Infraestructuras

Materializar “deudas históricas" se antoja clave para rentabilizar el AVE

Convertir la estación de Ourense en un nudo de comunicaciones, el desafío (JOSÉ PAZ).
photo_camera Convertir la estación de Ourense en un nudo de comunicaciones, el desafío (JOSÉ PAZ).
La lucha de la Raia para construir un enlace a Portugal se suma a las autovías pendientes o el refuerzo del tren convencional

Con la llegada del AVE a la vuelta de la esquina, queda cada vez más patente la necesidad de una estrategia a todos los niveles para sacar partido a un servicio tildado de histórico casi por aclamación. Así, además de articular un plan para rentabilizar el tren a nivel turístico y económico –algo todavía en pañales–, es también evidente la necesidad de poner al día el resto de infraestructuras

En este sentido, ha emergido con fuerza la reclamación de la Raia capitaneada por A Gudiña en Ourense y Vinhais en Portugal para construir una autovía que culmine en la estación del AVE de A Gudiña y que dé servicio a un público potencial de un millón de habitantes. Un aval es el apoyo de la Xunta, que hoy lo escenificará en una reunión en A Gudiña de los alcaldes a uno y otro lado de la Raia en la que estarán presentes el vicepresidente autonómico, Alfonso Rueda, y la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez,

Estos movimientos en tierras ourensanas han desatado una "batalla" con la comarca vecina de Sanabria, por donde pasará también el AVE, y que quiere hacer fuerza con los distritos lusos de Bragança y Vila Real para que esa vía de alta capacidad pase por allí, hablando ya de saldar viejas "deudas históricas" de las que Ourense es perfecto conocedor, al tener en barbecho diferentes infraestructuras que serían también un revulsivo para la provincia como nudo estratégico de la alta velocidad en el Noroeste peninsular


Movilidad por carretera


De esta forma, las estaciones de Ourense y A Gudiña, principalmente la futura intermodal de la ciudad, serían la punta de lanza para comarcas como Valdeorras o buena parte de la provincia de Lugo, que ahora miran más hacia la estación de León como lugar para beneficiarse de las ventajas del AVE a Madrid, con una duración de dos horas, la que habrá entre Ourense y la capital de España una vez entre en servicio el nuevo trazado. Con carreteras nacionales lejos del estado óptimo, Ourense espera desde hace lustros por el empujón a las autovías llamadas a vertebrar el interior de Galicia.

Por un lado, la A-56 (Ourense-Lugo), que acercaría a los concellos de referencia de ambas provincias y que permitiría a la población lucense acercarse a la ciudad de As Burgas para subirse al AVE, dado que la conexión ferroviaria entre ambas localidades nunca será de alta velocidad propiamente dicha. Sin embargo, hasta ahora únicamente se han puesto a trabajar las máquinas en un tramo de 8,7 kilómetros entre San Martiño y A Barrela, todavía sin finalizar.

También muy necesaria y dilatada "sine die" en los planes del Gobierno central es la A-76 (Ourense-Ponferrada), fundamental para que la comarca valdeorresa empiece a mirar más hacia su capital provincial y menos hacia la comunidad vecina, ya que en estos momentos un vecino de O Barco tarda menos en llegar a León que a Ourense, al circular casi todo el viaje por autovía, el mismo escenario que tienen en Lugo, con cada vez más partidarios de esta alternativa. La mejora de la carretera que une Valdeorras y A Gudiña, ahora en malas condiciones, es otra demanda que ha recuperado el Eixo Atlántico.

Además del proyecto por el que lucha la Raia para A Gudiña, Portugal y Galicia tienen también el desafío de mejorar la relación en el entorno de Celanova y A Baixa Limia, áreas en la que la Xunta hizo terminar la AG-31 pese a existir un proyecto de extenderla hasta la frontera con el país vecino, donde la actual carretera deja mucho que desear. Todo ello contribuiría a acercar a Ourense con las pujantes áreas portuguesas de Braga y Oporto, con el consiguiente beneficio para ambos territorios.


Tren de cercanías


Languideciendo desde principios de la presente década por la serie de recortes llevados a cabo por Renfe, los servicios regionales desde las principales villas a Ourense emergen también como una oportunidad para permitir a los viajeros conectar con los trenes AVE sin necesidad de utilizar el vehículo privado. Los principales beneficiados de una inversión en esto serían Ribadavia y Carballiño, cuyos vecinos han perdido numerosas conexiones, dejándoles con muy pocas alternativas para llegar hasta el barrio de A Ponte.

El aprovechamiento del actual corredor convencional una vez que se haga realidad la variante exterior sería otra posibilidad de vertebrar la provincia y dar un servicio de cercanías al rural ourensano, que perdió todas sus paradas en 2012, momento en el que los trenes hacia la Meseta solo se detienen, a veces, en A Gudiña.


Vigo


La primera ciudad de Galicia quedará, por el momento, lejos de la red de alta velocidad al no haber pasado del papel la conexión directa desde Ourense, lo que obligará a los vigueses a dar un rodeo por Santiago para llegar a Madrid. Ahí, quizá, se abre otra oportunidad para la ciudad de As Burgas, la de trabajar en incentivar los desplazamientos hasta la estación del Empalme para iniciar desde allí los viajes en AVE.

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