Las manos que crean ilusión

La navidades más atípicas jamás vividas no podían quedarse sin sus tradicionales belenes. Son muchos los ourensanos que trabajan durante el año para que sus Nacimientos puedan ver la luz estas fechas, casi siempre con algunos detalles nuevos que, aquellos que los visitan cada año, seguro los encuentran. José Luis Acevedo y Manuel Rodríguez regresaron al espacio que la iglesia de Fátima, en O Couto, guarda para ellos en Navidad. Con muchas dudas sobre si colocarlo o no, al final se decidieron "por los niños", aunque en una versión menos amplia. En el mismo barrio, el Belén de Milo se expone una Navidad más. La inspiración esta vez, Vilanova dos Infantes. Emilio Cid, su creador, reconoce que era una idea que le rondaba desde hace tiempo y, este verano, se puso a ello. Tras meses de intenso trabajo terminó de elaborarlo en un formato menor que en otras ocasiones. Amoeiro tampoco se queda sin su Belén gracias a Pilar Ruíz-Ruano, quien con la inestimable ayuda de sus nietos, expone en estas fechas su trabajo en el Concello. Su meta más importante, lograr que esta tradición no se pierda y así se lo transmite a sus vecinos con "mucho cariño". Las residencias de Nuestra Señora de La Esperanza y de Santa Marta, ambas de la Fundación San Rosendo, a pesar de que este 2020 fue complicado para ellas, no dejaron a sus instalaciones sin sus tradicionales Belenes. El primero, conocido por ganar concursos municipales, muestra su versión reducida. El segundo, una obra que cuenta con la aportación de todos. Santuario de Fátima | “Este año lo hicimos, sobre todo, por los niños" José Luis Acevedo y Manuel Rodríguez ponían a punto un año más el Belén de la iglesia de Fátima, en el barrio de O Couto, aunque en esta ocasión, "debido al covid, hemos tenido que reducirlo un poco respecto a otros años, prácticamente a la mitad de lo que es su tamaño habitual", explica Manuel Rodríguez, uno de los "artistas", según subraya el copárroco de Fátima, César González. El problema creado por la pandemia, que obliga a mantener las distancias en los lugares públicos y otras medidas de seguridad sanitaria llevaron a los artífices de este belén a barajar incluso la posibilidad de no hacerlo este año, "pero pensamos que los niños iban a pedirlo y decidimos montarlo, aunque sea un poco menos amplio que otros años", señala Rodríguez. José Luis Acevedo, que es el auténtico impulsor de este belén, en el que lleva trabajando desde hace más de 10 años, recuerda que "empecé porque me lo propuso el párroco y, como me gusta elaborar casas con poliespán, fui poco a poco incorporando cosas; el belén completo cuenta con dos norias, dos fuentes o una capilla parecida a la de San Benito", explica. Una de las fuentes es una cuidada reproducción de la de la Praza do Ferro, en el casco viejo de la ciudad. Son algunos detalles de los múltiples que gusta descubrir cada año. Belén de Milo | “Hice uno menor, inspirado en Vilanova dos Infantes" Emilio Cid Quintas lleva 10 años volcándose en su Nacimiento artesanal, que los dos últimos años ha escogido el barrio de O Couto para su ubicación tras ocho años en Outomuro (Cartelle). "Empecé con un nacimiento pequeñito, pero fue creciendo y como faltaba espacio, surgió la idea de venir aquí para Ourense. La asociación de comerciantes de O Couto me apoyó y tiré para adelante. Este año había trabajado para ampliarlo un poco más todavía, pero...". A pesar de lo cual, Milo no pudo resistirse a, al menos, exponer un nacimiento adaptado a las circunstancias en un pequeño local del entresuelo de las galerías comerciales de O Couto. "Tenía pensado desde hace años hacer uno como éste, recreando el núcleo de población de Vilanova dos Infantes y en el que estuve trabajando desde este verano", explica. ¿Lo más laborioso? "Las tejas de las casas", señala Milo, que destaca que "en éste no hay elementos naturales" y muestra su pena "porque este año el nacimiento grande se iba a 50 