ENTREVISTA

Mencía Yano: "Pasé de la literatura erótica a la infantil para que me lean mis nietos "

Mencía Yano
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Su cuento "Vacacións na aldea" es un sincero alegato a la infancia sin tecnología, donde el wifi y las pantallas no existen y los juegos son en carne y hueso.

De la literatura erótica a la infantil hay un paso, o si no, que se lo pregunten a Ofir Enríquez, más conocida por su seudónimo literario de Mencía Yano. Después de una prolongada trayectoria como novelista para adultos, acaba de aterrizar en los estantes infantiles de las librerías. Su cuento "Vacacións na aldea" es un sincero alegato a la infancia sin tecnología, donde el wifi y las pantallas no existen y los juegos son en carne y hueso.

¿Por qué este cambio de erótica a literatura infantil?

Llevaba un tiempo pensando en escribir algo para esta gente pequeña que tengo por casa, porque siempre me decían "nosotros no podemos leer esto, abuela", por mis libros eróticos. 

¿Cómo surgió la historia?

Se me ocurrió que como pasan tanto tiempo con nosotros en verano y nos vamos a la casita en la aldea, podía ser ese el tema: las aventuras que vivimos todos juntos. 

¿Fue complicado cambiar de registro?

No tiene nada que ver una cosa con la otra, claro. Me puse modo abuela y entonces fue más fácil, pensando en niños. Pero era un reto, no es algo sencillo. Me apetecía mucho porque estoy todo el día tratando con los niños. Y creo que el resultado ha quedado muy bonito.

¿Quién realizó las ilustraciones?

Se lo comenté a mi amiga Amelia Vila, una pintora de Quiroga. Le comenté la idea y me dijo que nunca lo había hecho, pero que probaría. Así que le mandé el cuento y le dije que fuese dibujando lo que se le ocurría. Cuando me enseñó el trabajo que había hecho, me encantó. Además, me parece que el maquetado quedó muy chulo. 

¿Y les gustó el cuento a sus nietos?

Les encantó. Además los niños que aparecen en la historia son muy parecidos a ellos, Amelia se basó un poco en fotos colgadas en mis Facebook de mis nietos, por lo que ellos se reconocen ahí y sus amiguitos también. 

¿Cuál es la moraleja?

El cuento está muy bien en el sentido de que dejo ver lo que hacemos allí, en la aldea. En nuestra casa no hay wifi, no hay tabletas, se juega como se jugó toda la vida. Además hay niños de sitios muy distintos, de Madrid, Barcelona o París, y juegan todos juntos. Creo que es muy enriquecedor para los niños pasar tiempo en la aldea, porque ven otras formas de jugar.

¿Disfrutan de la desconexión?

Muchísimo, están deseando que llegue el verano. Se dedican a correr por el campo y a hacer actividades muy enriquecedoras. Creo que es una oportunidad de disfrutar y conocer otro tipo de realidad, y es algo que no olvidan en la vida. Lo veo por los míos, por mis nietos, que están deseando que llegue el verano durante el curso.

¿Próximos proyectos?

Estoy con otro reto, una novela de narrativa contemporánea basada en hechos reales que me llevará un poco más de tiempo.

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