Ourense no tempo | “Sobre la marcha”, por Francisco Álvarez Alonso

Imagen de la sección periodística "Sobre la marcha". (Superior). Tienda del “Liqui laca” en la Alameda. La Región del 4 de agosto de 1966. (Inferior izquierda). Francisco Álvarez Alonso (inferior derecha).
photo_camera Imagen de la sección periodística "Sobre la marcha". (Superior). Tienda del “Liqui laca” en la Alameda. La Región del 4 de agosto de 1966. (Inferior izquierda). Francisco Álvarez Alonso (inferior derecha).

A modo de tercer regalo navideño, hoy voy a recuperar del olvido a uno de los ourensanos que junto a don Ramón Otero Pedrayo, José Adrio y Benito Fernández Alonso me ha servido de ejemplo a la hora de documentar las fotografías que van llegando a mi archivo.

Hoy os hablare de Francisco Álvarez Alonso o más exactamente de su sección periodística: “Sobre la marcha”. Su biografía no la tocaré porque considero que no soy el indicado para hablar del personaje; yo no llegué a conocerlo, sin embargo amigos como Lalo Pavón, que lo conoció personalmente, están más que capacitados. Lo único que diré en ese sentido es que quienes lo recuerdan lo hacen con gran cariño y respeto.

Lo descubrí cuando “escudriñaba” las viejas páginas del diario La Región en busca de artículos de “un tal” Santiago Amaral (don Ramón Otero Pedrayo tenía un buen numero de pseudónimos que utilizaba principalmente cuando escribía en castellano: Antonio Monteagudo, Cerro de los Llanos -o de los Santos-, Juan Aldea, Juan Gallego, Luis de Alba, Luis Peñanofre, Tristán de Montenegro…), muy prolífico en esos tiempos. Sus colaboraciones en prensa aliviaban las penurias económicas derivadas de su castigo por ideología. Fue en aquella etapa que los Outeiriño acogieron en la redacción de La Región firmas como las de Otero, Risco, Cuevillas... todo un lujo.

Su primera publicación “con firma”, aparece en mayo del 46 en la revista Finisterre. Es una entrevista a la actriz Raquel Rodrigo, “gallega de Cuba”. Esa revista gallega publicada en Madrid también acogía firmas como las de Álvaro Cunqueiro o Risco. Es posible que exista alguna publicación anterior, yo recalco lo de la firma porque sin duda en sus inicios hizo algún trabajo sin ella. En octubre del 46 publica “Cuentos de Aldea” en el diario La Noche y poco a poco salen artículos con su firma que en ocasiones también publica El Correo Gallego. El 16 de febrero del 47, un artículo sobre la reforestación ourensana y el 21, otro sobre el reformatorio de Osera.

Estas publicaciones en diferentes medios inducen a pensar en unos comienzos de su carrera periodística en los que presentaba su trabajo a los medios o se ofrecía a escribir artículos. Lo que por las fechas es fácil de comprobar es que no tardó mucho en encontrar quien viera interesante incluirlo en la redacción, ya que en marzo del 47 empieza a salir a diario un artículo suyo en La Región, un par de ellos bajo la cabecera “Cine” y otros sobre temas de actualidad.

Pero fue a raíz de publicar el primer artículo de la trilogía sobre “Los pobres de Orense” cuando me enganché a sus escritos; no es fácil hablar de temas tan “molestos” para quien los padece, dejando claro que se precisa ayuda, pero sin olvidarse de la dignidad, y Francisco lo conseguía a la perfección (también fue cuando me enteré de que el roperillo lo gestionaba doña Socorro Alonso). Bueno, el caso es que a don Ricardo Outeiriño debió de gustarle su estilo, lo mismo que a mí, y el 11 de marzo nace la sección “Sobre la marcha”. Con Álvarez Alonso en plantilla del diario La Región, Francisco era hombre de la calle, y no tenía problemas para encontrar tema sobre el que profundizar, máxime cuando para él era igual de importante el trabajo del aceitunero que el del taxista o el del alcalde de turno, y daba por supuesto que a los lectores le gustaban los datos siempre originales que facilitaba. Además, no se limitaba a personajes, sino que asociaciones, negocios y cualquier evento que se realizara en la ciudad o por ourensanos reclamaban su pluma.

En los más de 30 años que existió la sección “Sobre la marcha”, pasan de 6.000 los artículos firmados por él en diferentes formatos. Lo habitual era la columna, pero también hay trabajos de gran tamaño, incluso de más de una página, y en los últimos años era habitual que el texto se viera reforzado con una fotografía.

Deduzco que daba prioridad a la actualidad: hablar de la artista que actuaba en La Bilbaína o comentar la alegría de la señora que había acertado una quiniela de 14 ese domingo (¿o era de trece?, bueno, la alegría era casi la misma). Cuando no, quedar bien con el banco que inauguraba sucursal y tenía publicidad gratuita (tiempos aquellos en que se abrían, no como ahora, que solo se cierran). De alguna manera se puede pensar que una de sus funciones para la que él adaptaba su sección era la de dar difusión a visitas que teníamos en la ciudad con motivo de alguna conferencia, función teatral, actuación o aunque solamente fuera una visita privada de algún personaje, a Álvarez Alonso le gustaba dejar constancia.

La otra parte de su sección era la más cercana, la que contaba las andanzas de Clemente, el “cirujano de estilográficas”; o de Mazaira, el padre de mi amigo Lisardo, fotógrafo del minuto en sus comienzos, cuando aún tenían sus barracas en la Alameda y de cuando se mudaron a locales más cómodos; o la que nos presentaba al golfillo que vendía periódicos; o la que hablaba de don Cesáreo, el conductor de apisonadoras; o la que presentaba a la escuela de aeromodelismo de la ciudad, o...

Como ejemplo de su quehacer, siempre me llamó la atención su capacidad para convertir en artículo periodístico temas tan mundanos como el del “Liqui-laca”, un negocio singular -¿o no tanto?-:, una mesa en la entrada de la Alameda o en las escaleras de la Plaza de Abastos con una sombrilla para proteger la mercancía del sol (ni “liqui” ni “laca”: ni oro ni plata, ni tampoco hojalata, o lo que es lo mismo, la venta de baratijas o bisutería). Otro de mis preferidos es el que publicó muy próximo a mi día de nacimiento, y que hablaba de un manjar tan ourensano como las rosquillas. ¿Sabíais que en el 62 las había de “a peseta”, de “dos, 1 peseta” y que un paquete de 20 costaba 5 pesetas? A ver quién le dice al abuelo que hoy un paquete de diez anda por los 10 euros: 1.660 pesetas a ojo, ¡ay Dios...!

Aquí os dejo algunas secciones muy jugosas del diario La Región que con frecuencia releo, y de las que saco muchas y buenas enseñanzas: “Del Orense Antiguo”, de Otero Pedrayo. “Cosas de Orense”, de Florentino Cuevillas. “Orense Noticia”, por Lezcano. “Revoltillo Orensano”, de Alejandro Juan. “Orense al Día”, “Crónica Orensana”, “Márgenes” , “Mirador”...

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