LA ENTREVISTA

"Una mejor gestión forestal preventiva del monte reduciría los incendios"

photo_camera Carmen Eiró, en el Pazo de Xustiza de Ourense, su lugar de trabajo.

Marúa del Carmen Eiró Bouza es la fiscal de Medio Ambiente de Ourense

La fiscal de Medio Ambiente de Ourense, Carmen Eiró, lo ha repetido en los últimos años alto y claro en distintos foros: "El fuego ha dejado de ser una perturbación natural que modela el paisaje para convertirse en una amenaza terrible". La oleada de incendios de octubre no le pilló desprevenida.

Hace menos de un mes que Galicia testimonió esa amenaza terrible de la que habla. ¿En unos meses se nos olvidará que somos muy vulnerables ante el fuego?
Posiblemente. Los fuegos en la interfaz urbano-forestal, los de cuarta generación, se producen desde hace tres o cuatro años en la misma época del año, octubre. Este año estuvieron muy magnificados pero, desgraciadamente, cuando pase el fragor del momento se nos olvidará y lo recordaremos cuando vuelvan a ocurrir.

Fuegos en otoño y próximos a poblaciones… ¿cómo se interpreta?
La incidencia en la interfaz urbano-forestal son consecuencia de la ordenación del territorio en Galicia, muy caótica, con construcciones en medio del bosque o al lado de zonas forestales sin ordenar. El escenario se agrava porque hay mayor vulnerabilidad para las personas. Estamos ante una eclosión entre dos valores: forestal y urbano. La mezcla produce un cóctel muy explosivo, como pudimos desgraciadamente comprobar con las cuatro muertes, más todas las propiedades destruidas y asoladas.

¿Y que se produzcan en octubre?
La climatología tiene mucho que ver. Las estaciones están cada vez más difuminadas, y hay mayor combustible forestal.

¿Descarta, entonces, un concierto entre incendiarios?
No tenemos ningún dato para acreditar una trama organizada, máxime mientras la investigación no avance más y se determine el punto de inicio. No se necesitan varias personas para varios incendios.

Más de 200 incendios en dos días. ¿Cree que es casualidad?
No, claro. Pero tampoco podemos decir que exista un concierto previo para, una vez finalizada la campaña de incendios, provocar daño y reivindicar una contratación más larga o reivindicar el desvalimiento de la población. Insisto, no hay datos, a priori, para hablar de tramas.

¿Echa en falta una política de estado consensuada y clara?
Nos hace falta una política de prevención forestal. Una mejor gestión forestal preventiva del monte. No puedo asegurar que así dejaría de haber incendios, pero se reducirían bastante y estaríamos en condiciones de atajarlos de forma que afectasen a menos hectáreas. Me parece fundamental, así como explotar de forma sostenible el monte y sus riquezas. Es decir, el monte debe generar dinero y ser útil. Pero, para eso, necesitamos medidas económicas, políticas y sociales al efecto. Tal como está la climatología, el combustible forestal, el abandono del rural, los ataques de la fauna salvaje... A veces se producen grandes incendios, por ejemplo, por imprudencias para eliminar maleza. Con una buena gestión preventiva, una explotación racional y sostenible del monte y sus riquezas mitigaríamos la producción de grandes incendios. 

¿A nivel ciudadano nos falta concienciación?
Nos falta muchísima concienciación. En Galicia estamos muy acostumbrados a tener mucho monte, mucho verde y consideramos que, aunque arda, se regenera porque al año siguiente lo vemos verde. Y no podemos olvidar que el monte tarda muchísimo en regenerarse. La vegetación se muere, por no hablar de los daños en los ecosistemas, daños sociales y la producción de gases de efecto invernadero.

Y, encima, los políticos utilizan el fuego como arma arrojadiza entre partidos…
Efectivamente. Los medios de comunicación reflejan cómo los políticos utilizan el fuego a conveniencia.

¿Cómo debería ser esa gestión preventiva? ¿Más inversión?
Debería destinarse más inversión a prevención. La prevención debería ser durante todo el año y llevada a cabo por personas con cierta capacitación profesional.

Los concellos se quejan de que no tienen medios…
Posiblemente, pero no le corresponde a la fiscal determinar quién debe facilitarle esos medios.

Incendios que se repiten en las mismas comarcas y concellos. ¿Cómo se lo explica?
En Galicia, tenemos muchísima cultura del fuego y, además, hay zonas que son más vulnerables. En Ribadavia, por ejemplo, vas por la autovía y cualquiera puede prender fuego.

¿Los medios están bien dimensionados? Usted advierte de fuegos cada vez más catastróficos…
Los medios son válidos. Pero uno no puede dar lo que no tiene y, ante una situación de macroincendio, a lo mejor notas alguna carencia. Pero en épocas de alto riesgo, funcionan bien. A extinción se destina una cantidad importante de dinero, un 60%.

En los cuestionarios para perfiles de incendiarios , el proyecto que auspicia la Fiscalía General, se habla de beneficio, venganza, sin sentido, imprudente grave y leve. ¿Cuál es el más recurrente?
La imprudencia grave. La gente considera que con una simple autorización administrativa o comunicación para la quema ya es suficiente. Sin tener en cuenta la meteorología,  sin medios de extinción para una eventual propagación, sin devasas ... No sé si habría que explicar mejor desde la Xunta o los concellos las condiciones para esas quemas. También hay incendios intencionados sin sentido. 

¿Las investigaciones policiales están bien enfocadas?
Somos la provincia gallega con más autores identificados. Tanto Seprona como los agentes forestales hacen buenas investigaciones.

El fiscal de sala Antonio Vercher dice que en España no hay pirómanos sino “muchos imbéciles"...
No pongo calificativos pero es cierto que una persona que prende sin estar trastornado no es una buena persona. No es buen ciudadano.

El brigadista encarcelado prendía porque le pagaban. ¿Debería haber una selección con más filtros?
Sí, debería. No vale cualquiera al frente de una brigada de extinción.

El último pirómano condenado conseguía la libertad el día que sumaba otra pena. Cuesta entenderlo...
A lo mejor no se explicó adecuadamente por parte de quien debería. Estuvo un año en preventiva y se fue a casa con cinco años de libertad vigilada y sumisión a tratamiento ambulatorio. Se le aplicó una atenuante porque es un enfermo.  Otra cosa es que la puesta en libertad fuese un poco sui generis.  

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