Marisa López Casero: "Estamos llamando a las 4.300 personas más vulnerables"

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La Cruz Roja de Ourense, acostumbrada a afrontar situaciones difíciles, está preparada para la pandemia del COVID-19.  Tiene el reto de "intentar que nadie quede sin ser escuchado y seguir atendiendo las urgencias y emergencias". Pero el desafío es importante, ya que ha identificado a más de 4.300 personas como potencialmente vulnerables. Las está llamando una por una dentro de su particular agenda del coronavirus.

Marisa López Casero, la coordinadora provincial, cuenta cómo la ONG afronta la crisis en la sede de la ciudad. Eso sí, la distancias de metro y medio se impone como obligatoria.

¿Cómo afrontan esta crisis?

Estamos en un momento organizativo de todos nuestros recursos y encajando la normativa e indicaciones de las autoridades con nuestros protocolos institucionales. A nivel territorial, estamos en contacto a través de las asambleas con los servicios sociales de los concellos para  ver cómo colaborar y que haya la mayor cobertura posible y la mejor utilización de los recursos disponibles. En estas semanas, hemos trabajado en la sensibilización e información, trasladando las medidas de prevención. Tenemos muy presente que hay que protegerse para proteger.

¿El contacto telefónico se ha reforzado?

Hemos puesto en marcha unas agendas de actuación telefónica para llegar a más de 4.300 personas en toda la provincia, los usuarios que están en la diana, las más vulnerables, la que corren más riesgo. En Galicia, llegaremos a más de 25.000.

¿Cuál es el perfil?

Fundamentalmente, un 80% son personas mayores;  pero también con discapacidades o riesgo de salud por enfermedades crónicas.

¿Qué les dicen ustedes?

Trasladamos información, brindamos tranquilidad y, a la vez, intentamos recoger necesidades. Tomamos nota de los problemas para organizar las respuestas más adecuadas. Además, como hemos suspendidos las actividades grupales en Infancia-Juventud o en materia de empleo, hicimos otras agendas complementarias para los seguimientos de estas personas, evitando desconexiones y apoyándolas con sugerencias: desde cómo organizar el tiempo, a la propuesta de actividades que se pueden hacer. En todos los casos, insistimos muchísimo en las medidas preventivas que debemos tomar para frenar esto.

¿Qué les dicen ellos?

Es un momentos para todo el mundo de organizar las cabezas. Hay inquietud por la incertidumbre. Nos encontramos con personas más vulnerables porque están más solas y su nivel de inquietud es más elevado porque se preguntan cuánto va a durar esto, qué pasará si necesitan algo... Según el perfil, los niveles de ansiedad afloran. Hay personas que nos siguen trasladando sus demandas de acompañamiento médico, que le lleves la compra o gestiones paras las que no se ven capaces. Con eso continuamos y puede ser que se incremente. 

La gente agradece mucho que la llames y ese rato de conversación porque las visitas del voluntariado  para evitar el aislamiento o las actividades en la sede se han interrumpido. Pero ellos también nos pueden llamar a nuestros teléfonos (988.22.24.84 o el general de respaldo, 900 22 11 22) siempre que quieran.

¿Se han quedado sin voluntarios por el confinamiento?

En la ciudad, estamos trabajando con unos 50. Debemos reorganizar al personal voluntario porque por su edad o circunstancias particulares algunos no pueden estar en primer línea. Pero también estamos haciendo una filiación rápida porque  recibimos muchas llamadas de personas, hasta ahora sin vínculo con Cruz Roja, para decirnos qué es lo que pueden hacer. Nos quedan semanas para ir encajando demandas y respuestas. Los servicios sociales de los concellos también tienen sus planes de atención, con Protección Civil y la Guardia Civil. Pero estamos ponderando porque tampoco queremos una movilización innecesaria. Queremos que todo el que pueda, incluidos nuestros voluntarios, se queden en casa.

¿Los mayores son reacios a quedarse en casa?

Son conscientes de que pasa algo grave y cada uno lo interioriza desde sus creencias , ideologías ... Hay hasta quien cree que es un castigo porque somos muy malos.

¿Cómo atienden a las personas sin teléfono y sin hogar?

Tenemos salidas diarias. El programa -"Sen teito"- continúa. Estas últimas semanas, ya les habíamos transmitido mucha información de los riesgos y recursos para evitar dormir en la calle y hemos notado que han bajado las pernoctaciones. 

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