunta.


Ayudas


En materia de subvenciones, el Concello también se ha acostumbrado a moverse con los plazos muy ajustados. Uno de los asuntos más polémicos se producía este mismo verano, cuando un informe de la Concejalía de Asuntos Sociais desvelaba que la administración local se había quedado sin parte de la subvención de la Xunta para el servicio de ayuda a domicilio por no abonar a tiempo las facturas del contrato.

Con todo, una prórroga concedida por el Gobierno gallego habilitó un plazo extra hasta el 5 de octubre para justificar la ayuda dio aire al gobierno municipal, que sin embargo no resolvería hasta un día antes del vencimiento del plazo la situación, aprobando ese día una modificación de crédito con el apoyo, vía abstención, de PSOE y Ourense en Común.

No ha sido, sin embargo, el único sobresalto en esta materia. En el verano de 2017, el grupo del PP al completo comparecía públicamente para anunciar que los servicios sociales estaban al borde del colapso si no se aprobaba un crédito de 1,6 millones para reponer partidas presupuestarias ya gastadas. En aquel caso, hubo que esperar dos semanas para que el PP encontrara el apoyo de DO para salir del paso, a cambio de aprobar una rebaja de un 20% en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), que se tramitaría en dos anualidades.

Fue en la tramitación de la primera reducción del tributo cuando también surgieron contratiempos, en este caso en forma de alegaciones, que obligaron a dilatar la aprobación definitiva de la rebaja hasta el 21 de diciembre de 2017, publicándose días después en el Boletín Oficial de la Provincia.

Una semana antes de ese pleno extraordinario, se celebraba otro para resolver también una serie de alegaciones, en este caso del sindicato SPPME, y aprobar definitivamente expedientes de modificación de crédito para dotar diferentes ayudas culturales, empresariales o escolares antes del cierre del ejercicio contable, lo que supondría tener que empezar de cero el año siguiente.


Obras


No todos los asuntos con los plazos justos llegaron al pleno municipal durante el presente mandato. La junta de gobierno tuvo que resolver, sin apenas margen de maniobra, diferentes expedientes incluidos en los planes municipales de inversiones. En diciembre de 2015, el PP se vio obligado a celebrar numerosas reuniones, incluso el último día del año, para desbloquear obras por 1,2 millones y que así pudieran ser ejecutadas durante el siguiente ejercicio.

Una situación similar se vivió el pasado año, cuando el Concello, en este caso el 28 de diciembre, conseguía salvar nueve de los 13 proyectos en los que trabajaba el departamento de Contratación, procediendo a su adjudicación para que las máquinas pudiesen trabajar en los meses siguientes.

Otras actuaciones en las que los plazos también apremiaban, en este caso para justificar las subvenciones concedidas por la Xunta, fueron la reforma integral del polígono de As Coiñás, que se logró conservar, y la mejora de la pista anexa del pabellón de Os Remedios, que no pudo ser terminada en el plazo comprometido.


Comodín sin uso


Aunque en la mayoría de ocasiones, pese a contar con los plazos muy justos, el gobierno local consiguió superar los problemas, no sucedió lo mismo con la aprobación de los presupuestos, para los que el PP perdió el comodín de vincularlos a una cuestión de confianza, una herramienta a la que no se puede acudir el último año de mandato.

Así, tras recopilar todos los informes pertinentes, el alcalde ourensano convocó un pleno urgente el 21 de mayo (el plazo de la cuestión de confianza terminaba el viernes 24) en el que la oposición no dio pie, ni siquiera, a debatir las cuentas, al considerar que no existía una urgencia tras tres años sin presentar unos presupuestos que, un mes después, eran rechazados de pleno por la oposición. 

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