Ourense ICC Week

Mariné: “El diseño tendría que ser proyecto de estado"

Óscar Mariné (ÓSCAR PINAL).
photo_camera Óscar Mariné (ÓSCAR PINAL).
El diseñador es uno de los protagonistas de esta edición de la ICC Week

La primera línea del currículo del diseñador, ilustrador y tipógrafo Óscar Mariné (Madrid, 1951) define su oficio como "comunicación sin límites". Fue Premio Nacional de Diseño en 2010 y ha tenido entre sus clientes a Pedro Almodóvar, Norman Foster, Andrés Calamaro o Julio Medem. Es el cabeza de cartel de la ICC Week, que ayer protagonizó una conferencia en el Marcos Valcárcel en la que mostró parte de sus proyectos. El cartel de "Todo sobre mi madre" que hizo para Almodóvar es uno de los trabajos por los que más se le reconoce. Sin embargo, se detuvo en la historia de la marca Camper y cómo su diseño ayudó a vender los zapatos por todo el mundo. Pensó hasta en la caja en la que venía el calzado para que los dueños guardasen sus recuerdos en ella.

No le importa que le “fusilen". Como creador, es llamativo. ¿No le fastidia que le copien?

Todo lo contrario. Todos aprendemos con influencias de los demás, cuando me copian me pongo muy contento de ser una referencia y dar energía a los que vienen detrás. Todos hemos hecho lo mismo. Hay que ser honesto en la profesión, pero la copia sana está muy bien.

¿Se siente más una referencia o un artista reconocido?

Me da absolutamente igual. Lo de ser reconocido no me gusta nada. No va conmigo ser una celebrity, lo importante es ser un buen profesional. Por desgracia, la gente sigue sin saber lo que hacemos cuando es una de las profesiones que produce más riqueza. En cualquier sociedad avanzada, el diseño es vital.

Considera vital que un diseño lo entienda todo el mundo. ¿Hay profesionales que no lo ven así?

El diseño pertenece a la cultura de las sociedades industriales avanzadas. Somos un país muy importador. Es fundamental que le demos la vuelta. En la esencia de la inteligencia de un producto está el diseño. Es importantísimo que nuestra sociedad lo entienda, tiene que ser un proyecto de Estado. Los españoles tenemos que aprender a hacer las cosas para conquistar otro país y no traer todos los días faldas escocesas, por ejemplo.

¿Pecamos de valorar más lo de fuera que lo propio?

Y está bien, pero hay que competir. Para ser un buen diseñador no basta con estudiar dos años de carrera. Hay que dedicar toda una vida.

¿Cómo empezó?

Haciendo la revista "Madrid me mata", camisetas y cosas que yo mismo me pagaba. Ahora es muy dificil, pero antes también. No había clientes que te pagaran. 

¿El concepto de diseñador no estaba instaurado de aquellas?

No se ha instaurado ni ahora. Estará el día que yo vaya a comprar una barra de pan y el panadero sepa lo que es un diseñador gráfico.

Equipara diseñar con comunicar. ¿Por qué?

El diseño está para que la gente entienda las cosas. Antes se llamaba arte comercial. Hoy veía las portadas de los discos de la exposición de los Rolling en Ourense. Los discos eran igual de buenos por fuera que por dentro. Es muy importante. Eso lo hacian los Rolling y los Beatles. Había un nivel de conocimiento visual que ahora es difícil de encontrar. Antes los discos eran ejemplos vivos de lo que era el arte. 

¿En la música se perdió ese valor del diseño?

Sí, porque ya no hay el soporte de disco. Te lo bajas en el teléfono y la emoción es mínima. El disco establecía una magia que ahora no existe. Fue una educación muy importante. Ahora todo se ve en el teléfono y es una porquería. Estamos en un momento confuso y está bien porque yo también utilizo el teléfono.

¿Qué formatos utiliza para trabajar? ¿No le gusta el digital?

Para determinadas cosas, pero reconozco que es una porquería. Se ha perdido espacio para otro tipo de cosas. En la música, la pérdida de los discos ha sido importante.

Tardó un año para hacer un cartel para Almodóvar...

Sí, porque las obras buenas se tarda mucho en hacerlas.

¿Tanto?

En otras he estado siete. Cuando la gente ve una cosa no se da cuenta todo lo que has tenido que aprender para ofrecer ese trabajo. Es la diferencia entre un buen diseñador y un diseñador mediocre. Ahí entra la cantidad de horas de estudio, de países visitados, de observación de la vida... Todo para hacer una cosa que luego igual se soluciona con cuatro minutos y un solo trazo. 

¿Cómo ha sido trabajar para Norman Foster?

Un ejemplo. Es un tipo tremendamente inteligente. Los años que llevo trabajando con él, aceptando mi condición de español en su universo, es muy grato. 

¿Es una persona de ideas claras?

Mucho. Es uno de los grandes arquitectos del mundo.

¿Por qué diseño le gustaría ser recordado?

No lo sé. Quiero a todos mis hijos igual y tengo 1.500. No desprecio a ninguno. Ni los más pequeños ni los más grandes. 

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