metros cuadrados y, entre otras novedades, ya tenía muy avanzada una reproducción del templo de Jerusalén", un nuevo elemento que habrá que esperar, "si Dios quiere", al año que viene para verlo. Eso sí, si alguien se acerca a ver el de este año, que no se quede con lo que salta a la vista. Este nacimiento requiere un recorrido circular: en la trasera hay varias figuras más y una reproducción de la anunciación a los pastores que no hay que perderse. Amoeiro | “Es la mejor forma para no perder esta tradición" Amoeiro cuenta con el inestimable desempeña cada año de Pilar Ruíz-Ruano, su vecina que cada año se encarga de montar el Belén que se expone en el Concello. "Era el que tenía yo en casa, me lo vieron hace unos año y, cuando lo vieron, me animaron a exponerlo", recuerda. Así comenzó esta tradición que desea "no se pierda", porque es algo que le "encanta" para decorar la "mágica" Navidad. Sembrando el gustillo entre los más pequeños, cuanta con la inestimable ayuda de sus nietos, que comienzan a dar sus primeros pasos junto con su abuela. "Está todo hecho por mi mano y ellos me ayudaron a hacer barras de pan con barro, así ya están metidos en todo esto", cuenta orgullosa. El espacio que le dedica al mercado es la que cuenta con más cambios, ya que ha elaborado una quesera y añadido más productos en los que han ayudado sus nietos. "Si a mí me pasa algo, ellos tienen que continuar con esta tradición", afirma. En total son 6x4 los metros que ocupa y, por falta de espacio, no puede ampliarlo mucho más, pero le compensa por "ver a todos los niños que se pegan al cristal para verlo". Nuestra Señora de la Esperanza | “Neste 2020 tan distinto queremos manter o espírito" La residencia de Nuestra Señora de la Esperanza, en A Farixa, monta cada Navidad su tradicional Belén, vencedor el pasado año del concurso celebrado por el Concello. Estas fiestas, a causa de la pandemia, su tamaño es más reducido y la ubicación ha cambiado. "Esta vez non está tan ben feito como quixéramos, pero aí o temos para que o poidan ver", cuentan desde este centro de la Fundación San Rosendo. Los trabajadores aportan su granito de arena en la colocación de su nacimiento y en este 2020 "nada normal", no quisieron perdieron la oportunidad de colaborar para que pudiese estar expuesto. "Non queremos perder o espírito destas festas, aínda que sexa un ano duro", afirman. La versión reducida del Belén de La Esperanza no goza de tanta diversidad como otras veces, por lo que es un nacimiento "máis enxebre". La falta de tiempo provocó que se decantasen por esta opción de la que disfrutan sus residentes. "A eles gústalle moito velo e así alégranse neste ano tan distinto", resaltan. Lo más importante es que, a pesar de los golpes de la pandemia, la esperanza no la pierden. Residencia Santa Marta | “Deseamos que los abuelos sientan alegría estos días" La residencia Santa Marta, ubicada en Santa Cruz de Arrabaldo, tampoco dejó pasar la ocasión de montar su Belén, que cuenta con la aportación de sus residentes. "Muchas de las cosas expuestas están hechas por ellos mismos", cuentan desde este centro de la Fundación San Rosendo en el que nadie se queda quieto para decorar sus instalaciones. Dividido en dos escenografías, una que recuerda al desierto y otra "más nuestra" que recuerda a la orografía de Galicia. Eso sí, lo que más destacan es la "cascada que funciona de verdad y baja en tres niveles, terminando todo en un pequeño río", explican. Todo este trabajo cuenta con un pedacito de cada uno de ellos y sus residentes son los principales protagonistas. "El taller de terapia ocupacional les sirvió para crear parte de la decoración", reconocen. La pandemia, que especialmente afectó a este tipo de centros, no puede empañar el espíritu festivo: "Queremos que los abuelos lo sientan, aunque estemos pasando por una situación un poco peculiar", destacan. Su ubicación permite también que sus familiares puedan acercarse a disfrutar de él.