Manifiesto mundial

En Le Monde 200 celebridades entre actores, escritores, realizadores, pintores, compositores, historiadores, científicos, de los que una gran cantidad premios Nóbel en física, química, medicina, hacen un llamamiento solemne a los ciudadanos y dirigentes del mundo con esta proclama: No al retorno a lo que antes se consideraba normal: El covid-19 es una tragedia. Esta crisis, por lo tanto, tiene la virtud de invitarnos a hacer frente a cuestiones esenciales. El balance es simple: Los ajustes no bastan, el problema es sistémico. La catástrofe en curso revela una meta-crisis: La extinción masiva de la vida sobre la Tierra no deja dudas y todos los indicadores anuncian una amenaza existencial directa. A diferencia de una pandemia, por grave que sea, en ésta se trata de un hundimiento global cuyas consecuencias no tienen medida Apelamos, pues, solemnemente a los dirigentes y ciudadanos a extraer de la lógica insostenible que prevalece todavía, para trabajar, en fin, hacia una refundición profunda de los objetivos, de los valores y de las economías. El consumismo nos ha conducido a negar la vida en sí misma: la de los vegetales, la de los animales y la de una gran parte de la humanidad. La contaminación, el recalentamiento y la destrucción de los espacios naturales llevan al mundo a un punto de ruptura. Por estas razones, unidas a las desigualdades sociales siempre crecientes, nos parece innegociable retornar a la “normalidad”. La transformación radical que se impone a todos los niveles, exige audacia y valor. Esto no será posible sin un compromiso masivo y determinado. ¿Cuándo debemos actuar? Es una cuestión de supervivencia, lo mismo que de dignidad y coherencia. Con esta proclama se trata de llamar la atención a esa desescalada que pretende devolver al mundo a su estado “normal” de consumismo despiadado por lo que supone de arrasamiento de los recursos del planeta, en una carrera sin fin, porque volveremos a nuestros hábitos sin remedio porque de otro modo se vendría abajo todo un sistema productivo basado en el consumo. Hay que producir, hay que crecer, braman todos. Si no se crece, se retrocede; si no se consume, cierran las fábricas. Un mundo sin remedio al que estamos abocados desde que hasta el más humilde de los que nos gobiernan se les llena la boca con la palabra crecer, crecer…a costa de lo que sea, y cuando las recomendaciones de la ONU aconsejan una reducción de la natalidad para no sobrecargar o presionar a la Tierra, los políticos dan la espalda y solo tienen ojos para un crecimiento descontrolado. Incluso he oído a un munícipe de un aledaño pueblo decir, tenemos que crecer, ¿en población?, le dije, ¿en recursos? Me contestó que en todo, sin tener en cuenta que los recursos propios eran escasos y eso que llaman crecimiento sostenible no entraba en unos planes que no comprendía. ¿A dónde vamos?