La moda ourensana suma más de 1.200 puntos de venta en todo el mundo

Tienda de Adolfo Domínguez en Antara (México).
photo_camera Tienda de Adolfo Domínguez en Antara (México).
El covid provocó una drástica caída en las ventas y el empleo en las textiles ourensanas. Los rotos aún son importantes, con ERTE y reducción de plantilla. Los balances señalan pérdidas pero conservan más de un millar de puntos de venta en el mundo.

La industria textil ourensana es la más importante de Galicia, descontado el efecto Inditex. No es el motor económico de hace unos quince años pero las marcas aportan un gran peso en el valor añadido de la provincia y un efecto importante en el intangible de la imagen que se les asocia. Si a las tres grandes se las agrupa los números son significativos, aunque las heridas del covid son muchas y muy profundas. Entre Sociedad Textil Lonia (que fabrica las coleccciones de CH Carolina Herrera y Purificación García), Adolfo Domínguez y Roberto Verino suman en todo el mundo más de 1.200 puntos de venta entre tiendas, corners en los grandes almacenes y franquicias. Es la consecuencia de una política comercial expansiva, pero también que su calidad se refrenda más allá de España.

Adolfo Domínguez ha tenido que hacer un duro ajuste laboral. En mayo ha pactado despidos, bajas incentivadas y jubilaciones anticipadas para 259 personas, casi un tercio de su plantilla. STL se acogió a un ERTE durante la pandemia del que se ha ido reponiendo a medida que la actividad económica se reactivó. Roberto Verino ha tenido que hacer también encaje de bolillos para capear el temporal.

A pesar de estos condicionantes, el sector da unos 3.000 puestos de trabajo directos, aunque posiblemente haya tocado techo. Por lo que respecta a las ventas, el 2020 ha sido un año para olvidar, con pérdidas generalizadas que, en algún caso, supuso echar aún más sombras sobre el presente, caso de Adolfo Domínguez. Sociedad Textil Lonia perdió más del 40% de las ventas del 2019 y cortó la senda de beneficio de los últimos ejercicios, con años como el 2019, con unos 40 millones de resultado positivo. Roberto Verino cayó por debajo de los 30 millones, una cifra que espera recuperar a lo largo de este año que expira.

La producción de bienes expuestos a las oscilaciones del consumo ha provocado que la pandemia se haya convertido en un auténtico terremoto para la estructura de la industria del sector, pero han mantenido el tipo. Eso sí, la apertura de nuevos mercados en el exterior y la digitalización son, de momento,  algunas de las tablas de salvación para que el textil ourensano se mantenga y no acabe pasado de moda o con algún roto.

Te puede interesar