Más platos que reclusas en Nochebuena

Cristina R.V., durante el registro del martes en la finca de su casa.
photo_camera Cristina R.V., durante el registro del martes en la finca de su casa.
El protocolo covid obligará a Cristina a cenar sola en Nochebuena en una celda del módulo de mujeres de la prisión de Pereiro. Sin compañeras con la que compartir un menú extra de cinco platos.

Cristina Rodríguez Veloso (26 años) estuvo muy sola durante los 118 días en los que mantuvo su terrible secreto: el asesinato de un ligue con el que conectó por internet pero sin conectar realmente con él. Hasta que el lunes no pudo más y se confesó ante su psiquiatra, ese profesional al que el juramento hipocrático le impone discreción (“guardaré secreto sobre lo que oiga y vea en la sociedad por razón de mi ejercicio y que no sea indispensable divulgar” ) y que no juzga porque ya escuchó demasiado.

Pero la “cuarentena” interna que apaciguó a Cristina, confesando un poco al médico y algo más a la comitiva judicial desplazada a la huerta de su casa de Cortegada, tendrá ahora, además, un atrezo solitario en la prisión de Pereiro.

Ingresó el jueves, víspera de Nochebuena. Una noche que pasará aislada porque el protocolo covid así lo determina. Los internos deben estar apartados del resto: cinco días si están vacunados o 14, en caso contrario. Ninguna de las 20 compañeras del módulo de mujeres podrá hacerle sentir que pertenece a un nuevo clan.

Cristina estará muy sola ante el surtido de platos con el que el centro penitenciario agasaja la noche del 24: langostinos en salsa rosa, vieiras al horno con jamón y tomate, ensalada tropical, entrecot de ternera y un mix de dulces navideños, refresco y café. 

En caso de que quiera conversación, solo podrá comunicarse con la compañera de la celda inmediata, a la que nunca ha visto, a través de los muros de la pared.

Estará sola en la celda, por imperativos de la cuarentena sanitaria, pero con muchos ojos para vigilarla pare evitar que atente contra su vida. La prisión le aplicará el protocolo antisuicidios porque no siempre es fácil adaptarse el régimen carcelario, aunque sea con más platos que estómago.

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